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miércoles, 18 de enero de 2023

DIA 2 BINNTALHÜTTE: Picos Grosses Schinhorn y Schwarzhorn Y MANEJO ALIMENTACIÓN PARA DIABETES TIPO 1, Valais suizo, 7 enero 2023

 

Entrando en el valle solitario desde el paso de Valdeserta hacia el Grosses Schinhorn, esa afilada aguja del fondo, que parecía inexpugnable pero que pudimos subir por el otro lado, a pie.

Luego nos quedaban 6 horas más de ruta, para subir al Schwarzhorn y bajar al pueblo de Fäld antes de que anocheciera...


DIA 2 DESDE LA CABAÑA BINNTALHÜTTE:

Picos Grosses Schinhorn (2.938)  y Schwarzhorn o Punta Marani (3.107m)

Y MANEJO ALIMENTACIÓN PARA DIABETES TIPO 1

VALAIS SUIZO, 7 enero 2023

Día 2: 25 Km, D+ 2.000 m, 9 horas

Natalia R y Jorge G-D

El track: En Strava. En Wikiloc


Antes de leer este Día 2, recomiendo leer la entrada en la que describo el Día 1 y
toda la aproximación (en tren y a pie) de los 2 días previos al Día 1 en este precioso entorno que preside la Cabaña Binntal o Binntalhütte (2.275m), pinchando aquí.


Este último día en la cabaña de Binntal nos levantamos bien pronto, a las 06:38 AM, por varios motivos.
 Tenemos delante
de nosotros una larga ruta que, si la completamos en su integridad, nos costará entre 8 y 10 horas. Por otro lado, debemos dejar el refugio bien limpio y cerrar todas las contraventanas antes de irnos, según indican las instrucciones dejadas en hojas plastificadas en este lindo refugio, todo para nosotros (cocina, comedor, gas, luz, estufa, baños, comida, etc).

Este día debíamos subir al paso de Valdeserts (2.664m) para entrar en un valle mágico que nos llevaría a la cima del Grosses Schinhorn (2.938m) o Punta di Valdeserta, antes de dejarnos caer esquiando hasta un llano a 2.000m (Manibode) donde deberíamos decidir (según horario, cansancio y estado de la nieve) si poníamos pieles de nuevo para subir al lejano Schwarzhorn (3.107m) o Punta Marani, o bien, si seguíamos descendiendo hasta el pueblo de Fäld (sabiendo que por debajo de 2000m hay poca nieve y mucho bosque. El ultimo tramo de descenso es una incertidumbre).

Lo bueno de la ruta es que la segunda cima no era para nada obligada. Podíamos bajar directamente al pueblo sin intentarla o bien, ir hacia ella y, en un momento dado (acordamos las 3 de la tarde como hora límite) para poder volver con luz al fondo del valle. Así que teníamos todo que ganar y nada que perder.


Mapa de la ruta sobre el track de Strava


Salida del Binntalhütte a las 07:54 AM, sábado 7 enero 2023


Salimos con las primeras luces, antes de que salga sol, cuando todavía teníamos al luna llena al fondo. No desayunamos demasiado pues casi toda la comida la utilizamos la noche previa en la cena.



Teníamos la suerte de que el día anterior, Laurin y Leana habían ido a nuestro primer pico, con lo que teníamos la huella íntegra para toda la primera parte de la ruta. Así no teníamos que ir mirando el mapa de Swiss Topo en el móvil con tanta frecuencia ni teníamos que abrir huella, que era lo mejor de todo


Subiendo hacia el Paso de Valdeserta pudimos ver la ruta que habíamos hecho el día anterior


Las rampas se inban inclinando hacia el collado, aunque el día seguía limpio, sin apenas vientos y no demasiado frío. Subimos con un ritmo suave, ni lento ni agotador, el justo.



He aprendido, de Julio Benedé, a ir a un ritmo suave, sin pausas, en los que uno nota que apenas gasta energía, que puede hablar sin faltarle aire lo más mínimo. Sería un ritmo más lento que la clásica Zona 2, casi una Zona 1. Un ritmo similar en cansancio al que uno llevaría en una senda de trekking casi horizontal.

Sabía que para la larga ruta de este día, un ritmo así en la primera mitad era claver para poder aguantar las 9 horas que nos esperaban, sin apenas pausas en todo el día, como así fue.


Al llegar al Paso de Valdeserta (2.662m) vemos por fin la maravilla de marco que nos aguarda y vemos la primera de las cimas a subir, esa afilada roca marrón al fondo, el Griosses Schinhorn, que parece que para subirlo hagan falta pies de gato, estribos y cuerda...


Nos dejamos caer al vallecito sin quitar pieles, que corren rápidas con la nieve seca de esos días fríos de enero...


Nataia, mirando el mapa con la ruta a seguir


La huella de Laurin y Leana nos guían hacia el valle del silencio, el valle del Paraíso


Continuamos, con los primeros rayos de sol


La nieve polvo suelta nos acompañaría toda esta primera parte del día


Natalia, entrando en el valle del paraíso, cuando sólo llevábamos 1 hora y 8 minutos de ruta


Entramos de nuevo en la umbría para subir al collado del Paso del Mittelbergpass (2.824m)


Al llegar al collado, comprobamos que la subida al Primer pico no es difícil desde este lado. Vemos que alternará roca seca con nieve suelta, así que, para optimizar tiempos, decidmos subir sin crampones.

También vemos que  se trata de un desnivel extra en el que nos podemos ahorrar el peso de las mochilas, en las que llevábamos el material de 2 días, neceser, mudas, etc y que resultaba pesado. Así que, nos abrigamos bien y subimos sin peso hacia la cercana cima. El camino es sencillo aunque require atención constante para no caerse en un agujero. La falta de nieve continua hace que esté todo 'hueco'.

Cima del Grosses Schinhorn (2.938m)

La subida y bajada fueron largas, en total unos 50 min ida y vuelta, pues estaba llena de trampas, con nieve hueca y agujeros, que nos hicieron subir y bajar despacio hasta el depósito de esquís. Fue un acierto dejar las mochilas y subir sin crampones, pues optimizamos el tiempo y el esfuerzo, algo importante en un día que se presentaba largo.


Natalia bajando hacia el depósito de esquís. Al fondo, la 2ª cima u objetivo del día, el Schwarzhorn, de 3.107 m


Volvemos a los esquís, quitaríamos pieles e iniciaríamos el descenso
Llevábamos 2 h y 45 min de ruta y nos quedaban más de 6 horas...


A las 2 h y 50 min iniciábamos el 1º descenso del día, de unos 900 m, hasta un llano al fondo del valle, al oeste, a unos 2.000m.

No hice ninguna otra foto en toda la bajada, tan sólo vídeos.
Describo sobre el mapa estos próximos tramos, en ausencia de fotos.


Mapa de Swiss Topo
Las laderas en rosa indican inclinación de más de 30º

Mirando el mapa, desde el punto 2.824 del collado del Grosses Schinhorn esquiamos al oeste por ese vallecito suspendido.

En la cota 2.400m nos desviamos de él a la izda, para atajar por una pala que bajaba directa a nuetro llano a 2.000m. Ese tramo fue muy técnico, pues soplaba el viento con mucha fuerza, encañonado, y la nieve venteada estaba esculpida y cambiante, debiendo bajar con mucha atención. Yo tuve una pequeña caída sin consecuencias al engancharse un canto en la nieve venteada.

Llegamos al llano de Manibode a 2.000m cuando sólo llevábamos 3 h y 20 min de ruta. Serían las 11:15 AM. Todavía nos quedaban muchas horas de luz.
Anque todo el valle que teníamos por delante, ahora en enero, estaba en sombra y nos esperaba toda una segunda parte del día en terreno umbrío. Sólo veríamos en sol en la última parte a la cima.

Yo no tenía del todo claro que pudiéramos llegar a tiempo a ese lejano 2º pico, pero por lo menos lo íbamos a intentar. El día era limpio y las condiciones eran favorables.

En el llano pusimos pieles y giramos a la izquierda, al sur y SW, para subir por un largo valle hasta un amplio collado a 2.351m, que era un caos de grandes bloques tipo laberinto, que debimos ir sorteando.

Desde allí, sin quitar pieles, no dejamos caer a media ladera hacia el oeste, para ganar 500 m de distancia descendiendo sólo 50-100m, antes de volver a subir, por el valle final, en curva, que nos llevaría a nuestra segunda cima, el Schwarzhorn.



En la foto, el breve descenso con pieles, sin quitarlas, para volver a subir hacia donde estamos, en una larga subida en umbría.

Gran parte de las laderas de este circo estaban venteadas, con mucha roca aflorando y parecía que no sería foqueable, pero las palas por las que subimos, situadas más a la derecha subiendo el inclinado valle, guardaban nieve y se pudía subir bien, sin tener que abrir demasiada huella.

Esta foto le hice 3 horas después de haber iniciado el ascenso desde el llano de Manibodi a las 3 h y 20 min de ruta, es decir, que llevábamos 6 h y 20 min, y serían las 13:30 horas.

Nos pusimos un límite de las 3 de la tarde. Donde allí estuviéramos, nos daríamos la vuelta. Subíamos sin apenas hablar, sin hacer fotos, concentrados en subir a un ritmo constante, eficiente, sin pausas, pero sin jadear, en zonas 1 y 2. Progresamos con cuchillas desde los 2400m, lo cual nos facilitó mucho la ascension y el ahorro de energía



Esta foto está tomada cerca del punto del mapa donde marca 3.004
Estábamos en el último collado, a 2.987 m y por fin veíamos nuestra cima, tras 6 horas de ruta.

Eran alrededor de las 2 de la tarde y teníamos por fin la cima a la vista...

Estábamos cansados. Nos había quedado poca comida y sólo habíamos traído 2 Snickers pequeños para compartir entre los dos y algunos higos y orejones. Yo ya notaba el cansancio tras 6 horas sin parar.

Desde este punto no estaba claro si podríamos o no hacer cumbre, pero decidimos ir hasta la base de la cima, para hacer un depósito de esquís y decidir si la trepada final era factible o no.


De nuevo, una vez en la base de la rampa final, vimos que la trepada final constaba de roca seca y nieve suelta, de modo que no harían falta crampones, ahorrándonos de nuevo el tiempo de esa transición.
Al igual que en la otra cima, decidimos dejar la mochila, abrigarnos y subir con bastón y piolet esos últimos últimos metros a pie a la cima.


Cima del Schwarzhono o Punta Marani (3.107m) a las 14:34 horas

Felices tras coneseguir la cima, justo unos minutos antes de la hora de media vuelta.
Aún conseguimos llegar a los esquís antes de las 3 de la tarde, para iniciar el rápido descenso a Fäld


La sensación de estar en esa cima, casi a las 3 de la tarde, con la luz baja de enero, en ese tresmil tan lejano de todo, daba un poco de respeto...

Son esas luces bajas de invierno que transmiten a la vez belleza y miedo. Belleza por las sombras, los colores, la soledad y lo efímero de esos momentos en los que sólo quedan 2 horas y media de luz. Y miedo precisamente por la poca luz que queda y el frío que gobernará todo este lejano lugar cuando caiga por fin el sol.
Había que bajar con atención y rapidez de vuelta a los esquís.

Iniciamos el descenso algo antes de las 3 de la tarde y en menos de 20 minutos ya habíamos bajado hasta la cota 2.300m, donde pusimos pieles para ese breve repecho al collado del caos de bloques, al que llegamos en 15 min.
La verdad es que la bajada esquiando fue muy eficiente. Cuando se puede esquiar bien, los metros pasan muy rápidos en poco tiempo. Se baja muy rápido, sinónimo de seguridad en montaña.



En otros 15 minutos pudimos bajar esquiando hasta este llano a 2.000m, donde cruzamos el río.

Desde el llano tdavía pudimos bajar esquiando hasta la cota 1.900m, donde finalmente quitamos esquís para continuar bajando por la senda de verano, hasta la cota 1.670m, donde llegamos a la carretera, llena de nieve.
Allí pusimos esquís de nuevo para llegar esquiando al pueblo de Fäld, en la cota 1.540m, donde nos tomamos algo en el mismo restaurante que a la ida.

Eran casi las 5 de la tarde, todavía con luz...

Nos había costa do 9 horas terminar la ruta. Yo estaba agotado pero muy feliz. Muy feliz de haber compartido con Natalia tal aventura, llegando al pueblo todavía con luz.

Tras tomarnos algo en el Hotel Restaurante de Fäld, salimos y nos damos cuenta de que nos quedan sólo unos minutos de luz y nos toca caminar los 3 o 4 km de carretera de Fäld a Binn... Aysss...
Allí tenemos el hotel y las bolsas con nuestras cosas para dormir esa noche...

Nos ponemos el frontal y empezamos a andar, cuando Natalia se vuelve y pega un grito: Un cocheeeeeeee!!!

Casi se planta en el medio del puente (como para que la atropellen) y habla en alemán con la pareja del coche para contarles nuestra situación y darles algo de pena, lo que siempre consigue, de modo que se ofrecen a llevarnos a Binn, con esquís, mochilas, botas y todo!

Pero qué suerteeeee!!!

En la encantadora Pension Albrun de Binn pasaríamos la última noche, antes de volver, sin prisas, al día siguiente, a Goldau, con ese inolvidavle trayecto en tren desde Fiesch hacia Andermatt, con todas las montañas suizas a la vista del tren...

Cómo me encantan los trenes suizos... y si viajo con Natalia, todavía más.


Y colorín colorado, estos 3 días en el Refugio de Binntal, se han terminado!!!


Jorge García-Dihinx (el aprendiz)

Natalia Román (la que sabe)




P.D: Manejo de la alimentación en ruta cuando tienes Diabetes tipo 1, como Natalia


Para que nada cambie, todo debe cambiar


Por Natalia Román (Diabetes tipo 1 desde abril 2019)



La cocina del refugio nos permitión elaborar nuestra comida con bastante libertad


Me considero afortunada de poder haber huido del dogma ‘adaptar la diabetes tipo 1 a tu vida’.

Suena a cantos de sirena en un primer momento – especialmente, en un momento en el que tu vida parece desaparecer bajo tus pies. Después de un largo veranoe carrusel glucémico, comprendí que era yo la que debía adaptar mi vida a esta nueva realidad que caprichosamente se apoderaba de mi libertad hoy, y de mi salud mañana.

 

Volviendo a la aventura que nos concierne,

¿qué ha debido cambiar para que nada cambie?

Empezamos por la preparación del viaje:

El día previo mi cocina parece un horno pastelero: pan de almendras, crackers de semillas, muffins ‘morning glory’, y galletas crujientes. Parte de la horneada va al congelador; el resto, en bolsitas de zip para estos 4 días de aventura. También preparo una bolsa de porridge para desayunos: lino, chia, sésamo, coco, almendra, avellana, eritritol… y finalmente enciendo los fogones: tortilla de 6 huevos con espinacas y calabacín; y 2-3 raciones de costilla de cerdo con garbanzo, judía verde y salsa de tomate con aceitunas negras. Gracias a la salsa, esta será nuestra jugosa cena cuando bajemos del refugio.


Muffins y Pan de 1 solo ingrediente: clara de huevo! Protein power


Del super de casa nos llevamos monodosis de: salmon ahumado, mayonesa, mantequilla, quark, paté y queso. Las preparaciones duran más de medio día. Obviamente sería mucho más sencillo (¡y barato!) comprar pasta, galletas, chocolatinas, etc. 

Mi idea es no solo cubrir los días de refugio, sino también suplir la falta de proteína de los desayunos de hotel, y el ataque de hambre post- esquiada / pre-cena.


Ideas Low Carb muy variadas y coloridas


En la bolsa de viaje nunca falta un hornillo y pastillas de caldo instantáneo! De mis días ‘high carb’ todavía conservo raciones de comida liofilizada. Con solo 100g de peso, se consiguen 500g al añadir el agua hirviendo.

Descubrí la marca Turmat https://realoutdoorfood.com/ en 2018 en la Skyrace de Tromso. Deliciosas combinaciones, ingredientes naturales y elaboración en Noruega. Devoraremos un plato de guido de cordero y otro de cous cous con lenteja. 


A pesar de toda la preparación, los imprevistos forman parte del guion. Adaptarse o morir, my friends!


Salimos de Binn con la comida justa para una noche de refugio. Al llegar allí, vemos que, debido a la falta de nieve en zonas bajas, la mejor opción es quedarnos dos noches y aprovechar la ventana de buen tiempo de las próximas dos jornadas.

¡¡¡Cómo nos arrepentimos de haber traído solo la mitad de nuestro taco de queso!!!

Cambio de planes: comeremos tanto como nos pida el cuerpo e intentaré evitar hidratos 3-4 horas antes de dormir. Un propósito mas que una realidad, ya que hacemos dos comidas en el corto espacio de tiempo entre el fin de la actividad y la hora de dormir.

Prefiero comer arroz, ya que el pico de glucemia es ‘afilado’ y relativamente inmediato. Comparado con la patata, es mucho mas predecible. 

El resultado es un éxito (o fracaso) parcial. Gracias a cantidades ingentes de insulina – unas 60 u a pesar de las 7-9 h de ejercicio diarias; normalmente necesito 25 u – consigo limitar los picos de hiperglucemia a 200md/dL. Nada mal, seamos realistas. Sin embargo, el fracaso llega en forma de hipoglucemia refractaria (incipiente, la llamo yo) por las noches.



Las dos noches en el refugio requieren múltiples correcciones de azúcar, higos y
orejones, leche, galletas…. Con la consiguiente disrupción del sueño – no solo el mío, desafortunadamente.


Gráfica de la tarde-noche del día de subida al refugio con el día siguiente




Gráfica continuación de la anterior, sumando la parte del 1º día de actividad


Un par de veces, al despertar empapada en sudor como repuesta de adrenalina ‘modo supervivencia’, despierto a Jorge por precaución. La guinda del pastel son los errores del sensor de medición de glucemia, que manda alarmas cuando no debe. Vamos, una fiesta. Durante la actividad, me sorprende que mis músculos ‘ignoran’ la glucosa disponible.


El primer día necesite múltiples correcciones de insulina rápida para regular el desayuno. Por suerte todavía me quedaban frutos secos que use para 'aplacar' el hambre durante la segunda mitad de la ruta.


El segundo dia fue bien y pude evitar la hipoglucemia gracias a un snicker que llevábamos.

 Esa fue, por cierto, ¡toda la comida en las 9h de actividad! Las curvas de glucemia son razonables para un tipo 1 con alimentación tradicional.


Sin embargo, para mi es una reafirmación más de que ‘para que nada cambie, todo debe cambiar’.


 


Gráfica de la segunda noche en el refugio (hipoglucemia de la izquierda)

GLucemia estable durante la tarde, tirando a baja.

Al terminar la jornada, encima de donde pone No Events logged, Natalia se tomó un pequeño dulce en el restaurante de Fäld, que hace esa pequeña subida, se mantiene plana la tarde y luego la subida final de la cena en la habitación del hotel esa noche.



Última reflexión:


Me sigue resultando curioso - por no usar una palabra malsonante - que el
principal argumento de la comunidad médica en contra de una alimentación baja en carbohidratos para diabetes tipo 1 sea la hipoglucemia.

La diabetes tipo 1, por definición, es la hiperglucemia, por la ausencia total de producción de insulina endogena. Ergo, una hipoglucemia inevitablemente se corresponde con una sobredosis de la insulina administrada subcutáneamente.

A mayores cantidades de insulina - proporcional a la ingesta de hidratos - mayor probabilidad de error y, lo más importante, mayor repercusión de los errores.

Comparemos un error del 20% sobre 2 unidades  o de 20 unidades.  A esta lógica aplastante, es lo que el Dr. Bernstein - padre y guru de low carb/ high protein para DM1 - llama 'la ley de los pequeños números'.

Oops, menudo tocho!

Gracias por leerme,

Natalia Román 

miércoles, 11 de enero de 2023

DOS DÍAS GRANDES DE ESQUÍ DESDE LA CABAÑA BINNTAL, VALAIS SUIZO, 5-6-7 enero 2023 (Aproximación y Día 1)

 

El sol de invierno es siempre bajo. Y por ello es más bello y mucho más deseado, mucho más anhelado. En estos momentos de la foto, el sol despuntaba sobre la cimas de los Alpes suizos del Valais, en el sector de BinntaL

En esa primera semana de enero de 2023 los Alpes suizos tampoco "habia nieve" por debajo de los 2.000m y muchos amigos de Natalia (ávidos esquiadores de montaña) hicieron este fin de semana rutas de andar y correr en Suiza, para nuestra sorpresa...

Pero si subías por encima de los 2.200m, tenías este paraíso todo para ti. Sólo necesitas ese cerebro prodigioso que tiene Natalia para estudiar dónde ha nevado y a dónde se puede subir, aunque el refugio esté sin guardar, sólo para nosotros, con nieve y luna llena.

El sueño de cualquier montañero.


DOS DÍAS GRANDES DE ESQUÍ DESDE LA CABAÑA BINNTALHÜTTE

VALAIS SUIZO, 5-6-7 enero 2023

Aproximación y Día 1

Natalia R y Jorge G-D


Quiero intentar plasmar en estas 2 entradas, la sensación de viaje y de aventura que he vivido junto a Natalia durante esos dos días y medio en la zona de Binntal, en el sector del Valais suizo.

En esa primera semana de enero, que tenía libre de vacaciones y que aproveché para visitar a Natalia volando el 1 de enero, el tiempo estaba algo incierto, con días buenos y días no tan buenos. Pero había una ventana clarísima de buen tiempo para 2 días, el viernes 6 y el sábado 7 de enero. Ambos soleados y sin vientos, ideales...

Sólo necesitábamos estar esos días días en el lugar correcto, en altura, con nieve alrededor...

Como en el Pirineo, noviembre y diciembre habían sido unos meses de poca nieve y lluvia en cotas altas también en los Alpes suizos, de modo que apenas había nieve por debajo de 2.000m. Esto echaba atrás a muchos esquiadores de montaña, que recurrían a esquiar en pistas pisadas o a hacer rutas de senderismo, trailrunning o escalada.

Pero Natalia había ido estudiando cada nevada, mirando cotas y acumulaciones, en los distintos sectores de los Alpes. Ella intuía que en esta zona al SW del Arco Alpino, al sur de la zona de los cuatromiles del Oberland Bernés, la nieve por encima de los 2.000-2.200m podía estar en buenas condiciones.

Nos hacía falta un refugio en altura en el que poder dormir, para no tener que bajar al valle tras cada jornada y tener que portear desde el pueblo cada día. Y ella encontró el Refugio de la Cabaña Binntal, situada a 2.275 m de altura.


El Binntalhütte (https://cabane-binntal.ch/) o Cabanne du Binntal (teléfono +41 27 971 47 97) está guardado sólo del 24 de junio al 3 de octubre de este año, pero tiene una web donde puedes reservar pernoctas, disponiendo de 48 plazas. Una vez en el refugio, dispones de todos los servicios que tendría un refugio guardado, pero siendo "tú el guarda". Tú te coges la nieve para derretirla y cocinar, tú te enciendes el fuego para calentar el comedor y tú dispones de la comida y bebida que hay en los armarios del refugio (arroz, latas de tomate triturado, pasta, cervezas, cocacolas, etc) de modo que vas rellenando todo lo que utilizas y, a la vuelta, les ingresas el gasto completo en la cuenta bancaria, incluida la pernocta, que no es barata (35 eur para federados).

Hay instrucciones de uso de todas las instalaciones y se recomienda un uso responsable, así como dejar todo limpio, fregado e impoluto, una vez te vas del refugio. Me pareció algo increíble, que sólo países con la suficiente educación y respeto se pueden permitir.


Llegando al pueblo de Binn, bajo una débil nevada, donde pasaríamos la noche de después de la Alta Ruta.
Viajar por Suiza con el equipo de esquí a cuestas y la ropa y comida es un arte que pocas personas dominan como Natalia.
La bolsa de Ikea es siempre nuestra mejor ayuda.
Viajar con esquís a la espalda... para poder luego recorrer sus montañas con los esquís en los pies.
Hace falta no tener pereza, tener ilusión y ganas de explorar lugares nuevos.


El viaje en tren durante la tarde del jueves 4 de enero, de 3 h y media

El jueves 4 de enero hicimos el viaje por la tarde, tras hacer varios recados esa mañana y recoger los esquís en la tienda en Schwyz, donde los habíamos dejado la víspera para encerar, reparar y afilar cantos.

Como ese día sólo era para llegar al pueblo de Fiesch, salimos tarde, sin prisas. Cogimos el tren en Arth-Goldau y viajamos hacia Andermatt, pasando por Ersfeld, Fluelen y Göschenen, donde cambiamos tren para ir a Andermatt. De allí, el tren sigue hacia Realp y pasa el Furka Pass por un túnel, para salir a Oberwald, al otro lado, y continuar hacia Münster y finalmente al pueblo de Fiesch, donde llegaríamos entrada la noche.

Dormíamos en Fiesch, en el hotel Berghotel Derby, donde desayunaríamos al día siguiente antes de subir al valle de Binn.

Fiesch está al pie de las estaciones de esquí de Fiescheralp situadas en la cola del Glaciar del Aletsch, el glaciar más grande de los Alpes, con 23 km de longitud y más de 120 km², situado en el cantón del Valais.


Día de aproximación al Refugio de Binntal (Binntalhütte) desde Binn
Viernes 5 enero

Nos levantamos y desayunamos en el Hotel en Fiesch (1.050m), sin prisas. El día es gris y así seguirá hasta el final. Es un día de acceso al refugio, con horas de sobra.
Cogemos el bus que nos sube desde Fiesch al pueblo de Binn, donde hemos reservado noche para la vuelta de la Alta Ruta. El trayecto nos sube de 1.050 m a 1.400m, por una carretera de montaña que, en un momento, atraviesa un túnel largo, oscuro, por el que sólo cabe el bus (y nadie más), vertiginoso por decir lo mínimo... Impresionante la sensación, como una película de ciencia ficción. Ese tramo evita un tramo de carretera expuesta a aludes, rocas y helada.

En la Pension Albrun del pueblo de  Binn (1.400m) dejaremos una gran bolsa de deporte con todas nuestras cosas para la vuelta: ropa, comida, etc. Allí volveremos tras 2 días de alta ruta.

Desde allí puedes tomar un Alpen-Taxi hasta el siguiente y último pueblo de Fäld (1.546m), donde empieza la senda que sube al refugio de Binntal. Pero nos pareció carísimo y decidimos caminar con los esquís a la espalda los 2 km de carretera de Binn a Fäld.


Natalia, iniciando los 2 km de carretera desde Binn a Fäld, el último pueblo habitado. El Alpen-Taxi era un robo de dinero...


En este mapa he intentado plasmar esta primera jornada de aproximación al refugio.
Los 2 km de carretera a pie de Binn a Fäld (28 min) + 30 min de café en Fald + el porteo por senda de 30 min y luego la pista foqueando y el valle largo hasta el refugio, 2 h mas, con esquís.

Erratas en el mapa: son 2 km por carretera, no 4 Km. Y son en total 2 h y media al refugio desde Fäld, no 3 y media



En Fäld había un Hotel Restaurante precioso, el Baergkristall (https://www.baergkristall.ch/#!/)donde también podríamos habernos alojado a la vuelta, pero estaba lleno.
En dicho restaurante (precioso, por cierto, tan bien cuidado, monísimo...) nos tomamos un café con leche y una delicia de dulce que hace la dueña del hotel, para tener energías para la ruta de aproximación al refugio.

Aproximación al Refugio de Binn (2.275 m) desde Fäld (1.546 m), 10,5 km y D+ 900 m, 2h 30 min en total

Tras caminar los 2 km a Fald y tomarnos el café (30 min) salimos de Fäld y porteamos por la senda de verano los primeros 30 min, hasta coger nieve en la pista que se adentra en el valle. Ya no nos quitaríamos los esquís hasta el refugio, tardando 2 horas de foqueo.
La pista lleva al largo valle que nos llevaría, sin pérdida, hasta el refugio. Fue una subida sin apenas visibilidad, pues el día estaba cubierto. La verdad es que aprovechamos ese día "malo" para la jornada de aproximación, sabiendo que nos venían luego 2 días muy limpios, sin apenas vientos, con condiciones muy buenas.



En el refugio de Binntal conocimos a los únicos huéspedes, una pareja de chicos jóvenes. Él se llamaba Laurin y ella, Leana. Eran muy majos. El día anterior habían hecho uno de los picos que tenía pensado Natalia para nuestro primer día y nos dieron muy buena información sobre las condiciones. Ese día se habían quedado en el refugio, viendo que el día era de pobre visibilidad. Al día siguiente harían otro pico y volverían a Binn.



Como comentaba antes, la Cabaña de Binntal sólo está guardada de finales de junio a inicios de octubre, pero ofrece utilizar al refugio (como si fuéramos nosotros los propios guardianes) a quien reserve por internet pernocta.
Posteriormente, cada cliente debe de escribir en una hoja todo lo que ha consumido: Leche en polvo, vino, cervezas, cocacolas, arroz, salsa de tomate con bolognesa, pasta, guisantes, etc y sumarlo en una hoja para obtener la suma total a pagar y sumarla al pago de la pernocta, que ya vale sus 35 euros para federados.
Hay un número de cuenta corriente para enviar, en los siguientes 10 días, la cantidad consumida.

Puedes utilizar el gas de la cocina y puedes derretir nieve en enormes ollas (hay hasta pala de nieve en el cuarto de botas y esquís). Tiene electricidad con iluminación automática de las estancias y pasillos al detectar movimiento los sensores. Puedes cargar el móvil y tiene cobertura telefónica, algo pobre, pero suficiente.

Tiene madera acumulada, con tronquitos de distintos tamaños, para que hagas fuego en el hogar diseñado para tal efecto (Hay mecheros y ayudas para encender un fuego, algo que yo conseguí y eso que soy nulo haciendo fuegos).

En fin, una delicia de refugio en el que estuvimos prácticamente solos durante 2 días y medio, en pleno fin de semana de Reyes, vacacional para todo el mundo, y con buen tiempo y buena nieve... No entendíamos cómo no había subido media Suiza a este paraíso en altura, la verdad...



El mapa en internet de Swiss Topo te permite visualizar en azul todas las rutas normales de esquí de montaña y poner en rosa las laderas de más de 30º de inclinación. Puedes descargarte en el móvil la zona que vas a recorrer y luego, en montaña, llevar el móvil en ahorro en modo avión, con el gps encendido, de modo que te dice en todo momento dónde estás y hacia dónde te diriges (orientando el móvil a los lados). Puedes hacer mucho zoom, para ver cada ladera con detalle (hasta dibujan las grietas de cada glaciar, increíble). Con esta herramienta (utilizada por todos los montañeros suizos) sabes siempre dónde estás y a dónde vas, independientemente de la visibilidad del día. Sabes dónde hay que descalzar esquís (rutas con puntos en lugar de líneas) y sabes qué laderas son susceptibles de aludes (rosas, de > 30º de inclinación).

¿Qué más puedes pedir?

Pues no quedarte sin batería en el móvil. Por eso, haciendo skimo en Suiza, siempre llevo un powerbank de 5.000 mA en la mochila para tener batería de repuesto y suelo llevar el móvil en modo avión, para optimizar la batería.
Ya veré qué ocurre en el resto del mundo cuando baje al valle o vuelva al refugio. En montaña, es el aquí y el ahora...


Día 1: Cabaña de Binntal. Circular con ascensión a los picos Hohsandhorn (3.182) y Ofenhorn (3.235)
15 km, D+ 1.550 m,  7 h 30 min

El track: En Strava. En Wikiloc


Salimos a las 08:30 AM, sin madrugar demasiado, sabiendo que volvemos al mismo refugio y no tenemos que bajar hasta el fondo del valle, como haremos en el 2º día. Nos despedimos de Laurin y Leana, que parten media hora antes.

El 1º km lo hacemos sin pieles, dejándonos caer hacia el NW para entrar en el barranco de la foto de arriba, donde tocaba remontar esa primera pala. Tenemos unos 5-10 cm de nieve fresca sobre la nieve dura antigua. Buenas condiciones. Ambiente relativamente frío, pero no demasiado, lo suficiente para que la nieve siga polvo todo el día. Sin viento. Ideal.



Tras remontar esa primera pala hice esta foto mirando hacia atrás. Al día siguiente, tras terminar nuestra 2ª etapa, vi que teníamos allí detrás el comienzo de la ruta del Día 2, con la ascensión inicial al Grosses Schinhorn, una pirámide afilada que desde aquí parecía inexpugnable.





Rodeamos esta morrena, cambiando un poco la ruta pintada en azul en el mapa de Swiss Topo, ahorrando así un flanqueo largo posterior. Buena idea tuvo Natalia en acortar por esta variante.



Entrando en el plaetau superior, a 2.700m, vuevo a ver el Grosses Schinhorn, iluminado por el sol, detrás de Natalia. Todavía no despunta el sol, pero poco le falta.


El sol despunta por fin tras la muralla de montañas del fondo



Entramos en la zona alta, ya con el sol fuerte de media mañana. Detrás aparece un macizo alto y desconocido para mí. No sabía en esos momentos que la cima de detrás iba a ser nuestro segundo pico del día...


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Para acceder al lomo cimero teníamos una rampa final inclianda para hacer a pie.
Pusimos crampones por si encontráramos nieve dure/helada debajo de los -10 cm de neive fresca

Luego vimos que, con la nieve blanda y la roca, ese tipo de terreno estos días de nieve suelta se podía hacer con bota, sin crampones, para optimizar tiempo (tan preciado en los días cortos de invierno). Es algo que optimizaríamos en la larga jornada del día siguiente. En este 1º día, pusimos crampones en 3 ocasiones


Natalia, cerca de llegar al lomo cimero, donde volveríamos a poner esquís para ir a la cima


Últimos metros a la cima. A Natalia le atraía mucho bajar esquiando la pared norte que aparece detrás (pero mucho). Algo de lo que le convencí de que no hiciera (al menos cuando vaya conmigo. Si va con otros, que no me lo cuente, para que pueda dormir)


Cima del Hohsandhorn o Punta del Sabbione (3.182m)  a las 3 h y 44 min de la salida. Eran las 12:15 horas. Todavía nos quedaba otra cima y el mismo tiempo para invertir en ella


Volviendo a descender la rampa final desde el lomo cimero, justo antes de calzarnos los esquís


El descenso desde la antecima fue glorioso, con laderas suaves de nieve polvo muy rápida (se notaban las tablas recién enceradas y con 85mm de patín, en 169 cm para mí y 161 cm para Natalia)

En estos momentos yo sólo sabía que teníamos que subir a ese collado en sombra para reodear la espalda de la montaña que íbamos a subir, sin saber cuál era.

Pero ahora sí que lo sé. Teníamos que remontar al collado en sombra y dejarnos caer al glaciar del Sabbione (sin saber que tendríamos que poner crampones para bajar a él, pues ha retrocedido y está varios metros más abajo que el collado), luego teníamos que rodear por la izquierda ese espolón negro que se ve detrás y luego, por detrás, subir los últimos 300 m por una cara norte, en sombra todo el día, que nunca tenía menos de 30º... Suerte de manto estable (Peligro de Aludes nivel 2, limitado).
En fin, que nos quedaba tute invernal en el corazón de los Alpes, en la divisoria entre Italia y Suiza. Cualquier accidente desde el collado a la cima sería en Italia y no en Suiza... Mejor no pensar que te va a llevar el helicóptero al país vecino...


Ahí estábamos, subiendo al collado o Passo del Sabbione, que nos metería en el Glaciar del Sabbione.


En principio, en el mapa, marcaba una línea de esquí y no puntos que indicaran que había que cruzar a pie...
Pero el glaciar ha debido retroceder y el paso no era, para nada, esquiable!

Ese momento fue para mí difícil a nivel mental, porque sabía que era el punto e no retorno. Desde donde estábamos era muy fácil volver esquiando al refugio, pero si bajábamos y nos metíamos en el glaciar rumbo al segundo pico, ya no habría vuelta atrás. Habría que completar el círculo para regresar al refugio.


Confieso que, en invierno a la vez me da miedo la noche acechante, el día corto, el frío, la soledad de la montaña... y también, a la vez, siento esa magia de esos momentos irrepetibles, efímeros, solos en la montaña invernal, donde cada momento es mágico... mientras rezo para que todo vaya bien y no haya ningún percance para bajar al glaciar.

Escribo estas líneas y aún no me creo lo que hicimos esos 2 días. Necesito las fotos para asimilar la belleza que, en el momento, ese pequeño miedo me impedía disfrutar plenamente. Así, soy: frágil, vulnerable. Pero valiente, a pesar del miedo.

Continúo:

Pusimos crampones y destrepamos con esquís a la espalda ese tramo de roca y nieve suelta (creo que los crampones no habría sido necesario ponerlos, al estar tan suelta la nieve).
Una vez en el glaciar, pusimos de nuevo esquís y continuamos sin perder ni ganar altura, según el mapa, para rodear un espolón negro de roca que nos permitiría atacar los últimos 300m de cara norte a nuestro pico, el Ofenhorn.


Tras rodear el espolón rocoso nos metimos en estas rampas umbrías, nortes, cuya inclinación fue subiendo hasta pasar de los 30º...


Siempre me acuerdo de la frase de Werner Munter (3x3 avalancha)
"Los tres ángeles de la muerte: Cara norte, 30º y Riesgo 3 de aludes"

Por suerte estábamos en Peligro nivel 2 (limitado) y no 3, de modo que trazaba con cierta "seguridad" las zetas de estas rampas nortes umbrías, en pleno invierno, a 3.000m, esperando que en algún momento bajaran de inclinación, algo que no sucedería hasta la cima.



Fuimos guardando la distancia de seguridad en toda esta subida norte inclinada, por si acaso. Aunque, en verdad, el manto se notaba muy estable, especialmente tras un diciembre sin apenas nevadas


A eso de las 3 de la tarde lográbamos la cima del Ofenhorn (3.235m) o Punta d'Arbola, tras 6 h y 40 min de ruta casi non stop.

Nos acordamos inmediatamente de la célebre frase de Don Julio de Benedé y Aísa
"A LAS TRES... EN EL MONTE ESTÉS"

Aunque, en este caso era: "A las tres, en la cima estés!" jajaja


Momento especial, a las 3 de la tarde, en la 2ª cima del día...
Tocaba bajar por la otra vertiente, afortunadamente suroeste y bien orientada al sol de tarde, de vuelta al refugio.
Teníamos la suerte de las huella de Laurin y Leana de dos días antes que, aunque parcialmente tapadas, nos ayudarían a encontrar el paso desde la cima hacia la vertiente sur.


En la bajada no hice apenas fotos, pero sí varios vídeos (uno no da a basto para todo, jaja)
Aquí estamos a mitad de bajada y pinto en discontinuo el tramo oculto que nos llevaría al paso clave, un nuevo collado o brecha a 2.857 m llamado Eggerscharte, al que deberíamos subir a pie.
Ese collado era frontera entre Italia (que abandonaríamos) y Suiza (a donde re-entraríamos)


Subiendo al Eggerscharte, abriendo huella profunda, sin necesidad de crampones al estar la nieve blanda y profunda en la última parte en vertiente italiana


Desde el collado ya sólo quedaba dejarnos caer esquiando al refugio por la última bajada del día, ya por terreno suizo, al sol...
Lo más difícil ya estaba hecho. Sólo quedaba disfrutar de la bajada con el precioso sol de tarde que nos acompañaría durante unos minutos más hasta llegar a la sombra del valle.

Al fondo a la dcha he pintado el 1º pico del día siguiente, el Grosser Schinhorn



Alguas formaciones rocosas eran realmente bellas
Un paisaje de ensueño, la verdad, todo para nosotros, sin nadie en muchos km a la redonda...


Disfrutando de las vistas en esos últimos minutos con sol... antes de que éste se ocultara tras las montañas


A pesar de entrar en la sombra, no tuvimos la temida "costra de rehielo de tarde", pues la nieve no había transformado con el sol bajo de enero y seguía polvo suelta todo el día. Una delicia para volver al refugio...



Natalia, tras cenar, haciendo las cuentas de lo que íbamos cogiendo de la despensa, para luego hacer la suma y al día siguiente enviar la transferencia bancaria a la CC del Binntalhütte con los gastos de la pernocta y todo lo consumido en esos dos días en el paraíso


La noche del 6 de enero la pasamos solos, bajo la luna llena, en el refgio de Binntal.
Yo conseguí hacer fuego con la madera que allí había dispuesta... y funcionó!


Mientras yo me encarcaba de traer las ollas llenas de nieve para derretirla y tener agua, Natalia "La chef", iba preparando varios platos calientes para nuestra cena de Reyes... que comeríamos como unos Reyes



Aquí el esquema de Strava de nuestra ruta

Nos quedaba todavía un día de buen tiempo, el sábado 7 de enero, con meteo prevista de sol, frío y poco viento, antes de la llegada de las nubes al final del día que anunciarían el cambio de tiempo para el domingo.

Natalia ya tenía pensaba la jornada de vuelta a Fäld, con una doble ascensión y una larga ruta que estimaba nos costaría más de 8 horas, sumando unos 2.000m de desnivel.

Nos fuimos a dormir sabiendo que habría que madrugar, para dejar todo el refugio limpio y cerrado y salir con las primeras luces, para que no nos pillara la noche antes de bajar al valle...

Yo no tenía todas conmigo de que pudiéramos llegar al 2º pico a tiempo, que estaba en Casa Dios...

Pero fuera lo que fuese, lo intentaríamos.

Lo conseguiríamos?
Lo relataré en una próxima entrada!


Continuará...


Jorge García-Dihinx (el aprendiz)
y Natalia Román (la que sabe)



Aquí tenéis, como cierre, el vídeo que hice en instagram sobre esta primera jornada