Vuelta al Peyreget, esquí y montaña
Sector Ossau, 28 sept 2020
Parking d'Aneu, Espacio Portalet
Distancia: 11 km Desnivel: 830 m Horario: 4 horas
El track, pinchando aquí
Tras el éxito en Astún del día anterior (de cuyo sueño aún no nos habíamos
despertado) aprovechamos este día libre para buscar alguna ruta en orientaciones y cotas similares a la víspera.Tras dormir en Biescas, salimos hacia el Parking de Espelunciecha-Portalet de Formigal. Al llegar vemos que hay menos nieve que en Astún... Ummm...
El flujo de norte matinal está metiendo nubes desde Francia y no se ve al fondo cómo está de innivado el Puerto de Canal Roya. Pero entre las nubes, al norte se ve aparecer poco a poco el Midi d'Ossau. Un presagio de que se va a ir abriendo. Ummm...
Así que probamos a cruzar al Portalet. A ver cómo está por allí el tema.
Y estaba un poco mejor. Qué suerte!
La parte inicial tocaba andarla, los primeros 15 min (1 km) hasta cruzar el río por el puente al lado de la Cabane Lalagüe.
Desde allí, en la cota 1.730m, calzamos esquís y vamos buscando lenguas de nieve, dejando la huella de esquís como las migas de Pulgarcito, para volver por la misma traza sin tener que descalzar esquís a la vuelta por meternos en barrancos sin nieve (y también nos salió bien eso a la vuelta, una suerte).
Vamos ganando altura, camino del Col de L'Iou, pero por una cota más baja de la habitual, para pillar lomas más horizontales, menos inclinadas, que guardaban mejor la nieve. Había que ir mirando bien, para poder foquear continuamente. Algún tramo de hierba había que cruzar, pero sin tener que descalzar las tablas.
Así, en algo más de 1 hora, llegamos al Col de L'Iou, a 2.200m.
Al otro lado la nieve está muy dura, como una piedra. Bajamos con mucho cuidado, derrapando los cantos sobre la nieve dura, sin apenas velocidad. Vamos buscando las zonas innivadas, que alternan con hierba helada (también esquiable y menos peligrosa que la nieve helada) hasta dejarnos caer al lago de Peyreget (2.088m).
Desde allí vemos que la subida al Col de Peyreget está llena de rocas que alternan con nieve. Yo me pongo crampones, mientras Lionel alterna ratos con esquís en los pies con otros ratos a pie, sin crampones, pues la bota mordía bien y no precisaba crampones (aunque no venían mal).
El día era precioso, con el cielo azul, sin vientos, sin frío. Una delicia volverse a poner crampones sobre nieve dura, como si hubiéramos hecho un viaje relámpago a los Alpes para cramponear en sus cuatromiles.
Subimos tranquilamente, buscando el mejor paso, hasta llegar al col de Peyreget (2.305m). Vemos que la cara norte del Peyreget está pelada por el viento y desestimamos subir.
Quitamos pieles y nos tiramos esquiando hacia un singular lago que veíamos al fondo al SE. Se podía esquiar hasta el lago sin rascar, buscando bien los sitios. La verdad es que era divertido ir buscando las trazas y desplazarnos por sitios nuevos, hasta llegar a la base del lago.
Allí paramos un ratín a disfrutar del lugar. Una maravilla. Nunca bajamos por esa parte, con lo que para mí era una excursión nueva.
Habíamos desestimado bajar hasta el Refugio de Pombie porque la Grand Raillere estaba poblada de rocas.
Así, desde el lago, ponemos pieles de nuevo y remontamos con esquís una pequeña y corta pala que nos permite asomarnos a la cresta que limita con el amplio espacio del Portalet.
Para poder esquiar hacia el otro lado, vamos recorriendo la cresta, a pie, al Este, hasta llegar al hombro que hay encima del col de Soum de Pombie. A la ida habíamos reparado en esas palas, de orientación SW, muy bien innivadas.
Ahora al mediodía, ya están transformando al sol y empiezan a ponerse cremita. Ideal. Quitamos pieles y nos calzamos las tablas para bajar por esa comba buscando las zonas mejor innivadas.
Estaba mejor de lo esperado. Yo rasqué un par de veces en toda la bajada al coche, pero poca cosa. Nada grave.
Para asegurar la bajada, fuimos cruzando en la bajada, hacia las laderas de la derecha, pudiendo enlazar con nuestra huella de subida, que nos permitiría llegar hasta el mismo llano de la Cabane Lalagüe del que habíamos partido unas horas antes. La base de hierba permitía fiarse, esquiando sobre sólo 3 cm de nieve que quedaba, pues el sol se la estaba llevando por momento. Suerte que no había piedras. Nada como esquiar sobre hierba aunque el manto de nieve sea mínimo...
La verdad es que fue una jornada original, preciosa; improvisando la ruta ante la falta de nieve (hicimos una versión acortada de la clásica Vuelta al Peyreget) y disfrutando de la montaña en sus distintas esferas, con esquís, a pie y con crampones. Sin prisas, disfrutando del día y de la conversación.
Merci, ami Lionel, pour partager avec moi ces deux jours de ski en plein septembre!
Il fallait y croire!
À la prochaine!
Jorge García-Dihinx Villanova