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sábado, 2 de marzo de 2024

CORTISOL: GRASA VISCERAL Y RIESGO CARDIOVASCULAR (el colesterol queda fuera de la ecuación)

 


CORTISOL: GRASA VISCERAL Y RIESGO CARDIOVASCULAR (el colesterol queda fuera de la ecuación)

Tiempo de lectura 10-12 min

Siempre nos han dicho en la Facultad de Medicina que la grasa metabólicamente mala es la grasa visceral, la de la tripa, la que rodea e infiltra los órganos  como hígado, páncreas. Una grasa que infiltra la zona abdominal DETRÁS de los músculos abdominales: El "hombre embarazado".

Pero no suelen decirnos en la Universidad la razón de que el exceso de energía se acumule donde no debe. Lo que llamamos "grasa ectópica", en lugar de guardarse donde debe de ser, bajo la piel, en el tejido subcutáneo, su lugar fisiológico.

Por supuesto hay una variación por sexos: Las mujeres acumulan más en la
beneficiosa grasa subcutánea de las caderas (Cadera = Cardio protector, lugar fisiológico) y los hombres "sin culo", acumulan más en la tripa (grasa ectópic, dañina metabólicamente y a nivel cardiovascular).

También hay variaciones raciales. Ocurre más en personas del sudeste asiático, que suelen ser delgados pero con tripa y, por ello, metabólicamente enfermos (pre-diabetes). Sin embargo los habitantes del Pacífico y la Polinesia tienen mayor grasa subcutánea (michelines) pero no tienen grasa visceral y tienen una muy buena salud metabólica. Los asiáticos tienen un umbral de grasa subcutánea muy bajo. El llamado "personal subcutaneus fat threshold". Poco hueco donde almacener la energía, una desventaja.

Pero realmente hay una hormona clave que nos puede hacer almacenar el exceso de energía donde no debemos hacerlo, empeorando nuestra salud metabólica y aumentando nuestro riesgo cardiovascular.

¿Cuál es es hormona clave que nos puede llevar a un mayor riesgo de infarto al aumentar nuestra grasa visceral?

Respuesta: El cortisol crónicamente elevado


¿Qué es el cortisol?

Es una hormona que secretan las glándulas suprarrenales en respuesta al estrés.

Es una hormona con un papel crucial para la supervivencia, pero que debe de dispararse en momentos muy puntuales en el día. Momentos de peligro por nuestra vida. 

Habitualmente la secreción de cortisol es cíclica. Tiene un saludable ritmo circadiano, con un pico por las mañanas, que nos ayuda a ponernos en marcha, que nos eleva la glucemia rompiendo las reservas de glucosa, para darnos esa energía para empezar el día. A esto se debe el llamado "Efecto del amanecer o del alba" en los diabéticos, con glucemias altas por la mañana.

Luego, por la noche, el cortisol debe bajar para poder tener una noche de descanso, reparadora. Una mente preocupada, con ansiedad, mantendrá el cortisol elevado por la noche, como si hubiera una amenaza exterior. No podremos dormirnos hasta calmarnos, pues el cerebro no liberará melatonina para dormirnos si hay "una amenaza exterior".

Pues bien, el cortisol tiene, como decimos, una liberación circadiana, flexible. Sse eleva al levantarnos y cae por las noches. Y es fundamental mantener esos ciclos y que tengamos una secreción flexible.

Por otro lado, la liberación de cortisol se puede disparar puntualmente ante una situación de peligro y nos proporcionará energía rápida para luchar o huir.

Es decir, es una hormona catabólica: Estimula la liberación de energía rápida para poder luchar o escapar de esa amenaza de muerte.

Por ejemplo, si tienemos delante un oso cabreado que nos ataca o que nos persigue, nuestro cuerpo necesitará, en cuestión de segundos, generar muy rápidamente toda la energía que necesitemos para luchar o para huir del oso. Por eso se le llama la hormona "Fight or Fly" (Lucha o Huye).

En caso de aparecer un oso, nuestra amígdala cerebral informará de dicha situación al Hipotálamo. Este enviará una señal a la glándula Hipófisis o glándula Pituitaria, que liberará una serie de pre-hormonas que viajaran rápidamente por la sangre para que las glándulas suprarrenales liberen cortisol, además de adrenalina y también para que el páncreas liberará glucagón. Esto conseguirá rápida energía para nuestros músculos de varias formas:

1. Estimulará la ruptura de glucógeno en el hígado (glucogenolisis)  para generer
glucosa rápidamente al torrente sanguíneo para usarla (neo glucogénesis).

2. Romperá proteínas para crear también nueva glucosa desde las proteínas

3. Cogerá la grasa subcutánea para liberar todos esos ácidos grasos a la sangre y que los músculos puedan obtener más energía desde ellos. Cuando estos ácidos grasos lleguen por la sangre al hígado, este los convertirá además en cuerpos cetónicos, para dar rápida fuente de energía tanto al cerebro como a los músculos.

Todo esto conseguirá que, cuando tengamos que lugar contra ese oso, todos nuestros depósitos de energía se liberarán a la sangre como el rayo para ser utilizados.

Es lo que ocurre cuando una zebra que está comiendo tranquilamente se ve
atacada por un león. En cuestión de décimas de segundo pasa de un estado anabólico, de almacenamiento de energía (insulina alta) a un estado catabólico, de liberación ultra rápida de energía, con cortisol alto e insulina baja.

Y en estas situaciones de amenaza, que se eleve el cortisol es lo normal. Es bueno y es necesario. Nos salvará la vida.



PERO...

Pero hoy en día tenemos situaciones cotidianas en las que nuestro cortisol permanece elevado durante largos periodos de tiempo, algo no fisiológico.

Puede ocurrir por un jefe que en el trabajo te hace la vida imposible. Por una mala situación económica y ver que uno no llega a fin de mes. Por una pareja que abusa de ti. Por una alteración de la salud mental como la depresión. Puede ocurrir si sufres por racismo, por odio. Si vives en sensación de indefensión. En el caso de soledad no buscada, etc.

Ese estado metabólico de cortisol continuamente elevado te traerá muy malas consecuencias.



¿CÓMO OCURRE?

Lo que ocurre en este estado metabólico de cortisol crónicamente elevado es que, toda esa energía que se está liberando continuamente desde el tejido subcutáneo a la sangre se encuentra con unos músculos que no la utilicen. El cerebro no distingue entre un oso cabreado o un jefe cabrón. Todos esos ácidos grasos flotando en la sangre se acumularán alrededor del hígado, del páncreas como grasa visceral, central.

Es decir, el cortisol secuestra la grasa subcutánea de la periferia y la deposita centralmente. Aumenta tu grasa visceral y te predispone a todo el riesgo metabólico. (Study: Stress may cause excess abdominal fat in otherwise slender women)

El cortisol no sólo te aumenta la grasa abdominal sino que aumenta tu Resistencia a la Insulina, pues es una hormona directamente antagonista a la insulina. La insulina es anabólica (almacena energía) y el cortisol es catabólico (libera energía y glucosa a la sangre). Es una hormona hiperglucemiante y nos llevará hacia la resistencia a la insulina y hacia la Diabetes tipo 2.

El cortisol, además hace que el hígado saque toda la artillería pro-coagulante, fabricando todos los factores de coagulación. Esto te ayudará para parar los sangrados de las heridas del combate. Pero ese estado "pro-coagulante", "pro-trombótico" del cortisol crónicamente elevado favorecerá el desarrollo de infartos y de ictus. Es lo que ocurre en el Síndrome de Cushing, el estandarte de un elevado nivel de cortisol de forma constante (Arterial Blood Clots May Be First Sign of Cushing’s Syndrome).


Por otro lado, el cortisol suprime nuestra mejor arma contra el riesgo cardiovascular. Bloquea la liberación de Óxido Nítrico, esa sustancia mágica vasodilatarora y reparadora del endotelio vascular. De modo que tendremos un aumento de los daños en el endotelio vascular y elevación de la tensión arterial. (Cortisol and Hypertension).

Además de darnos hipertensión, el cortisol "hiere" nuestro glicocálix, esa capa protectora que reviste el endotelio vascular de la pared de nuestras arterias. (The nitric oxide system and cortisol-induced hypertension in humans).

Es en esas heridas donde empieza a desarrollarse ese trombo o coágulo
reparador. Donde se inicia la cascada inflamatoria y la llegada de fibrina, plaquetas, colágeno, iniciando la placa de ateroma. El colesterol nada tiene que ver en esa placa. El único colesterol que encontraremos en las placas serán cristales puros de colesterol extravasados de los glóbulos rojos que se habrán roto en la formación de ese trombo. Ese trombo o cicatriz reparadora de la herida iniciada por el cortisol.

Es decir, los niveles altos de cortisol sólo tienen consecuencias nefastas para nuestra salud metabólica y para nuestra salud cardiovascular.

Lo mismo ocurre en estados de tratamientos prolongados con corticoides. Es decir, el cortisol y la prednisona son idénticos con idénticas funciones. (Artículo del New York Times).

Las personas con la Enfermedad de Cushing, en la que hay una excesiva producción de cortisol, tienen un riesgo cardiovascular 5 veces mayor que la poblacion general. No es un riesgo un 50% superior, sino un 500% superior (Artículo).

Las mismas consecuencias o similares ocurre en los pacientes con tratamientos prolongados con corticoides (Artículo).



Salud mental, niveles anormales de Cortisol y mortalidad cardiovascular

Pocas pesonas saben que las enfermedades de la salud mental asocian un altísimo
riesgo cardiovascular. Altísimo. Y nada tiene que ver con el colesterol 

La razón es que en las enfermedades de la salud mental como la depresión, la esquizofrenia o el trastorno bipolar cursan con una tremenda disfunción del Eje Hipotálamo - Hipofisario - Adrenal que hemos comentado, con altos niveles de cortisol todo el día.

Lo llamaremos eje HPA: Hipotálamo-Pituitaria-Adrenal

La mitad de los pacientes con depresión tienen niveles elevados de cortisol y una profunda disfunción del eje HPA (Articulo). Esto les lleva a desarrollar una importante Resistencia a la Insulina, a Síndrome Metabólico y aumento del riesgo de Diabetes Tipo 2 y aumento muy importante del riesgo cardiovascular (Artículo).

Otro ejemplo de salud mental: Más de dos tercios de los pacientes con esquizofrenia fallecen de enfermedad coronaria (respecto a 1/3 en la población general). Estes es un porcentaje elevadísimo, siendo que casi un tercio fallecen por suicidio. Práctiamente todo el resto de pacientes que no se suicidan fallecen de un infarto. (Artículo).

Lo mismo ocurre con pacientes con Tratorno Bipolar, en los que los altos niveles de cortisol debidos a la disfunción del eje hipotalámico-hipofisario-adrenal, les lleva a desarrollar diabetes tipo 2, 3 veces más que la población general, un 300% más (Artículo).

En resumen, en todas las enfermedades de la salud mental ocurre la cadena de sucesos: Disfunción del Eje Hipotalámico-Pituitario-Adrenal (HPA). Esto lleva a niveles crónicamente elevados de cortisol, seguidos del desarrollo de una enorme Resistencia a la Insulina, de desarrollo de diabetes tipo 2 y de un enorme aumento de la incidencia de infartos.

¿Y qué tiene que ve el colesterol con esos infartos?

Pues nada de nada. Las verdaderas causas que nos llevan a infartos son otras.

En este caso es el cortisol alto, la insulina alta, el síndrome metabólico que lo engloba, el desarrollo de diabetes tipo2. Estos son los ofensores que dañan las paredes de nuestras arterias en esta esfera. Esas heridas que tienen que ser reparadas, como una herida en la pie, con un trombo, una cicatriz, una placa que se va haciendo más grande conforme los daños persisten. El colesterol en estos pacientes es completamente irrelevante. Pueden tenerlo alto, bajo o regular. Se infartan igual.


¿Y en trastornos del estado de ánimo sin llegar a tener una enfermedad grave de la salud mental?

Pues también tienen consecuencias. Además de los trastornos graves de la salud
mental, simplemente la depresión o estados de desesperación, de soledad, de ira, aumentan nuestro riesgo cardio-vascular MEDIADOS POR EL CORTISOL CRÓNICAMENTE ELEVADO.

Es decir los estresores negativos de la vida personal de cada uno favorece una
disfunción del eje HPA, con los niveles de cortisol crónicamente elevados.

Esto puede ocurrir en múltiples esferas vitales de la población:

  • Situaciones de inseguridad laboral, de no poder llegar a fin de mes. Preocupaciones financieras
  • Falta de apoyo social. Ser víctima de racismo. Estar abajo de la escala social, en las clases más desfavorecidas
  • Sentir una falta de control en el trabajo, en la vida en general. La desilusión. La falta de esperanza
  • La soledad no buscada. Una pareja que abuse de ti. Vivir en un barrio con violencia e inseguridad.
  • Los pueblos expulsados de sus países. La migración forzosa.


En la historia de pueblos rotos o apartados hay muchos ejemplos.

Por ejemplo, la mortalidad cardiovascular aumentó dramáticamente en los países afectados por la disolución de la Unión Soviética tras la caída del muro de Berlín en 1989. En los años noventa, países como Lituania tuvieron un aumento del 400% la mortalidad cardiovascular. Y no fue por tomar mantequilla o grasas saturadas, sino por un destruido eje Hipotalámico-Hipofisario-Adrenal. En el estudio LiVcordia vieron cómo su esperanza de vida era similar a los habitantes de Suecia, pero cómo éste cayó en picado en los años 90 (Artículo).
Los científicos vieron que su curva de cortisol era plana, sin respuesta, muerta. Y de la misma manera, tenían un aumento de las placas de ateroma y del endurecimiento de sus arterias.

Las personas con una alteración del eje HPA, tienen una curva de cortisol plana todo el día. Ni sube por las mañanas ni baja por las noches. No responden a estímulos con una elevación natural del cortisol. La curva sana del cortisol tiene que ciclar, tiene que ser flexible. En estas personas es INFLEXIBLE, fija, plana, muerta.

De nuevo los mismos mecanismos: Estrés psicosocial, alteración del eje HPA, aumento de la grasa visceral y aumento del 400% de la mortalidad cardiovascular.


Lo mismo ocurrió con los aborígenes australianos expulsados de sus tierras. Se quedaron solos, sin esperanza, sin voz, sin voto, olvidados, deprimidos... y su mortalidad cardiovascular se multiplicó (Artículo).
Todos tenían alteración el eje HPA con una curva plana (Artículo) y con una incidendia de diabetes 3-4 veces superior (Artículo).

¿Se morían antes por mortalidad cardiovascular? Por supuesto. Se decubrió que las mujeres jóvenes aborígenes tenían un riesgo de muerte de origen vascular casi 30 veces superior!! Es decir un aumento del 2.900 %. Dosmil novecientos por ciento! (Artículo)

Ningún factor de vida conlleva tal magnitud de aumento del riesgo cardivascular. Ni siquiera el tabaco.

¿Qué tenía que ver el colesterol con ese enorme aumento de infartos en las mujeres indígenas explusadas de sus tierras? Nada.


Lo mismo ocurre con los barrios pobres y deprimidos del Reino Unido. Allí la incidencia de mortalidad de origen cardiovascular también se multiplica (Artículo). El riesgo aumenta en grandes ciudades socialmente deprimidas como Manchester, Liverpool, Hull, Stoke Birmingham, Glasgow. La mortalidad es muy inferior en zonas rurales, donde la vida es más amigable y las relaciones entre las personas se palpan en los "capazos" que se pegan en las calles de los pueblos pequeños. 


Miremos donde miremos, se repite el mismo patrón: Estrés psicosocial, deprivación social, racismo, estar abajo de la escala social. Son factores terribles para la salud y especialmente para la salud cardiovascular.

Por eso, la salud consiste en tres partes que se solapan:

1. Salud Física

2. Salud Psicológica o mental

3. Salud Social .


La medicina moderna se encarga de manejar la salud física bastante bien.

La salud psicológica, quizás no tan bien.

Pero si no abordamos la esfera social, esta se lleva detrás a todo lo demás.




Incluso la OMS reconoce estas tres esferas:
"La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social y no meramente la ausencia de enfermedad"


El "Efecto Roseto": Vivir en comunidad, con conexión, es tu mejor medicina

El efecto protector que la conexión social ofrece para la salud se empezó a
descubrir en un pequeño pueblo de Pennsylvania llamado Roseto, de población italiano-americana. Se observaba que en este pueblo la esperanza de vida era muy alta, a pesar de que muchos bebieran alcohol o fumaran.

¿Cómo podía ser? Comprobaron que, en dicho pueblo, en la mayoría de las viviendas convivían alegremente 3 generaciones de cada familia. Los ancianos no se llevaban a residencias. La gente estaba muy incorporada a la comunidad y seguía involucrándose en acciones sociales en su ancianidad. Los mayores daban paseos juntos, pertenecían a clubes sociales. Participaban de actividades de la Iglesia y de la comunidad.

Comían juntos, celebraban las ocasiones y los fines de semana. Se reunían y se sentían conectados. Compartían sus experiencias.  Se comunicaban. Se ayudaban. No se encerraban. Compartían la vida. Se sentían que pertenecían a la comunidad. Una gran familia bien avenida.

El efecto Roseto se resumía en 2 palabras: Conexión y Comunidad.  Esta unión de su población les daba predictibilidad y estabilidad, teniendo cada persona un papel definido y claro en el esquema social de las cosas. Todo el mundo trabajaba en Roseto. Trabajaban duro, todos en aras de un fin común: construir una vida mejor para sus hijos.

Sentirse conectado en una comunidad cercana hace que uno se sienta menos sobrepasado por los problemas diarios. Siempre tenían a alguien que les ayudaba. No se sentían solos. Podían afrontar los problemas en equipo, de forma más fácil. Sentirse menos desbordado por los problemas del día a día significa que tampoco eres víctima del estrés crónico. Un resumen de este hecho lo describió el escritor Malcolm Galdwell en su libro Outliers y se resumen en este artículo del New York Times (Artículo).


La mayor esperanza de vida de las Zonas Azules

En el libro The Blue Zones, hablan de los diversos factores implicados en la gran
longevidad de las personas que viven en ciertos lugares del mundo llamados "Las Zonas Azules". Independientemente de que llevara una dieta más vegetariana o más omnívora, los autores reconocen que las principales causas de su longevidad son sus fuertes estructuras sociales, su amistad y los fuertes lazos familiares.

Los mismos factores que se encontraron en Roseto. Cuando rompes esos lazos, rompemos la socidad y creamos estrés psicosocial las consecuencias son un aumento de la mortalidad cardiovascular.

Sin embargo, la amabilidad,  el cuidar del otro, la compasión, el contacto humano,
la amistad, el sentido de propósito en la vida. Esas son las cosas que realmente importan. Pero son cosas muy difíciles de medir.

Como dijo Einstein:
"La mayoría de las cosas que importan (cariño, amor) no pueden medirse.
Y la mayoría de las cosas que pueden medirse (como el colesterol), no importan"




¿Qué podemos hacer para mejorar nuestra salud cardiovascular?

Desde luego no es preocuparnos por nuestro nivel de colesterol y querer bajarlo. Es una molécula indispensable para la vida y bajarlo nos traerá más consecuencias malas que buenas.

Pero sí que podemos reducir nuestros niveles de cortisol en el día a día.

Podemos ser amables con los demás. Sonreír. Coger a alguien del hombro. Dar las gracias a quien nos atiende cada día detrás de un mostrador. Sonreírle.
No sólo le mejoramos su estado de ánimo. También lo hacemos con el nuestro propio.

Los "capazos" en la calles son una de las mejores herramientas para bajar nuestro cortisol y elevar nuestra felicidad, nuestro sentido de pertenencia a un pueblo, una gente.

Si ya estamos jubilados, podemos seguir perteneciendoa otros grupos que no sea
el del trabajo. Siendo voluntarios en una organización benéfica. Mi madre, con casi 79 años, ayuda en una residencia de ancianos a coger las llamadas de teléfono.
No podemos aislarnos si perdemos el contacto social con la jubilación. Debemos reodearnos de gente a la que poder ayudar. Poder ayudar es un bien que beneficia a ambas partes, la que lo da y la que lo recibe.

Podemos convivir varias generaciones bajo un mismo techo. Se ha visto que tanto los niños maduran mejor cuando conviven con ancianos como los ancianos mejoran cognitivamente y viven más si están rodeados de generaciones más jóvenes que ellos.

El amor, el cariño, la esperanza, rodearnos de gente que nos quiere, que nos haga
sentir que PERTENECEMOS a ellos, a una familia, a un grupo.

Otra forma es alinearnos con los ritmos circadianos. Recordar que el cortisol se elevaba al amanecer y cae por las tardes y noches. No debemos permanecer despiertos viendo la tele hasta altas horas de la noche, cuando lo que debemos de hacer es descansar.

Intentar no trabajar en turnos de noche, que tanto alteran los ritmos circadianos. Trabajar a turnos de noche eleva el cortisol y el riesgo de diabetes tipo 2, entre otros males. De noche hay que dormir.

Nunca cenar tarde. De grandes cenas están las sepulturas llenas. Intentar cenar al menos 3 horas antes de irnos a dormir sería la mejor forma de alinearnos con los ritmos circadianos. La cena eleva el cortisol 1 hora y no pueden convivir en la misma habitación cortisol y melatonina. Tampoco insulina y melatonina.
Irnos a dormir con un estómago vacío es una de las mejores formas de cuidar nuestra salud metabólica.

Y recordad que lo que nos mata es tener una mala salud metabólica, esa Insulino Resistencia que conlleva la llamada "Dislipidemia Aterogénica", ese patrón alterado de triglicéridos altos y Colesterol HDL bajo.

Tu colesterol total y LDL no tienen ningún papel en tu mortalidad cardiovascular siempre que tengas un buen patrón de salud metabólica. De hecho, con buena salud metabólica, un LDL elevado (e incluso un APO-B elevado) asocian MAYOR LONGEVIDAD.


Espero en otra entrada posterior explicar que tampoco un recuento de APO-B alto, en presencia de buena salud metabólica (Colesterol Total/C-HDL < 3.5), asocia mayor riesgo cardiovascular. Al contrario, asocia mayor longevidad.


En resumen,

Cuida lo importante. Duerme bien, cena pronto, pasea al exterior, exponte al sol sin camiseta 15 minutos (liberarás Óxido Nítrico), rodéate de gente que te quiere, ayuda a los demás, sonríe, abraza, ten un animal, disfruta de tus hijos, nietos, padres y abuelos. 

No son las cosas que nos ocurren en la vida lo que nos daña la salud cardiovascular, sino cómo nos afectan las cosas de la vida.
Lo que ocurre no depende de nosotros. Cómo nos afecta y cómo respondemos sí que depende de nosotros.




Si tienes un jefe cabrón, intenta cambiar de lugar de trabajo. Haz lo que sea para que no te afecte el estrés. Un familar ingresó en el hospital durante 1 semana por crisis hipertensivas causadas por el estrés del trabajo. De nuevo estrés, cortisol, insulina, hipertensión y riesgo cardiovascular.

Utiliza técnicas de relajación. Aprende meditación. Únete a un grupo de yoga. Aprende Mindfullness. Pasea al exterior y siente el aire en tu rostro. Siéntete vivo.

Respira por la nariz (también libera Óxido Nítrico), lentamente, en 3-4 segundos. Espira en 6 segundos, lentamente. Hazlo cada día. Bastan 15 minutos y funciona para reducir el cortisol. Una estrategia sin efectos secundarios y sin tener que tomar una pastilla (estatinas) cada día durante 30 años de tu vida para, en el mejor de los casos, ganar 1 mes de vida, según dicen los "mejores estudios".


Gracias por leerme,


Jorge García-Dihinx Villanova
Pediatra - Huesca - Spain

P.D: Texto inspirado por el mensaje del Dr. Malcolm Kendrick en su fascinante libro The Clot Thickens: The enduring mystery of heart disease (enlace)