EL CODIGO DE LA DIABETES Dr. Jason Fung. La solución natural para la Diabetes Tipo 2

The Diabetes Code: La solución natural para la diabetes tipo 2

¿Por qué tratamos con fármacos una enfermedad cuyo origen está en la alimentación?

Dr. Jason Fung

Acabo de terminar de escuchar el audiolibro "The Diabetes code" del Dr. Jason Fung y no podía dejar escribir algo al respecto. De nuevo, su 3º libro, me ha encantado.
El Dr. Jason Fung ya nos abrió los ojos hace 2 años con su 1º libro: "The Obesity Code", ya traducido al castellano actualmente (El código de la obesidad). Un libro que cualquier médico que maneje la obesidad o el síndrome metabólico en su consulta debería leer. Ese primer libro lo leí y lo re-leí. Lo subrayé, consulté su bibliografía adjunta y, en mis viajes en coche, lo he escuchado en el formato audio varias veces más.

Antes de leerlo (y de escucharlo) había escuchado ya varias de sus conferencias sobre el manejo de la obesidad y de la diabetes tipo 2 en su canal de youtube. 

Posteriormente, el Dr. Jason Fung publicó, junto con Jimmy Moore, The Complete Guide to Fasting, también traducido ya al castellano como "La guía completa del ayuno". Este libro está bien, pero no es ni de lejos, tan bueno como el código de la obesidad.


Hace unas semanas vi que amazon anunciaba "en preventa" su nuevo libro: The diabetes code. Lo pedí sin dudarlo. Me llegará a casa este próximo 18 de abril.
Pero hace poco vi en un tweet de otro "Low Carb Doctor", cómo hablaba maravillas de la versión en audiolibro, que se ha encargado de narrar personalmente el propio Jason Fung. En cuanto lo vi en Audible de amazon me hice con él y lo he estado escuchando desde el móvil estos días: paseando a Tuca y Kilian, cocinando, fregando, comiendo y en todas las situaciones que podía.

Me ha emocionado...

Gran parte de lo que he escuchado ya lo conocía, pues sigo al Dr. Fung en su intensivedietarymanagement.com desde hace tiempo y le he escuchado muchas de sus charlas en youtube. El Dr. Fung maneja la obesidad, la diabetes tipo 2 y el síndrome metabólico con una alimentación baja en carbohidratos (LCHF), combinada con ayunos intermitentes. Las mejores armas para disminuir los niveles de insulina en sangre, al disminuir la ingesta de glucosa y favorecer el vaciamiento de sus depósitos.

The Diabetes Code, el libro

A continuación, dejo unas pinceladas de lo que transmite este libro:

La característica más obvia en la diabetes tipo 2 son los niveles altos de azúcar en la sangre. Pero esto es sólo un síntoma de la enfermedad, no la enfermedad en sí. La diabetes tipo 2 es una enfermedad en la que hay una excesiva resistencia a la insulina en las células del cuerpo, lo que obliga al páncreas a tener que fabricar más insulina.

El problema es la resistencia a la insulina.

A ella hemos llegado tras años de niveles tan altos de glucosa en las células. Células que ya están llenas y no pueden soportar más glucosa, de manera que han empezado a rechazar que les quieran meter más glucosa a través de la insulina. Se han vuelto resistentes a la insulina, de manera que el páncreas ha tenido que producir más y más insulina con el paso de los años.

De manera que el problema es la alta resistencia a la insulina, por demasiada sobrecarga de azúcar en el cuerpo, que las células ya no tienen espacio para almacenar (como una maleta llena de ropa en la que ya no entran esas dos últimas camisas, por mucho que aprietes y aprietes).

Es decir, lo que sobra es ropa en la maleta, que se sale hacia afuera. Pero los médicos, en lugar de quitar ropa (ingerir menos carbohidratos refinados, es decir, azúcares), presionamos con más fuerza la maleta (más insulina exógena con fármacos) para que esta ropa que sobra, pueda entrar finalmente.

Hay un fenómeno de "sobrecarga de azúcar en el organismo" (Maleta llena de ropa). La solución no está en hacer más fuerza, sino en "deshacerse de tanta ropa" de alguna forma y no seguir metiendo más ropa haciendo más fuerza.

Es como si tuviéramos mucha basura (azúcar) en casa y, en lugar de parar de meter más basura (reduciendo los carbohidratos de nuestra dieta), simplemente la fuéramos escondiendo debajo de la cama, en el trastero, etc (dando insulina para meterla en las células, ya de por sí llenas). Llegaría un momento en que la casa apestaría. La basura (azúcar) no ya está en los pasillos (la sangre), claro. Pero no nos hemos deshecho de ella, sino que la hemos escondido (insulina metiendo el exceso de azúcar en las apestadas células).

La vida en la Villa Diabética: El Dr. Jason Fung usa la siguiente analogía con sus pacientes: 

Imagínate que vives en la Avenida del Hígado, en una ciudad llamada "Villa Diabética" (Diabetes Ville). En esta ciudad todo el mundo es amigable y confiado y dejan su casa abierta, sin cerrar la puerta (las células del organismo).

Tres veces al día (las comidas que hacemos al día) la Señora Insulina se pasea por las calles y lleva una pequeña taza de glucosa a cada casa, para que la disfruten sus residentes.

La vida va bien y todo el mundo es feliz.

Pero...

con el paso del tiempo, la Señora Insulina pasa por la ciudad de forma más y más frecuente (5 comidas al día, llenas de carbohidratos = azúcar). Y poco a poco empieza a dejar grandes cubos de glucosa en cada casa (cada célula). Tiene que vaciar su camión de "cubos de glucosa" cada noche o perderá su trabajo.

Durante un tiempo, cada habitante consigue almacenar ese exceso de cubos glucosa en su casa... y la vida continúa.

Pero eventualmente, las casas están completamente llenas de cubos de glucosa, que empiezan a pudrirse y a apestar.

Los residentes intentan dialogar con la Señora Insulina, pero no llegan a ningún acuerdo. Todas las casas de todas las calles tienen el mismo problema.

De manera que, cada ciudadano, responde de esta manera:

"Ya no quiero más glucosa tóxica"

"Estamos hasta arriba"

"No podemos soportar tanta glucosa en casa. No nos cabe más"

Así que, lo que hacen es cerrar con llave la puerta de entrada (crear resistencia) para que la Señora Insulina no pueda seguir metiendo más glucosa tóxica en su casa. Un poco de glucosa cada día estaba bien, pero estas cantidades son excesivas: "La dosis hace el veneno" (Paracelso).

Cada residente de la villa simplemente está "resistiéndose" a esa carga excesiva de glucosa por parte de la Señora Insulina. Esta es la Resistencia a la Insulina.

Ahora, a la Señora Insulina le cuesta cada vez más poder distribuir toda esa carga de glucosa y se empieza a preocupar de que la puedan despedir de su trabajo. De manera que pide ayuda a sus hermanos y hermanas.

Los hermanos de la Señora Insulina rompen la puerta de tu casa y te meten barriles de glucosa... donde ya no cabía más glucosa...

... hasta que tu familia decide aumentar la resistencia a la entrada de glucosa poniendo barras de acero. Es una batalla entre la familia de la Señora Insulina queriendo meter la glucosa en las casas y los ciudadanos, intentando evitarlo, aumentando la resistencia a la insulina.

Más insulina... lleva a más resistencia.
La exposición continua... genera la resistencia (es la homeostasis del organismo)

Y más resistencia... conlleva más producción de insulina para vencerla (hermanos, hermanas, primos, tíos, etc).

¿Qué hace el cuerpo para defenderse de tanta glucosa?

Con tanta glucosa almacenada dentro de la casa, los residentes terminan convirtiéndola en grasa (De novo lipogénesis hepática).
Con la Avenida del Hígado llena de grasa (Hígado Graso). Los vecinos empaquetan la grasa y la envían por Amazon a sus amigos: A la Avenida del Páncreas, al Boulevard del músculo esquelético y otros lugares, depositándola entre las calles (la grasa visceral = barriga triguera).

En nuestras casas de la Avenida del Hígado (células hepáticas), en este punto, el exceso de glucosa en la cadena de distribución ha ido estimulando a la Insulina, que ha seguido inflando y llenando el hígado de glucosa, el cual ha activado la De Novo Lipogénesis Hepática, para transformar ese exceso de glucosa en grasa.

Este exceso de grasa se ha ido acumulando en el hígado, dañandolo y llenándolo hasta arriba de grasa (llamado Hígado Graso No Alcohólico... o "Hígado Graso Coca-Cólico").

De manera que el hígado intenta "deshincharse o descomprimirse" de tanta grasa, evacuándola en forma de Triglicéridos hacia el músculo esquelético, el páncreas y resto de órganos abdominales cercanos.

Mientras tanto,

la familia  entera de la Señora Insulina sigue intentando meter más barriles de glucosa en las casas y las células hepáticas siguen intentando impedir que entre más glucosa, aumentando su resistencia a la insulina.

En la Villa Diabética, a estas altura todas las casas están bloqueadas con barras triples de acero y con perros guardianes. De manera que la Familia entera de la Insulina no puede distribuir todo ese exceso de glucosa que lleva en sus camiones. Así que los barriles de glucosa finalmente se desparraman por las calles (glucosa alta en la sangre) y llegan a las alcantarillas (orina), debutando la Diabetes Tipo 2: Altos niveles de azúcar en la sangre (calles) y en las alcantarillas (orina).

Entonces aparece en escena el médico.

El médico reconoce que tanta glucosa por las calles es indudablemente tóxica. Y decide que hay que limpiar las calles de tanta glucosa inmediatamente.

A pesar de estar todo el clan de la Familia Insulina intentando sin éxito abrir las puertas de las casas (células), el doctor decide enviar a los militares a que ayuden a la familia insulina a meter toda esa glucosa sobrante, en la casas "Resistentes" a la insulina.
Así que llena la calle de Militares-Insulina para completar su plan de acción y, poco a poco, consigue meter esos barriles de glucosa en los huecos de los trasteros de las casas.

El médico mira orgulloso las calles, vacías de barriles.
Se congratula por ello. Qué bueno soy.

Pero eventualmente las casas se terminan llenando de más glucosa y la resistencia sigue aumentando, siendo incluso difícil para los militares conseguir meter el exceso de glucosa que vienen de los carbohidratos de la dieta, con las continuas 5 comidas al día.

En este punto, nos preguntamos: 

¿El doctor dejará de enviar glucosa (carbohidratos) a la ciudad?

Pues no...

La solución que ha aprendido es una sola para cada problema: Dar más insulina...

"Para un hombre que tiene un martillo... todo lo demás le parece un clavo".

Resumiendo:

En nuestro cuerpo, el exceso de azúcar desde la dieta (carbohidratos refinados: pan, harinas, pastas, zumos, galletas, pasteles, bebidas azucaradas) redunda en un exceso de insulina. Y ese exceso de insulina, con el tiempo, lleva a resistencia progresiva a la insulina y la necesidad de fabricar más y más insulina.

Sin embargo,

actualmente la solución aceptada es...

... prescribir más insulina (!?!?).

Si los niveles de insulina ya están de por sí elevados...

¿Por qué querríamos dar aún más insulina?

En lugar de eliminar ese exceso de azúcar en la sangre, la insulina tan sólo "esconde" ese azúcar por los órganos del cuerpo.

Dosis más altas de insulina sólo crearán mayor resistencia a la insulina y necesidad de dar aún más insulina.

Aunque los síntomas de azúcar alto en la sangre mejoren (ya no ya barriles de glucosa en las calles)...
...la enfermedad de la diabetes tipo 2, empeorará.

Los médicos aceptamos que los niveles altos de azúcar en la sangre son dañinos. Pero con poca frecuencia nos hacemos la siguiente pregunta: "Si estos niveles altos de glucosa en la sangre son tóxicos... ¿por qué no deberían serlo también dentro de las células?".

Conforme la glucosa entra en las células a un ritmo más rápido del que estas pueden utilizarla como energía, se va acumulando dentro de la célula.

La razón por la que se desarrolla la resistencia a la insulina en todos los órganos del ser humano y en todas las personas del mundo es precisamente para protegerse de esta sobrecarga de glucosa tan tóxica.

Es algo bueno. No algo malo.
Es una respuesta natural de las células para protegerse la causa principal, los niveles altos de insulina.

De hecho, la insulina no elimina ese exceso de glucosa del cuerpo. Simplemente la limpia de la sangre y la fuerza adentro de las células (como esconder la basura de casa)... llevándola a otros sitios. A cualquier sitio: A los ojos, a los riñones, a los nervios, al corazón.

Eventualmente todos los órganos empiezan a pudrirse, por demasiada glucosa.

Utilizar más insulina para "esconder" la glucosa en los distintos tejidos del cuerpo es finalmente algo destructivo.

La clave para el tratamiento adecuado de la diabetes tipo 2 es deshacerse de ese exceso de azúcar, no simplemente distribuirla por el cuerpo.

El problema es tanto un exceso de glucosa (en las calles o debajo la cama) como un exceso de insulina.

La glucosa en las calles (glucosa en ayunas) es sólo la punta del iceberg:

En las fases iniciales de la enfermedad (Pre-Diabetes) los médicos no vemos el problema, pues sólo pedimos la glucosa en sangre en ayunas y no pedimos la insulina en ayunas.
Es decir, esa insulina que necesita el cuerpo (en ayunas) para mantener la glucosa a raya, fuera de las calles.

De manera que, a base de mucha insulina, el cuerpo consigue, durante unos años, mantener "la basura escondida".
Pero no tiene nada que ver tener una glucosa en ayunas de 95 mg/dl con sólo 4 microU/ml de insulina que tenerla a 95 mg/dl pero a base de 38 microU/ml de insulina por la sangre (por las calles).
Esa Resistencia a la Insulina (sinónimo de Carbo-Intolerancia o de Pre-Diabetes, precede durante años al debut de una diabetes establecida....
Una diabetes que la Familia Insulina ha intentado tapar por todos los medios durante años, mientras ni el paciente ni su médico lo sabían... pues sólo miraban la glucosa en la sangre, sin más.

Un día, finalmente, la glucosa se desparramará por la sangre (por las calles) y la orina (alcantarillas) y nos dirán que, por fin, somos diabéticos.
Lo éramos durante años... sin saberlo.
Sólo veíamos la glucosa a raya, sin saber que necesitábamos toneladas de insulina cada día para meter esa glucosa en las resistentes células. La diabetes estaba ahí, latente, esperando, recibiendo azúcar cada día... cada día... hasta estallar.

Luego, durante los siguientes años de la enfermedad, seguiremos recibiendo más y más insulina como tratamiento, en lugar de dejar de introducir glucosa en el cuerpo. De manera que seguiremos acumulando glucosa en todos los tejidos. Escondiéndola de la sangre en las células, como si fuera basura. En las células de los distintos órganos, como la basura escondida debajo la cama.
¿Estamos solucionando el problema?
No. Lo estamos empeorando

El final de la partida...

¿Qué ocurre tras 10 o 20 años de diabetes tipo 2, escondiendo la glucosa por las distintas partes del cuerpo... para que no se vea en la sangre (tóxica) y no termine escapándose por las alcantarillas del riñón?

Pues ocurre que todas las partes del cuerpo donde hemos ido acumulando el exceso de glucosa (porque no hemos dejado de tomar las 5 comidas al día y bien llenas de carbohidratos, que la grasa es mala, dicen)... empiezan a estropearse, a pudrirse, a apestar con tanta basura (glucosa en exceso, tóxica) almacenada durante años.

Esta es la razón por la que la DM tipo 2, como casi ninguna otra enfermedad, afecta a

prácticamente cada parte de nuestro cuerpo.

Todos los órganos sufren los efectos de esa excesiva carga de glucosa:

Tus ojos se estropean y te quedas ciego.

Tus riñones se estropean y necesitas diálisis.

Tu corazón se estropea y tienes un infarto o tienes insuficiencia cardiaca.

Tu cerebro se estropea y desarrollas un Alzheimer (ahora llaman al Alzheimer la Diabetes tipo 3...)

Tu hígado se estropea y tienes hígado graso y desarrollas cirrosis.

Tus nervios se estropean y tienes neuropatía diabética.

Tus dedos y piernas se estropean y tienes úlceras diabéticas y tienen que amputarte los dedos, los pies...

Ninguna parte de tu cuerpo se salva de los excesivos y tóxicos niveles de glucosa.

Los fármacos  (Las insulinas) no consiguen hacer nada para frenar la progresión del daño en los órganos, porque no eliminan la carga de glucosa tóxica. Sólo la redistribuyen.

Curiosamente, esta información... ...tan poco conveniente para los médicos...
...la hemos sabido desde el año 2.008:

En los últimos 10 años se han realizado no menos de 7 estudios randomizados, multicéntricos, multinacionales, en miles y miles de pacientes, en los que se controlaba de forma muy estricta la glucosa en la sangre con la medicación (Insulinas).
Estudios randomizados enormes como los siguientes: El estudio ACCORD, el estudio ADVANCE, el estudio VADT, el estudio ORIGIN, el estudio ELIXA, el estudio TECOS o el estudio SAVOR-TIMI 53

Todos fracasaron en demostrar reducciones en enfermedad cardiovascular, la principal causa de muerte en paciente diabéticos, con los diferentes fármacos estudiados para controlar mejor la glucosa en la sangre. En todos ellos, el grupo control, tuvo la misma supervivencia que el grupo intervención.

Pretendíamos demostrar que utilizar medicaciones para bajar el azúcar en la sangre (en las calles de Villa Diabética) haría que los pacientes fueran más sanos y que se redujera su riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular. Pero sólo ha sido una mentira.

Y todo porque hemos pasado por alto una verdad singular:

No podemos utilizar fármacos para curar una enfermedad ocasionada por la alimentación

¿Cómo podemos curar la diabetes tipo 2?

Si entendemos que lo que ocurre en la Diabetes Tipo 2 es que hay demasiado azúcar, entonces, la solución se vuelve muy obvia:

Deshazte de ella! (reduce ingesta de carbohidratos = cadenas de glucosa)

No la escondas debajo de la cama! (inyectando más insulina para meter más glucosa en las células).

Hay verdaderamente 2 formas de deshacerse del exceso de azúcar en el cuerpo:

1. No metas más azúcar (carbohidratos)

2. Quémala, utilízala.

Ya está. Esto es todo lo que necesitamos hacer.

¿Qué es lo bueno de todo esto?

Que la solución es natural (sin medicación) y que es gratis.

Sin medicinas.

Sin cirugía bariátrica (con sus efectos secundarios)

Sin gasto económico.

1. Primer paso: No metas más azúcar

Obviamente, el primer paso es eliminar todos los azúcares y carbohidratos refinados de tu dieta. El azúcar en sí no tiene ningún valor nutricional (azúcar = sacarosa = glucosa+fructosa) y puede ser eliminado de la dieta con total seguridad.

Además del azúcar líquido de las bebidas azucaradas, los carbohidratos altamente refinados como las harinas (pan, pasta), así como el arroz, patata, galletas, dulces, son cadenas de glucosa que son convertidas rápidamente en glucosa. Incluso los llamados "Carbohidratos complejos" (cereales), son almidones, cadenas de múltiples moléculas de glucosa que, una vez digeridos, se convierten en glucosa.

La estrategia óptima es reducir al máximo todos estos carbohidratos. Que la base de nuestros carbohidratos vengan básicamente de las verduras y hortalizas. En 100 g de espinacas tienes sólo 1 g de carbohidrato neto. En 100 g de brócoli o de pimientos verdes o de espárragos trigueros o de calabacín o de col o de kale, sólo 3 g netos de carbohidratos.
Sin embargo, en 100 g de pan tienes 46 g de carbohidratos. Creo que la diferencia es notable. Por otro lado, nutricionalmente hablando no tenemos ningún mínimo requerimiento nutricional a partir de los carbohidratos.

Las proteínas de la dieta se digieren y se convierten en aminoácidos, que forman los "ladrillos" desde los que constituir nuevo músculo, tejidos, etc. Hay un mínimo de requerimiento nutricional. Puedes medrar y vivir sin carbohidratos en la dieta, pero no sin proteínas. Podemos tomar entre 0,8 y 1,5 g de proteínas por kg de peso, aunque hay un amplio margen, según la edad, masa muscular y actividad física de cada persona.
Un exceso de proteínas no puede almacenarse y esos aminoácidos serán convertidos en glucosa en el hígado.
De esta manera, también debemos moderar y evitar un excesivo consumo de proteínas, pues esto sólo añadirá más azúcar al organismo. Las personas con DM tipo 2 o Pre-Diabetes deberán evitar las barritas proteicas, los batidos de proteínas y las proteínas en polvo. Ingiere las proteínas desde comida real: huevos, pescados, carnes.

Es decir, en un estado pre-diabético o en una DM Tipo 2, nuestra dieta debería basarse en tomar muchas verduras y hortalizas como base de los carbohidratos y acompañarlas generosamente de grasas saludables.

Estamos viendo que la grasa de la dieta, demonizada durante años por su posible papel en las enfermedades cardiovasculares, es realmente un nutriente esencial, muy saludable y con un índice glucémico de cero. No añade nada de glucosa. No echa gasolina al fuego.

Grasas naturales, como las que encontramos en los frutos secos, aguacates, aceite de oliva y pescados han demostrado un efecto cardioprotector. También las carnes de buena calidad, de animal de pasto.
La dieta mediterránea, alta en grasas naturales, está aceptada como una dieta muy saludable. Los huevos y la mantequilla son ambos excelentes fuentes de grasa natural, con impacto prácticamente nulo sobre la glucosa de la sangre y sobre la insulina. No hay secreción de insulina frente a la ingesta de aceite de oliva o de mantequilla.

Lo más importante es comer comida real, no refinada, no empaquetada, no industrializada. Como las galletas, cereales del desayuno, pastas, harinas, etc.
Evitar carbohidratos refinados. Que los carbohidratos estén representados básicamente por verduras.
Moderar la ingesta de proteínas y ser generoso con la ingesta de grasas naturales.
Las únicas grasas "malas" son las industriales (grasas trans).

La analogía que voy a comentar ahora se me ocurrió el otro día, mientras corría por los alrededores de Chimillas. Corriendo, se libera la amígdala del cerebro y se piensa mejor. De ahí surgen muchas ideas interesantes.
Ahí va:

Imagínate que tienes un grifo abierto en casa (ingesta de carbohidratos) que no para de echar agua al suelo (glucosa en la sangre). Agua que tú te afanas en retirar cogiendo la fregona y el cubo (insulina), para echar ese agua a la bañera (meterla en las células) y que no inunde el suelo de la casa (la sangre) y llegue finalmente a la alcantarilla (la orina).
Medicarnos tomando insulina exógena es lo mismo que coger más fregonas y más cubos, para seguir quitando toda esa agua y seguir "escondiéndola" en la bañera, hasta que la bañera no pueda más.

Entonces entra tu madre en casa y cuando ve tu forma de "solucionar" el problema, te grita:
"Pero hijo, ¿qué haces con tantas fregonas y tantos cubos?
 ¿¿¡¡Por qué no cierras el grifo de una vez!!??
¿Es que no ves que esa es la solución?? (deja de ingerir tanta glucosa por Dios!)

Mamá, una vez más, tienes razón.


2. Segundo paso: Quema todo ese azúcar. Deshazte de él

El ayuno, una costumbre milenaria de muchas culturas, es la manera más sencilla y segura para forzar a que tu cuerpo "queme" todo ese azúcar.
La glucosa de la sangre es la fuente de energía más fácilmente disponible.

Ayunar es simplemente la otra cara de la moneda. Cuando no estamos comiendo, estamos ayunando.
Cuando comemos, nuestro cuerpo almacena la comida como energía.
Cuando ayunamos, nuestro cuerpo quema esa energía para vivir.
Si simplemente extendemos nuestros periodos de ayuno, podremos quemar ese exceso de azúcar almacenada.



La DM Tipo 2 es simplemente un exceso de glucosa en el cuerpo, de manera que quemándola, podremos revertir la enfermedad.

Aunque pueda sonar muy extremo y severo, el ayuno se ha practicado en la humanidad

durante al memos 2.000 años. Es la terapia dietética más antigua que se conoce. Literalmente millones de personas a través de la historia humana han ayunado sin problemas.

Al contrario de lo que ocurre cuando "hacemos dieta", comiendo un poquito menos cada día, en el ayuno el metabolismo basal no desciende. No pasa a modo ahorro. Algo que sí ocurre a las 8 semanas e "estar a dieta", de forma que nuestro metabolismo basal se acomoda, llevándonos al clásico rebote.

En el ayuno, al contrario de lo que uno pudiera intuir, se elevan hormonas como la adrenalina y la hormona de crecimiento, de manera que el cuerpo no entra "en modo inanición" sino en modo "actividad".
En el ayuno intermitente (24-36 h) el metabolismo basal se mantiene o incluso aumenta. De manera que se quema inicialmente toda la glucosa disponible (en los vasos sanguíneos y en las células, así como el glucógeno de reserva en hígado y músculos) y, una vez terminados dichos depósitos, el cuerpo tira de la grasa almacenada, como fuente de energía.


En los ayunos prolongados (sólo tomando agua y sal) la grasa almacenada en nuestro cuerpo (hígado, páncreas, músculos, grasa visceral y grasa subcutánea) proporciona energía al resto de los órganos.
Los Triglicéridos son descompuestos en 3 cadenas de ácidos grasos y una cadena de glicerol. Desde los ácidos grasos se obtiene energía para los músculos y el corazón.
Desde la porción glicerol, el hígado crea glucosa (NeoGlucogénesis) para proveer parte de la energía al cerebro.
La otra parte de energía para el cerebro (que no puede utilizar los ácidos grasos) proviene de la conversión de los ácidos grasos a cuerpos cetónicos en el hígado (Beta-Hidroxi-Butirato, Acetoacetato y acetona). El cerebro adora los cuerpos cetónicos como fuente de energía (hasta el punto que tanto los ayunos como la dieta cetogénica constituyen un tratamiento fantástico para las epilepsias que no responden a los fármacos).

De esta manera, la grasa de nuestro cuerpo provee de energía tanto a cerebro como a músculos, en los periodos de ayuno prolongado.

Por otro lado, los cuerpos cetónicos en la sangre favorecen la ausencia de hambre, haciendo el ayuno sostenible.
La persona sigue su vida, haciendo sus actividades, sin pasar hambre. Ahorra tiempo (en preparar la comida, fregar, limpiar), dinero (en comprarla) y puede dedicar ese tiempo a nuevas actividades. Estudiar, leer, trabajar, etc. Tendrá más tiempo para dormir, una pieza clave en nuestra salud, disminuyendo sus niveles de cortisol (estrés).

En el ayuno no hay efecto rebote como ocurre cuando hacemos dieta, comiendo menos calorías cada día, porque no desciende el metabolismo basal.

Tampoco es insostenible porque el hambre no nos permita aguantar largos periodos de ayuno. Tras unas primeras y breves "oleadas de hambre", ésta desaparece.
Las personas que vencen su DM Tipo 2 mediante ayunos, refieren no tener hambre. Su cuerpo está quemando su grasa visceral como fuente de energía, sin necesitar aporte de energía desde fuera en forma de comida.
Tienen por fin acceso a su "Plan de Pensiones" que han ido ahorrando durante su vida anterior ingiriendo carbohidratos y almacenándolos en forma de grasa para una jubilación que nunca llegaba. Ahora que la insulina ha desaparecido de la escena (hormona que inhibe la lipolisis, que nos impide quemar grasas), por fin pueden acceder a su grasa corporal como energía. El plan de pensiones, de golpe, todo para ti.

De esa manera, al tener toda esta fuente nueva de energía, no precisan ingerir desde fuera. Ya no transportan la grasa. La queman obteniendo energía para funcionar en el día a día.
Sólo ingieren agua y algo de sal, manteniendo su actividad diaria normal e incluso su actividad deportiva.

Para una más completa guía sobre el ayuno, podéis leer los últimos capítulos del libro del Dr. Fung "The obesity code" (El código de la obesidad) o bien, para una información aún más extensa, el libro entero "The complete guide to fasting" (La guía completa del ayuno, ambos ya traducidos al castellano).

NOTA: En el caso de ayunar y de reducir la ingesta de carbohidratos, obviamente, tu médico deberá ir reduciendo tu medicación de manera acorde, para no tener hipoglucemias por un relativo exceso de medicación.
Si no ingieres azúcar, la insulina exógena habrá que ir disminuyéndola, hasta poder, finalmente, prescindir de ella, una vez curada la enfermedad diabética.


Esa es la manera con la que el Dr. Fung, en su Intensive Dietary Managment Program, en Toronto (Canada) ha conseguido, en los últimos años, revertir la Diabetes Tipo 2 de muchos de sus pacientes: Eliminando los carbohidratos e intercalando 3 días de ayuno semanales.
Consigue poco a poco ir reduciendo las dosis de insulina exógena, de Metformina, de anti-hipertensivos, etc.


Es decir,
una enfermedad causada por la alimentación, la podemos revertir con la adecuada alimentación en lugar de utilizar fármacos que escondan ese exceso de azúcar proveniente de la alimentación.

Ya lo dijo Hipócrates:

Deja que la comida sea tu medicina...

... y que la medicina sea tu comida

Gracias Dr. Jason Fung

Aquí os dejo una entrevista al Dr. Jason Fung en la que explica un poco este manejo natural de la diabetes tipo 2




Y en este otro vídeo, el Dr. Jason Fung complementa su mensaje con estudios médicos y con ejemplos de pacientes suyos.
Una maravilla que sólo dura 10 minutos.
Es un vídeo precioso... y que además, dice la verdad