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martes, 4 de agosto de 2020

LA GRAVEDAD DE LA COVID-19 Y EL SÍNDROME METABÓLICO: LA CLAVE DE LA ALIMENTACIÓN



LA GRAVEDAD DE LA COVID-19 Y EL SÍNDROME METABÓLICO: LA CLAVE DE LA ALIMENTACIÓN

Tiempo de lectura, 8 min

Hace unas semanas, la científica Maryanne Demasi publicó este artículo en el BMJ Evidence-Based Medicine titulado "COVID-19 and metabolic syndrome: could diet be the key?" (COVID-19 y síndrome metabólico: ¿podría la dieta ser la clave?).

Aquí el enlace: http://dx.doi.org/10.1136/bmjebm-2020-111451


Maryanne Demasi completó su doctorado en investigación médica en la Universidad de Adelaida y trabajó durante una década en el Royal Adelaide Hospital como investigadora científica especializada en investigación de artritis reumatoide. En la actualidad ejerce como reportera y presentadora científica en Australia. También ha trabajado como asesora del Ministro de Ciencia y Economía de la Información del Gobierno del sur de Australia. Ha recibido los premios del National Press Club of Australia en 2008, 2009 y 2011 por "Excelencia en periodismo de salud".

Me ha parecido interesante este resumen de la evidencia de la alimentación rica en azúcares y carbohidratos refinados como una de las principales causas del Síndrome Metabólico (obesidad abdominal), entidad que complica enormemente la clínica de esta COVID-19, la enfermedad causada por este nuevo coronavirus SARS-CoV-2.

He escrito el artículo, variando algunas frases y añadiendo algunos comentarios personales, adjuntando la bibliografía (hipervínculos) que sustenta las afirmaciones de Demasi.


Ahí va,


En la actual pandemia de COVID-19, los gobiernos de cada país están recomendando (en algunos casos exigiendo) el distanciamiento social, el uso de la mascarilla en distancias cortas y espacios cerrados y una buena higiene de manos.

Sin embargo se presta poca atención al impacto potencial de la alimentación en los resultados de salud. Una mala alimentación es la contribución del estilo de vida más significativa a la carga  crónica de enfermedades como la obesidad, la diabetes tipo 2 y la enfermedad cardiovascular (Mokdad 2018).

A fecha de este 30 de mayo de 2020, la CDC (Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades) informó que entre los casos de COVID-19, las dos condiciones de salud subyacentes más comunes fueron la enfermedad cardiovascular (32%) y la diabetes (30%) (Stokes 2020).
Las hospitalizaciones fueron 6 veces mayores entre los pacientes con estas patologías previas (45.4%) que aquellos sin ellas (7,6%). Las muertes fueron 12 veces mayores entre pacientes con condiciones subyacentes  (19.5%) en comparación con aquellos sin condiciones subyacentes (1,6%).

Dos tercios de las personas en el Reino Unido que han enfermado gravemente por la COVID-19 tenía sobrepeso u obesidad y el 99% de las muertes en Italia han sido en pacientes con preexistencia de afecciones, como hipertensión, diabetes y enfermedad cardíaca (World Obesity Federation 2020).

Estas condiciones, conocidas en su conjunto como Síndrome Metabólico (SM), están vinculadas a una  peor respuesta inmune frente a las infecciones y peor respuesta inmune al recibir una vacuna (Andersen 2016) y con mayores complicaciones y mayor gravedad de las enfermedades infecciosas como la COVID-19 (Richardson 2020).

Un factor importante que impulsa la fisiopatología. del síndrome metabólico es la Resistencia a la Insulina (Insulino Resistencia IR), que lleva implícitos niveles altos de insulina de forma constante en el paciente.
Por eso, el SM también se le conoce como Síndrome Hiper-insulínico. En esta muy frecuente entidad en la población adulta (cualquier persona con "barriga" aunque esté relativamente "delgado") se da una respuesta biológica deteriorada a la insulina, la hormona que regula los niveles de azúcar en la sangre. Esta disregulación de la glucosa en sangre, con altos niveles de glucosa y se insulina, contribuye a la inflamación arterial y al riesgo cardiovascular. Este hiperinsulinismo es el principal factor del riesgo cardiovascular y no el colesterol ni la teoría de las calorías (Demasi, Lustig y Malhotra 2017).



Un reciente estudio de pacientes con COVID-19 con diabetes tipo 2 demostró que aquellos con un mejor control de la glucosa en sangre tuvieron mejor pronóstico que aquellos con un control deficiente de la glucosa en sangre (Zhu 2020).
Concretamente, un buen control de la  glucosa en sangre, con poca variabilidad, se asoció con un menor número de intervenciones médicas, de lesiones importantes en órganos y una menor mortalidad por cualquier causa durante la hospitalización, en comparación con los pacientes con un peor control de la glucosa en sangre (mayor variabilidad glucémica).













El factor más significativo que determina los niveles de glucosa en la sangre es el consumo de carbohidratos en la dieta, es decir, carbohidratos refinados, que a la postre son almidones (cadenas de múltiples glucosas).
Sin embargo, las recomendaciones dietéticas oficiales de la mayoría de los países occidentales recomiendan una dieta baja en grasas y alta en carbohidratos (harinas, cereales), lo cual exacerba estos niveles altos de glucosa en sangre.
Estas pautas dietéticas forman la base de los menús en las residencias de ancianos y de los hospitales, donde las personas con COVID-19 y síndrome metabólico pre-existente están recuperándose de la enfermedad por este SARS-CoV-2.

El problema no solo se limitaba las residencias y hospitales. Como hemos estado confinados, sin salir demasiado a comprar, muchos ancianos han ido almacenando productos no perecederos y baratos (ricos en carbohidratos) como la pasta, el pan, las galletas, el arroz y los cereales (Baldridge 2019).




Nuestro suministro de alimentos está dominado por alimentos altamente procesados ​​y envasados, baratos y no perecederos, pero que escapan a los mecanismos naturales de saciedad, haciendo que comamos mucho más sin saciarnos.

El 71% de los alimentos disponibles en los EEUU se clasifican como ultra-procesados. Alimentos y bebidas como las pizzas, donuts, galletas, barritas, croissants, zumos de frutas y otras bebidas azucaradas.

Estas bombas de azúcar (bebidas azucaradas) generan continuos niveles altos de insulina  y de inflamación, especialmente en aquellas personas con Síndrome Metabólico (más insulino resistentes, que necesitan mayor secreción de insulina para "poder esconder" toda esa glucosa+fructosa).



LA RECIENTE GENERALIZACIÓN DE LA COVID-19 Y FALTA DE ENSAYOS CLÍNICOS CON ALIMENTACIÓN LOW CARB

Dado que el mundo se acaba de enfrentar a la rápida transmisión y expansión de este nuevo virus, ha habido pocas oportunidades para llevar a cabo ensayos clínicos sobre si los pacientes con la enfermedad COVID-19 van mejor con una alimentación baja en  carbohidratos en comparación con otras dietas.
Sin embargo, hay evidencia sólida de que la restricción de carbohidratos en la alimentación es una forma segura y efectiva de lograr un mejor control glucémico y una mayor pérdida de peso, así como reducir la necesidad de medicación en el manejo de la diabetes tipo 2 (Feinman 2015, A McKenzie y S Hallberg 2017)

Una revisión sistemática que comparaba una alimentación baja en carbohidratos versus una dieta baja en grasas mostró que la alimentación baja en carbohidratos fue superior para lograr un mejor control de la glucosa (azúcar en la sangre), así como para reducir los factores de riesgo cardiovascular a corto y largo plazo para personas con diabetes tipo 2 (Van Zuuren 2018).

En la población médica ha habido (y sigue habiendo) una reticencia en aceptar los

beneficios de una alimentación baja en carbohidratos, principalmente porque contradice las pautas dietéticas oficiales que recomiendan que los carbohidratos compongan entre el 45% y el 65% del total de calorías diarias. 
Pero la población de médicos "Low Carb" ha hecho progresos significativos en los últimos años. Por ejemplo, en 2018, Diabetes Australia lanzó este Documento de Posición indicando que había evidencia científica de que hacer una alimentación baja en carbohidratos podría ser segura y útil para reducir los niveles de glucosa en sangre, reducir el peso corporal y controlar las enfermedades cardiovasculares, así como los  factores de riesgo como la dislipidemia aterogénica (Triglicéridos altos y bajo Colesterol HDL, protector) y la hipertensión arterial (en su mayoría, de causa "insulino mediada" y no dependiente de la sal de la dieta).

Además, en 2019, tanto la American Diabetes Association como en 2020 la Diabetes Canada, respaldaron las dietas bajas en carbohidratos como opciones viables para mejorar la glucemia y explicando su potencial para reducir la necesidad de medicación para personas con diabetes tipo 2.

Hay algunas instituciones médicas que lideran esta manera de alimentación como estrategia terapéutica para mejora la salud cardiovascular y combatir el Síndrome Metabólico y los estados pre-diabéticos. Un Hospital en West Virginia en los Estados Unidos
ha respondido a las peticiones para mejorar el entorno alimentario de sus pacientes eliminando todas las bebidas azucaradas de sus máquinas expendedoras y cafeterías. Bravo! (Cucuzzella 2018).


El Jefferson Medical Center es también uno de los primeros hospitales en los Estados Unidos en ofrecer una alimentación baja en carbohidratos a sus pacientes con diabetes. El Hospital Tameside en Manchester se convirtió en el primero en Gran Bretaña en eliminar todo el azúcar añadido a las comidas que se preparan para los acompañantes y para sus sanitarios y ha retirado los snacks azucarados y las bebidas comerciales de su menú.


En conclusión,

La reducción de los carbohidratos en la alimentación es una intervención simple y segura que produce mejoras en el control de la glucemia y que se puede implementar junto con la atención habitual en un centro médico o en el hogar o en residencias de ancianos.

Aunque que la fisiopatología de la COVID-19 es multifactorial, la Resistencia a la Insulina es uno de los determinantes más potentes de la disfunción metabólica, del deterioro metabólico.

Siendo que, según un reciente estudio, se ha descubierto que nada más y nada menos que el 88% de los estadounidenses son metabólicamente "no saludables" (cumplen uno o más de los criterios de SM (Araújo 2019), la medida en la que esta condición contribuye a la gravedad de la infección por COVID-19 es probable que sea muy significativa.

Por lo tanto, la adopción de consejos de alimentación para las personas con Síndrome Metabólico (más de 3/4 partes de las personas de más de 45 años en el mundo occidental) como se propone en el Reino Unido (Gallagher y Malhotra 2020debería ser respaldada  más ampliamente por los gobiernos y las políticas sanitarias a nivel mundial, para reducir la carga de enfermedad de los millones de personas con síndrome metabólico (obesidad abdominal) que puedan contraer la actual COVID-19, tanto ahora como en el futuro.

¿Qué deberíamos comer para mejorar nuestra salud metabólica y prevenir el S Metabólico, tan omnipresente en la población adulta?

Deberíamos comer todo tipo de verduras de hoja verde, así como hortalizas y, de vez en cuando, alguna legumbre. No deberíamos evitar la comida de origen animal que, por regla general, no tiene apenas nada de glucosa. Es decir, podemos (y debemos) comer huevos a diario (no hay un límite, pero sin pan, claro), pescados (tanto azules como blancos) y carnes, tanto ave (pollo) como carnes rojas (no procesadas).

Deberíamos evitar el pan blanco, las patatas fritas, las bebidas azucaradas, reducir los cereales, el arroz blanco, la pasta y demás harinas.
En una sola frase tomar a diario, sin otro límite que el de nuestra saciedad, verduras, huevos, pescados y carnes. Beber agua, según nuestra sed.
Y tomar también, de forma moderada, frutos secos, legumbres y lácteos enteros.

Además, exponernos de forma diaria al sol (sin quemarnos), dormir bien (al menos 7-8 horas), reducir el estrés, movernos (caminar, correr, ciclar, hacer ejercicios de fuerza) y fomentar las buenas relaciones personales.

Gracias Maryanne Demasi




26 comentarios:

  1. Puedo tomar las patatas fritas con la cerveza despues de la excursión??????🙄🙄🙄🙄😥

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  2. O sea que si estás esquelético eres inmortal?
    "Tomar a diario sin otro límite que nuestra saciedad verduras,huevos,pescados,carnes" ....madre mía!....por no hablar que es una dieta para ricos....pobres a la tumba!

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    1. Tienes toda la razón, la pobreza está ligada al ambiente obesogénico de la comida industrializada y barata.

      Comer verduras pescados y carnes no es barato aunque siempre puedes tomar huevos o pollo como alternativa económica de proteína animal

      Pobreza y obesidad van ligadas tienes por 1 € una bolsa de 10 croissants...

      Las familias numerosas y con poca capacidad económica realmente no lo tienen fácil

      Un saludo

      Jorge enviado desde mi Android

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    2. Otra opcion barata para no arruinarse la salud serian las legumbres, no crees Jorge? Un hueso de jamon con alguna verdura/hortaliza dentro tiene gran capacidad saciante con un coste reducido y con un chorro de vinagre se puede mejorar un poco mas esa absorción de glucosa

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  3. Creo que hay una obsesion por la alimentacion y por los carbohidratos en particular.

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    1. Ojalá fuese así y hubiera obsesión por comer comida real y no tanta comida industrializada.

      En ese caso no habría tantas personas con prediabetes y con tanta medicación como solución a una mala dieta.

      La solución no está en la medicación sino en la alimentación y estilos de vida saludable.

      bueno es mi opinión

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  4. Hola Jorge!! Y el tema de la fruta??? No hay ke komer fruta?

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    1. Sí, claro, Rpber.

      Pero si tienes pre-diabetes, quizás atiborrarte a plátanos (con 20 g de azúcar por cada 100 g de plátano) quizás no se la mejor idea. Mejor los frutos rojos como fresas, frambuesas, moras y arándanos, con entre 5 y 9 g de azúcar por cada 100g de fruta.

      Depende de la Carbo tolerancia de cada uno y del deporte que hagas.
      Cuando hago una tirada fuerte y larga en el monte, como la última, la Vuelta al Balaitus (44km con 2.600 m de desnviel y 9 h y media de actividad) me llevo 3 plátanos y me tomo uno cada 2 horas. Es una bomba de energía (de azúcar) y de hidratación.

      Pero lo dicho, personas con sobre peso y barriga, las frutas habría que moderarlas y tomarlas siempre masticadas. Nunca sus zumos (bombas de azúcar sin la protección de la fibra y el volumen saciante de la fruta entera).

      Un saludo!

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  5. Excelente artículo que nos anima aún más a seguir con la dieta Low Carb, que en realidad, lo llevamos sin ninguna dificultad.
    Con los niños nos cuesta más, pero poco a poco les estamos concienciando, que no es poco.

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    1. Bueno, con los niños hay que ser más flexible.
      Es el momento de la vida en el que mejor "manejamos" las sobrecargas de azúcar (mira como toman Cola-Cao y croissants sin engordar).
      Pero es una buena época de la vida para que vayan aprendiendo a valorar comer comida real y evitar o reducir lo industrials (donuts, patatas fritas de bolsa, croisants, barritas, cereales del desayuno, etc).

      Pero puedes darles frutas sin límites a los niños, de forma que se coman la fruta y no se beban sus zumos.

      Pero les puedes ofrecer sin problemas arroz o pasta de vez en cuando y legumbre con frecuencia.
      Pero sin quitar huevos, pescados (las sardinas son baratas, tienen mucho omega 3 y apenas almacenan mercurio al ser tan pequeñitas), y carnes.

      Están en una época de crecimiento y necesitan más proteína que un adulto. Por eso una dieta vegana en la infancia se puede quedar corta de nutrientes esenciales como proteínas y como pueden ser la vitamina A, Vitamina B12, B6, el zinc, el hierro, omega 3 (DHA), yodo y colina, abundantes en los huevos y pescados y muy pobres en el mundo vegetal.

      La legumbre siempre será un buen aliado para los pequeños, salvo que tengan dificultad para su digestión.

      Un saludo

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    2. En mi opinión,
      en la medida en que les suministremos a los niños comida basura (colacao, pastelería industrial, etc) más difícil lo tendremos para que coman comida real. Hay que enseñarles desde el principio que eso 'es caca' igual que el tabaco o el alcohol. Luego, de adultos y con criterio, si quieren tomar una copa o una cerveza que la tomen, como todos, pero hasta entonces...
      Un saludo y gracias, como siempre, por la divulgación,
      Anton

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  6. Hola,Jorge. Sólo darte las gracias.
    Estos meses de confinamiento volví a ver en Internet tus intervenciones en Televisión Aragón. Y a partir de ahí he descubierto temas de salud y nutrición que desconocía: ritmo circadiano, la importancia de tomar el sol, el ayuno (algo que ahora hago sin pretenderlo, ya que ahora suelo comer sólo 2 veces al día), etc

    Y sobre todo la alimentación. Sólo puedo decir que he acabado haciendo una dieta low carb y, aparte de adelgazar bastante, me encuentro genial, con energía. Siempre tuve problemas de peso y creo que ahora, con 44 años, por primera vez en mi vida tengo una relación "sana" con la comida. Lo que más me sorprende es que todo el ansia/apetito que tenía antes por la comida (sobre todo los dulces) ha desaparecido. No salgo de mi asombro, la verdad. Una vez que dejas de comer dulces y ultraprocesados, en poco tiempo desaparecen las ganas de comerlos y te olvidas de ellos. Al menos es lo que me ha pasado a mí.

    Y no me enrollo más. Muchas gracias de nuevo por esta labor divulgativa tan estupenda.

    PD: Estoy acabando El código de la obesidad, de Jason Fung. Un gran libro, me está encantando.

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    1. Hola Raúl,

      el Código de la Obesidad y el Código de la Diabetes son dos libros que deberían leer todos los sanitarios que manejen temas de sobrepeso, S Metabólico y Diabetes con sus pacientes.

      Entiendes la fisiología de cómo actúa cada macronutriente y también el "timing" o espaciado de comidas, con los ayunos intermitentes.

      ES algo que "no da dinero" (ayunar) y que no tiene financiación para estudios científicos.

      Incluso dietistas de renombre y a quienes respeto, como Julio Basulto, no acaban de "querer ver "(1º hay que leer bien cada artículo) el papel del ayuno intermitente y lo califican de conducta peligrosa que puede desancadenar un trastorno de la conducta alimentaria (Bulimia, atracones, anorexia).

      Sin embargo, SÓLO las personas que prueban una dieta LCHF descubren la saciedad y la ausencia de hambre entre comidas. Descubren que pueden perder peso SIN ESFUERZO, sin sufrir, sin pasar hambre.

      Pero los nutricionistas te dirán que es imposible perder peso sin esfuerzo, acostumbrados a los ataques de hambre cada 3-4 horas típicos de cualquier persona "Carbo Dependiente", pues son comidas de corto recorrido (y escaso almacenaje, sólo 70-100 g de glucógeno en el hígado y 200 g en tus músculos, que no da para una jornada).

      Mis compañeros médicos que lo han probado, no han vuelto atrás. No pasan hambre. Ya no tienen barriga (estando jubilados) y son felices comiendo todo lo que les gusta, sin restringir cantidades, guiándose por su apetito. Algo que contradice la regla de los famososo "control de porciones" y control de calorías y "pasar hambre".

      Es quien lo experimenta que por fin ve la luz.
      Pero seguirá habiendo mucha gente en contra que te dicen que "ni me voy a leer ese libro que me dices, Jorge" ni va a intentar quitarse el pan y los cereales durante unas semanas.

      Gracias, Raúl, por tu testimonio.
      Eres una "fat burning machine", una máquina de quemar grasas, no azúcares. Siendo que los azúcares ya nos son tu combustible predilecto, tu cuerpo deja de "Ansiar los dulces" como antes hacía.

      Un saludo y enhorabuena

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  7. Hola Jorge!

    Me gustaría preguntarte qué cambios has hecho en tu tipo de dieta LC desde que comenzaste a seguirla. Supongo habrá habido algunos...

    En mi caso ahora tras más de 2 años con una LC, he transicionado a tomar algo más de carbohidratos con mayor densidad nutricional como la patata cocida, el boniato, las legumbres (a mi me sientan bien), fruta (una pieza al día), anacardos, pistachos, etc... Vamos, me refiero a tomar una ingesta de carbohidratos mayor de 50 gramos diarios y siempre dentro de un rango 50-125 gr.

    También hace tiempo que dejé la nata (muy ocasionalmente preparo algún plato con ella) y el consumo excesivo de grasas con poca densidad nutricional y semanalmente como te digo he aumentado un poco el consumo de el tipo de carbohidratos que te comentaba. Mi peso sigue estable igual que cuando seguía una low carb (me quedé entre 57-58 kg), hago tres comidas diarias y a veces ayuno 16/8 (no me cuesta, pero tampoco lo planifico ni soy sistemático). He ampliado la variedad de comida y creo que me estimula más. Por lo demás carne, pescado, huevos y mucha verdura... ¿Qué te parece este cambio? ¿Lo seguirías considerando LC?

    Una última pregunta: a veces tomo 200 gr de yogur griego con un poco de fruta: a veces un kiwi, otras arandanos o  frambuesas o un albaricoque (normalmente un poco de fruta de la temporada) y todo ello mezclado con frutos secos: Chía, almendras, anacardos, nueces (unos 50 gr). ¿Te parece excesiva cantidad de lácteo?

    Muchas gracias, un cordial saludo.

    Jorge C.

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    1. Hola Jorge,

      yo tengo mucha suerte porque siempre he sido delgado, incluso cuando comía mal. Que pesaba 60 kg con 174 cm de altura.
      Ahora he bajado a 57 kg y no es por no comer, que comer como como el que más, sino por no probar el pan, el azúcar, etc.

      Pero es cierto que me he vuelto poco a poco más flexible con la alimentación.
      Soy muy carbo tolerante, sinónimo de insulin sensible. Mi insulina en ayunas es de 3 mcUI/ml y 2 horas tras ingerir 75 g de glucosa, es inferior a 20.

      Además hago mucho deporte y eso me permite relajarme más en mi alimentación.

      A ver, una persona con obesidad, S Metabólico o Diabetes, sí que debería hacer una alimentación reduciendo los g netos de carbohidratos a 50 g o inferior (cetogénica en niveles de 20 g/día).

      Pero una persona delgada y deportista (como es mi caso) puede tomar unos 100 g netos de CH al día sin problemas. El problema es que la población general toma por encima de los 300 g al día de CH, junto con grasa industrial.

      La peor combinación es una dieta alta en CH y a la vez alta en grasas. Es la combinación más adictiva: Un donut, un croissant, un helado, una caja de patatas fritas Pringles, una barrita energética, una tarta, etc.

      El macronutriente que más sacia es la proteína. Es a la vez el más caro. La proteína es la joya de la corona y es muy cara, por eso esta alimentación es cara.
      Tienes proteína más económica desde huevos (puedes tomar de 2 a 4 diarios o tomarte claras, proteína pura), también el pollo o las sardinas. También la legumbre hace su papel, pero a base de sumar g de CH.

      En mi caso, sólo me quito el pan, los azúcares, zumo, bebidas azucaradas, pasta, cereales y en general todos los ultra-procesados (comida industrializada, como galletas, etc).

      Tomo a diario verduras, pero no le hago asco a la legumbre (2 veces x semana en el comedor del hospital), huevos (tortilla francesa de 2 huevos como desayuno), pescados, carnes, frutos secos, yogures naturales y griegos (nuca de sabor = azucarados), café con nata (sin pasarme), algún cortado, algo de queso.

      Tomo fruta en el monte (me llevo plátanos en verano y alguna manzana en invierno con esquís) y a veces ceno un par de griegos, bien batidos, con un bowl lleno de frambuesas o de fresas.

      Y sí, me tomo alguna cerveza de vez en cuando, habitualmente tras una actividad de monte o correr y con amigos, sin pasarnos..

      En el confinamiento hicimos ayunos de 16/8 pues no cenábamos.
      Lo seguiría haciendo si tuviera sobre peso, pero realmente estoy hecho un fideo, con lo que suelo cenar (poco si estoy solo y más si que quedado con amigos).

      Siendo delgado y haciendo deporte, se puede ser más flexible con los CH y meterte incluso en el rango de 100-150 g netos diarios, sin hacerle ascos a una paella que hagan en casa, claro!

      Un saludo y enhorabuena

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  8. Veo bien comer carne, pero de calidad, sin hormonas ni antibióticos. Tenemos otro tema para dialogar, carne de mala calidad más riesgo de padecer cáncer. Estoy de acuerdo con lo dicho anteriormente, comer sano hoy en día cuesta mucho dinero.

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  9. En general,
    comer sano siempre ha costado dinero. Hace una generación, la gente gastaba una parte muy sustancial de su salario en la alimentación. La comida industrial ha abaratado la alimentación. Pero si tienes en cuenta el ingente coste económico derivado del tratamiento de las patologías sobrevenidas por la mala alimentación, entonces nos encontramos con que la comida real sale a cuenta y nos ahorramos la enfermedad. En los USA, esto ya es un problema económico desmesurado.
    Está claro, no?
    Un saludo,
    Anton

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  10. Gracias Jorge!
    Personalmente hago una dieta LC, aunque en verano me relajo un poco con frutas frescas q m encantan. Hago dos comidas al dia una a las 12 después de entrenar y una cena a las 23. Se q según los ritmos circadianos, la hora de la cena no es muy correcta, pero, es lo q hay.
    Trabajo en una residencia y como tú dices atiborran a las personas mayores a carbohidratos y comida procesada. Nos prohíben dar plátanos a las personas diabeticas y me llama la atención q les demos un zumo industrial o un café con galletas sin azúcar e integrales para merendar.Por no hablar del exceso de comida procesada q les ponemos: croquetas, San jacobos, empanadillas, pimientos rellenos...Un sin sentido

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  11. Llevo leyendo este blog hace años. No sólo hago muchas de las rutas y tengo los magníficos libros, sino que empecé experimentando esa dieta low carb. Creo que es justo dedicar al menos unas palabras a apoyar y corroborar con mi experiencia, la de mi hermano, mi pareja y alguna otra persona del club de montaña todos los beneficios de ese estilo de dieta.

    Era famoso en la montaña por "estar todo el día en un pienso". Ahora hago rutas larguísimas con poquísima necesidad de llevar comida. Quizá en 15 h de ruta he comido un sandwich de pan de centeno con unas sardinas y algunos frutos secos. Ya no tengo hambre como para picar entre comidas cuando estoy en casa. Mi hermano, al que tardé en convencer del tema siempre estaba con hambre picando y una barriguita maja; ahora no pica y ha bajado muchísimo su barriga.

    En esencia, sin ser talibanes de nada:
    - hacemos sólo 3 comidas al día, sin picar nada entre medio
    - estiramos el ayuno nocturno desayunando lo más tarde posible
    - apenas comemos pastas,... y si es arroz, integral
    Vamos, lo que recomienda y documenta Jorge.

    En resumen: que muchísimas gracias por tus consejos, que reportan no sólo salud actual y futura, sino la no dependencia de estar todo el día comiendo en casa y en la montaña y eso, que avalo con mi experiencia y la comentada con otra gente lo que dices y el cambio es GRANDE .. no es nimio. Tengo experiencia en montaña hace 40 años y estoy terminando los tresmiles del pirineo, entre otras cosas; quizir, que he notado el cambio. Mucho. Gracias, Jorge, por todo :)

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  12. Hola Jorge. Gracias por tus artículos.

    Sobre el tema de la fruta, desde que leí El Código de la Diabetes veo la fructosa y todos los productos que la contienen de otra manera, sobre todo, cuando se recomienda la fruta para todo el mundo y a toda hora, como la panacea para tener una buena salud. Y como comentas, la fruta no siempre es buena.

    Un ejemplo es una persona cercana a mí que después de diagnosticarle hígado graso no alcohólico y recomendarle que hiciera una dieta sana, se atiborraba a fruta, eliminando las grasas de su alimentación pensando que eran las culpables del depósito de grasa en su hígado, perpetuando de esa manera su enfermedad. Hasta que llegasteis tú y Jason Fung y problema resuelto.

    Una conferencia que trata este tema, sobre si la fruta es buena o mala, y que imagino que conoces, es la de Gary Fettke en Youtube. A mí personalmente me parece muy interesante y didáctica porque describe todas las vías metabólicas de la fructosa, que no conocía, y compara el valor nutricional de la fruta con el resto de alimentos.

    https://youtu.be/L6LL92Zs5L0

    Saludos, Víctor.

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  13. Hola Jorge!! Soy DT1 y llevo un tiempo siguiendote, acudo a ti para hacerte una consulta sobre colesterol, ya que estoy ciertamente sorprendido

    Soy una persona activa con unos valores de colesterol que pienso considerarías buenos:

    HDL 72
    LDL 150 (el no calculado)
    TGL 66
    Col total 254

    Con estos valores, mi endocrino pretende recetarme pastillas alegando que en DT1 las moléculas de colesterol son más pequeñas y densas, es decir, más aterogénicas. Y que mi LDL debería ser menos de 100.

    Me gustaría conocer tu opinión conociendo bien esta enfermedad

    Un saludo, gracias por todo :)

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  14. Hola Jorge!
    Siguiendo una dieta Low Carb, para una persona que corre carreras de 10-15 horas, que alimentación recomiendas el día previo a la carrera, durante la carrera y después de la misma?
    Seguro que has escrito sobre esto millones de veces...
    Muchas gracias!

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  15. Hola, Jorge

    Primero darte las gracias por tus artículos y abrirnos los ojos.

    Que opinión te merece la avena? Muchas personas opinan que es muy saludable a pesar de tener bastantes carbohidratos. Es compatible con una dieta LowCarb?

    Muchas gracias. Saludos.

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  16. 1'74 y 57 kg y hombre, no es demasiado delgado?

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