Esta simpática chica me abordó el pasado domingo 28 de octubre al comienzo de nuestra ruta desde Selva de Oza, en el Valle de Hecho. Transmitía tanta alegría y tanto agradecimiento...
Alimentación Low Carb: Testimonio de una personas agradecida
El pasado domingo 28 de octubre, cuando iniciábamos nuestra circular al Chipeta Alto en la Selva de Oza, una simpática chica se acercó a mí y me preguntó si era el chico de la meteoqueviene.
Cuando le dije que sí me comentó que "le había cambiado la vida". Estaba tan agradecida por cómo la alimentación baja en carbohidratos le había mejorado la salud, que no dudó en abordarme y contármelo llena de alegría.
Durante esos segundos, mi amigo Jota grabó un pequeño vídeo con el móvil, del cual he extraído esta imagen de pantallazo, sin que se le vea la cara.
Unos días después recibí este correo suyo que, con su permiso y guardando su anonimato, dejo aquí en la entrada:
Buenos días.
El pasado domingo 21 de octubre por la mañana, saliendo de la Selva de Oza, al final del valle de Hecho, cuando me preparaba para hacer la ferrata de Articalena os vi pasar en grupo, y te abordé para darte las gracias por tu blog. La verdad es que parecía una loca, y entre la sorpresa, los nervios y que no quería molestaros en vuestra marcha no me pude explicar apenas.
Tengo 50 años, siempre fui “gordita”, y desde la adolescencia he estado haciendo todas las dietas imaginables, por supuesto fracasando, alternando periodos de adelgazamiento (que entre otras cosas me provocaban flacidez, estrías y vahídos por bajadas de azúcar) con periodos de sobrepeso con efecto rebote y fuertes cólicos biliares cuando volvía a comer normal (o sea, mal). A esto se sumaron periodos de estrés laboral importante, y problemas hormonales que supongo no ayudaron a mi estado.
Empecé a hacer deporte, salir a la montaña, me iba bien pero pronto surgieron también las lesiones en las rodillas (triada, meniscos), cirugías, e intervalos de inactividad y desánimo que me llevaban otra vez al sobrepeso. Afortunadamente mis analíticas nunca reflejaron problemas de elevados niveles de glucosa o colesterol, ni hipertensión, pero yo no me encontraba bien.
Los últimos años, ya harta de dietas, incrementé mi actividad física, y para controlar mi peso eliminé muchos alimentos de mi ingesta, por supuesto refrescos, dulces y también grasas (incluidos huevos, aguacates, o frutos secos y semillas, qué gran error)…
Pero además de mucha fruta y verdura diaria, algo de pescado y carne, comía habitualmente pasta, arroz, patatas, muesli de cereales integrales y algunos productos “light” (principalmente fiambres y lácteos). El peso o la talla estaban estancados, disminuían levemente en vacaciones, cuando tenía más tiempo y frecuentaba las salidas a la montaña o en bicicleta, pero nada más. Y seguía sin estar bien, algo fallaba.
Cuando hace cerca de un año mi pareja, después de invertir mucho tiempo en internet filtrando y estudiando información, me convenció para seguir tus consejos de nutrición, me lo planteó como un reto o una prueba, para ver si en el plazo de tres semanas notaba cambios.
He de confesar que lo del modo “fat burner” comiendo grasas me sonaba a cuento, por lo que estaba entre escéptica y expectante. Pero enseguida fui notando cambios, ligeros y graduales, sin prisa pero sin pausa, por lo que desde entonces hasta hoy sigo fielmente tus indicaciones, muy asumibles y por otra parte completamente lógicas y razonadas.
Desayuno muy temprano, y bastante cantidad. Y antes siempre sentía mucha hambre a media mañana. Principalmente sustituí en el desayuno el jamón cocido bajo en sal y el queso light por un huevo duro y queso de verdad, el muesli por avena, y la leche desnatada por leche entera, y después por nata!!
En pocos días pude suprimir el pincho de tortilla o la tostada de pan de semillas con aceite y tomate que tomaba a media mañana. Y ahora llego a la hora de comer con el mismo apetito, pero sin ingestas intermedias y sin ansiedad.
Antes de comer así, tenía hambre frecuentemente, y tenía que picar entre horas, aunque fuera fruta o zanahorias, pero picaba. Ahora no lo necesito porque estoy saciada. En un principio era reacia a la introducción de las grasas de nuevo en mi alimentación, por miedo a los cólicos biliares, pero ni siquiera he tenido las jaquecas previas a esos cólicos, ahora estoy encantada, hasta a veces como torreznos sin problema.
No echo en falta la comida suprimida, al contrario, he depurado el sentido del gusto, y cuando excepcionalmente he comido alimentos procesados, me saben químicos y artificiales, y no me resultan agradables de comer como podían parecerme antes.
Durante este año quizá no he perdido mucho peso, unos 5 o 6 kg, aunque volumen he perdido notablemente, del orden de 15 cm de contorno de cintura o 20 cm de cadera.
Es la primera vez en mi vida que me veo la forma de mis músculos, los huesos de los codos, o las clavículas definidas, hasta ahora he debido tener una capa de grasa generalizada que me lo impedía.
Pero lo más visible es que me he desinflamado. Siempre he retenido líquidos en las piernas luciendo tobillos y pies hinchados, incluso mucho tiempo después de recibir tratamiento de eliminación de varices. Con la alimentación correcta este problema ha ido desapareciendo, ya no noto que me estallen los tobillos, que no me caben en la piel, al contrario. Y he ganado agilidad, coordinación y control de mi cuerpo. Y en consecuencia ha mejorado mi bienestar y mi optimismo.
Aunque me aumentó ligeramente el valor del colesterol, los resultados de mis análisis están en los niveles correctos (y más aplicando la fórmula iraní; no opina lo mismo mi médico de familia que me recomienda que tome Danacol preventivamente antes de soluciones más drásticas tipo estatinas).
Durante este año no he tenido que tomar ningún medicamento, ni siquiera aspirina o paracetamol. No lo he necesitado.
Quisiera poder dormir más, habitualmente duermo poco, unas 6 horas, pero desde que como así lo hago más profundamente, la calidad del descanso es mayor.
Se han ido cumpliendo los mensajes que explicas en tu blog!!! Me prometí que si algún día me cruzaba contigo en Pirineos te lo tenía que contar personalmente.
Como te dije, comer como ha comido la humanidad hasta hace nada me ha cambiado la vida para bien, siendo algo tan sencillo, tan elemental y que lo tenemos delante. Sólo que es necesario que nos abran los ojos. Me da mucha pena ver en lo que nos estamos convirtiendo en poco tiempo sin darnos cuenta, y en especial el futuro que les espera a los nenes si esto continúa así.
Qué menos que darte gracias infinitas por tu trabajo, por tu preocupación, por la claridad en las explicaciones y por la enorme labor divulgativa que haces. Por mi parte cuando en mi entorno me preguntan qué he hecho para cambiar a mi nuevo aspecto y mejorar mi salud, difundo tus mensajes y les remito a tu fantástico blog, por supuesto.
Muchas gracias a ti, querida seguidora del blog
Testimonios de agradecimiento como el tuyo son los que me animan a seguir escribiendo y seguir estudiando sobre la alimentación que nos debe devolver la salud.
Salud que hemos perdido al cambiar de alimentación y que no podemos recobrar con pastillas. La recobraremos volviendo a comer comida real, como hace un siglo, cuando no había apenas obesidad, diabetes, infartos o cáncer.
Gracias de verdad,
Jorge García-Dihinx Villanova