Laura, a la derecha en la foto, junto con Zuri. En Panticosa, el año pasado
Adiós a nuestra amiga Laura Server
Este domingo ocurrió algo horrible. Laura se despidió de nosotros para siempre.
Estaba subiendo con Joan, su pareja, la Canal Ordiguer, en la sierra del Cadí. Es una canal clásica de nieve-hielo, no muy difícil, que tendrá rampas de entre 45 y 50º. Subían con crampones y piolet.
Por lo visto una colada de nieve húmeda vino desde arriba (una cornisa? No lo sabemos…) y la arrolló, llevándosela para abajo. El alud la transportó muy abajo y debió recibir fuertes traumatismos en el descenso. Joan pudo ser rescatado ileso por un grupo de montañeros que estaban cerca.
Tras llegar los equipos de rescate hasta el lugar donde había quedado Laura sepultada, el helicóptero la llevó al hospital de Puigcerdá en estado grave, pero falleció horas después debido a los traumatismos internos.
Es horroroso. Una chica tan vital, siempre con la sonrisa en cara, siempre optimista y con ganas de hacer mil cosas.
Llevaba menos de un año con Joan y ahora estaba a punto de terminar su formación como pediatra en el hospital Vall d’Ebron de Barcelona. Tenía una ilusión enorme por su futuro, tanto profesional como personal.
Nosotros la conocimos el año pasado, de la mano de Zuriñe. Vino a dos salidas de esquí de montaña desde Panticosa. La primera a finales de febrero, al Pico Piniecho. La segunda, a mitad de marzo, una Alta Ruta entre Panticosa y Wallon que disfrutamos con un montón de amigos.
Laura era la alegría personificada, la sonrisa constante, el buen humor, las ganas y la ilusión. A pesar de llevar poco tiempo haciendo montaña no tenía nada de miedo a las pendientes fuertes. Incluso si se caía esquiando y rodaba ladera abajo muchos metros volvía a levantarse con una sonrisa.
No tenía miedo a la verticalidad. Se metió en el Corredor Whymper de la Aiguille Verte en los Alpes al poco de empezar a hacer montaña y le pareció “fácil”. En verano coronó varios seismiles en Bolivia como si nada.
Esta Semana Santa estuvieron en Gavarnie y a punto estuvieron de hacer la Norte del Taillón, de no ser porque les hizo mal tiempo. Aún así disfrutaron haciéndolo con esquís por la vía normal y subiendo esos días de s Santa a otras montañas más fáciles y sin riesgo, con esquís todas ellas (Pics de Pimene, Saint André y Turon de Néouviélle). Volvió a Barcelona con la nariz roja y la sonrisa de siempre.
Laura no tenía miedo. Le gustaban las caras norte. De haber hecho bueno, se habría vuelto con las nortes del Taillón y del Perdido, como tenían planeado.
Pero disfrutaba de todo, fácil o difícil, tiempo bueno o tiempo malo. Hacía disfrutar a los de alrededor. Nos regalaba esa sonrisa constante y nos transmitía esa alegría por vivir…
Pero ahora se nos ha ido con sólo 28 años. Es terrible.
Qué triste que alguien tan alegre se haya ido tan pronto...
Sigues en nuestros corazones, querida Laura "niña feliz"
Jorge
I avui que et puc fer una cançó
recordo quan vas arribar
amb el misteri dels senzills,
els ulls inquiets, el cos altiu;
i amb la rialla dels teus dits
vares omplir els meus acords
amb cada nota del teu nom, Laura.
M'és tan difícil recordar
quants escenaris han sentit
la nostra angoixa per l'avui,
la nostra joia pel demà...
A casa enmig de tants companys,
o a un trist exili mar enllà,
mai no ha mancat el teu alè, Laura.
I si l'atzar et porta lluny,
que els déus et guardin el camí,
que t'acompanyin els ocells,
que t'acaronin els estels;
i en un racó d'aquesta veu,
mentre la pugui fer sentir,
hi haurà amagat sempre el teu so, Laura.
(Lluís Llach)
