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martes, 28 de febrero de 2023

CORREDOR NORTE WINDGÄLLEN, 30 ene 2023, Muotathal, Suiza Central

 
Natalia, en el comienzo del corredor norte del Windgällen, en la mitad en la que subimos los esquís. La segunda mitad, más estrecha y no esquiable, la subiríamos sin esquís, con el mínimo peso


CORREDOR NORTE WINDGÄLLEN (2.764m)

30 ene 2023

Bisisthal, Muotathal, Suiza Central, con Natalia

Distancia: 26 Km Desnivel: 1.867 m  Horario: 7 h 16 min

El track: En Strava    En Wikiloc


Era final de enero. Me quedaba un último día en Suiza con Natalia antes de volar el lunes 30 de vuelta a España, donde tenía que trabajar el martes 31.

El día anterior habíamos hecho una preciosa travesía lineal entre el Oberalppass y el pueblo de Bristen, bajando desde un tresmil hasta el pueblecito de Bristen, a sólo 800m. La poca nieve que había en Suiza nos regaló un pequeño "safari" entre arbustos, roca, hielo y barrancos sin cubrir, que nos tuvo entretenidos en casi 8 horas de travesía. 

Foto de la derecha, antes de salir del "safari"

 Aunque al final conseguimos llegar hasta el pueblo con los esquís puestos, aprovechando 2 dedos de nieve sobre la carretera que bajaba al pueblo. Allí cogimos el bus a Amsteg y luego el tren a Arth-Goldau, donde vive Natalia. Es decir, que estábamos algo cansados, pues llevábamos varios días seguidos de esquí y ese último había sido largo y tal...



Esa tarde, tras ducharnos y cenar, estábamos mirando qué hacer al día siguiente, mi último día de ese bloque de 5 días. 
Algo sencillo, quería yo, pues ese día cogía el avión de vuelta y no quería ir apurado de tiempo. Es cierto que ese vuelo de Vueling que sale del aeropuerto de Zúrich a las 20:45 h es perfecto, pues te permite hacer actividad el lunes y llegar, con cierta holgura, al avión.

 Como tenía problemas para conseguir el check-in on line, decidí que para ir con margen de tiempo debería coger el tren de las 18:15 que me dejara con 90 min en el aeropuerto esa tarde. Es decir, ir terminando la actividad no más tarde de las 4 de la tarde o así...

Total, que estaba mirando Natalia una web en la que la gente cuelga las actividades que va realizando, cuando de repente dio un grito: "Ostrasss Jorgeeee... lo que acaban de hacer hoy.... 

Mi actividad soñadaaaaaa!!! "



Entonces me enseña la web donde una pareja había subido al monstruo del Windgällen desde Bisisthal (Sector Muotathal, cerca de casa), con la descripción de la ruta y todos los detalles de la cota de inicio de nieve, estado de la nieve, etc... 
Es una ruta que no está pintada en el mapa de invierno de skimo de Swiss Topo, lo cual ya no me daba demasiada buena espina, jajaja.

Y, mirando esa reseña, se pone a mirar fotos de otros esquiadores que hubieran hecho esa ruta otro año y me enseña la foto que muestro aquí a la derecha...

IMPRESIONANTE... 

 Verdaderamente me impresionó esta imagen de las huellas de esos tres esquiadores tras salir de las murallas del Windgëllen, saliendo de su corredor norte.   Aunque parezca rebuscado, por ese túnel en la muralla se subía a la misma cima del Windgällen por su cara norte... increíble. La fuente: https://www.chmoser.ch/trips/berichte/images/18_Schaechentaler_Windgaellen_160122.jpg

Dejo aquí un esbozo de la reseña que estaba escrita en alemán de la pareja que lo hizo el día anterior, traducida al castellano: 
Nieve suficiente desde el principio. Mayormente buena nieve en el corredor, con zonas con nieve suelta, un poco más exigente. Una travesía corta hasta la cima, un poco más desafiante con nieve suelta. Excelentes condiciones en el descenso. A la salida del corredor se puede ver una imponente cornisa, que desde esta perspectiva no parece estar colgando en la línea de caída del corredor. Desafortunadamente, es precisamente esto lo que el corredor "amenaza" desde arriba. En términos concretos, esto significa que la caída de estas cornisas representa un peligro objetivo para todos los que se encuentran en el corredor en ese momento...

Y es cierto, cualquier caída de nieve desde arriba se encajona en el corredor, barriéndolo y pillándote si estás en medio (salvo que te refugies rápidamente en un lateral en las partes del corredor que te permitan esto).



Yo le preguntaba a Natalia si esa ruta no era "demasiada ruta" para hacerla el día que cogía el avión y tal...

... pero me decía que no. Que realmente, si no llegara a coger el avión, ese sería el menor de mis problemas... porque significaría que se nos había hecho de noche en la ruta!

Así que estaba decidido, iríamos al corredor norte del Windgällen.
Otro rutón... antes de coger el avión.





Lunes 30 enero: Windgällen (2.764m) por su Corredor Norte, desde Bisisthal. Sector Muotathal.



He pintado en el mapa la ruta que hicimos, sobre el mapa de Swiss Topo en el que están pintadas en azul las rutas con esquís clásicas de cada zona (nuestro corredor no estaba pintado. Ummm...)
En color rosa las laderas de más de 30º de inclinación, una ayuda muy útil para tema aludes y para exposición


Para llegar a Bisisthal hay que ir en coche, así que alquilamos un coche por horas con la app de Mobility Swiss, muy cómoda y práctica.

Nos levantamos temprano y tras desayunar, bajamos con los esquís a la estación de tren de Goldau, donde están los coches de alquiler de Mobility.

Teníamos unos 45 min de coche hasta el parking final de Bisisthal.

Sigo escribiendo al pie de cada foto


Salimos algo antes de las 9 AM, a las 8:53, con los esquís en los pies.
Recorremos una pista por fondo de valle y luego remontamos una ladera de bosque para salir a esta zona intermedia despejada. Allí flanquearíamos un lago que queda a nuestra derecha, sin apenas ganar atura e incluso perdiendo unos cuantos metros.


Yo iba más preocupado por la hora, pensando en lo que nos quedaba, que en hacer fotos. De modo que en las primeras 2 horas no hice apenas fotos.

Esta foto la hice ya volviendo, pero la utilizo para mostrar la ruta hacia adelante.
Un rato antes, Natalia me dijo, allí vamos (señalando a esa roca inexpugnable del fondo...). Yo no sabía que pensar... (Allí???, ay Dios mío...)



A las 2 horas de la salida, tras cerca de 8 km y en la cota 1.800m, la ruta realizaba una travesía en diagonal por un hueco en la muralla, aunque este último año habían construido un túnel, al que accedimos y en el que tuvimos que quitar esquís y caminar por su interior.

Conviene encender el frontal (como hicimos) pues a mitad de túnel había una pequeña surgencia de agua que se había helado y el hielo cubría el suelo del túnel, debiendo caminar con mucho tiento, por un lateral, sobre esos pocos metros de firme helado.

Finalmente llegamos al otro lado del túnel (foto de arriba) donde pondríamos esquís de nuevo. Llevábamos 8 km y unas 2 h y media de ruta. Eran cerca de las 11 y media.
Le digo a Natalia que, calculando que a la vuelta tenemos que remar y está este tramo de andar, deberíamos darnos la vuelta allí donde estemos, cuando den las 2 de la tarde...
Y es que, hasta que uno no está de vuelta en el coche, no sabes realmente lo que te va a costar volver a él. La idea era estar en el coche no más tarde de las 4 o así...


Tras salir del túnel te dejabas caer a este llano precioso...
Aquí empecé a hacer fotos, pues me parecía un lugar de ensueño.

Las huellas en tijera de esquís traducían que, a la vuelta, tocaría subir en "skating" para remontar esa pequeña "cuesta arriba". Algo que ocurría en la ruta en varias ocasiones. Lugares ideales para entrenar tren superior, tirando de brazos y de core y subiendo pulsaciones, jajaja.


Tras cruzar el llano había que girar a la izquierda hacia la montaña del Windgällen


Estos tramos al sol eran preciosos, con contraluces de ensueño con este sol bajo de enero, pero que ya alargaba el día respecto a las rutas hechas en diciembre


A la derecha se veía la diagonal que debíamos seguir para acercarnos a la muralla del corredor


Pasando por debajo de la entrada de la muralla vemos las huellas de la esquiada del día anterior de la pareja que había colgado la reseña en la web
Me seguía pareciendo increíble que hubiera que entrar "dentro" de la muralla para subir, "por la puerta de atrás" a la mismísima cima del Windgällen
Era como meterse en la Estrella de la Muerte de Star Wars como Luke Skywalker


Detalle de la parte final de la ruta, sacada de pantallazo del mapa de Swiss Topo.
Un mapa que puedes ampliar todo lo que desees, con perfecto detalle, tanto el PC como en ruta en tu móvil. De hecho, estos mapas son nuestra guía principal en las rutas en Suiza. Todos los suizos lo utilizan.
Te decargas la parte del mapa que te interesa, la víspera en casa o de camino en el tren o en el coche. Y luego, dejando el gps encendido en el móvil y en Modo Avión (para ahorrar batería) puedes ver en todo momento dónde te encuentras y hacia dónde vas. Una maravilla, especialmente cuando no conoces la ruta o cuando tienes un "White Out" (cuando se te echa la nube y se vuelve todo blanco a tu alrededor)



Acercándonos a la entrada de la muralla, nos costaba seguir la huella suiza sobre la nieve profunda.
He descubierto que los suizos deben de llevar "velcro" en lugar de pieles de foca, pues trazan unas huellas tan verticales que uno se agota intentando seguirlas, tirando de brazos o resbalando hacia atrás, con nuestras focas "normalitas"...


Un poco antes de llegar a la entrada del corredor vimos que la pareja había cambiado a crampones, pues la nieve se ponía dura y era delicado foquear, a pesar de tener amplitud por los laterales para poder seguir haciendo zetas.
El corredor tenía unos 400m de desnivel positivos. Vamos, que no era cortito.


Vemos también que ellos se dejaron los esquís abajo y subieron y bajaron a pie todo este tramo, pues sus huellas de esquí sólo se veían en la parte inferior a donde estábamos.
Nosotros decidimos subirnos los esquís hasta donde viéramos que sería factible bajar esquiando. La nieve estaba dura pero no helada. Se veía bien para bajar esquiando con seguridad, además de ser muy ancha la zona.

Llevábamos 4 horas de ruta, con lo que debían ser algo ante de la 1 de la tarde.
Mi idea era darnos la vuelta sobre las 2.

Aunque Natalia reparó que, como finalmente sí que había conseguido hacer el Checkin-on line, no me hacía falta estar tan pronto en el aeropuerto. Con 1 hora bastaba, así que el tren de las 18:45 era suficiente. Eso me daba media hora más de margen de la prevista. Bien, bien...


Natalia, subiendo junto a ese pequeño río de nieve que caía continuamente.

Ese río reflejaba el curso que seguía todo lo que caía de la nieve suelta de la cima.
Lo que no sabíamos (y que pronto comprobaríamos) es que, cada vez que soplaba arriba, de la cima se desprendían enormes cantidades de nieve polvo que convertían ese riachuelo en el Ebro, barriendo el corredor con nieve polvo...


A mitad de corredor vimos que la parte superior, con tramos estrechos, no era muy "esquiable". Así que decidimos dejar los esquís en una zona segura pegada a la roca.
Para optimizar el "ataque final" a la cima, decidimos echarlo a una carta y dejamos todo el peso. Era más cómodo y rápido subir con el piolet (Natalia iba con 2 piolets) que subir porteando la mochila, ahorrando esfuerzo y tiempo, dos cosas que no nos sobraban.
Nada estaba decidido. Si en algún momento no lo viéramos bien, nos daríamos la vuelta.
La barrera de las 2 de la tarde se acercaba rápidamente. Pero buento, teníamos algo más de margen.


Había un par de resaltes de roca, que se subían bien, aprovechadno la roca con las manos, en oposición.

En uno de esos puntos coincidió que sopló fuerte viento arriba y nos tiró una nueva oleada de nieve, pillando a natalia en el resalte, sin poder protegerse yéndose a un lateral del corredor.
Así que tuvo que aguantar, estoicamente, la cascada de nieve que le caía encima y que no paró en un par de minutos.
Era como esos vídeos que se ven de escaladores de hielo en los que les cae una cascada de nieve como un río y que la aguantan estoicamente con el casco hacia abajo, sin levantar la vista.

Pasado el mal rato, seguimos hacia arriba. Tuvimos 2 o 3 "ríos" de nieve que debimos sortear protegiéndonos en un lateral del corredor.
Por suerte la nieve estaba relativamente compacta pero no dura, siendo el ascenso y el descenso siempre seguros, sin nieve dura o hielo.


Una vez salías del corredor quedaba esta rampa final abierta hasta la cumbre


A las 5 horas y 20 min (sobre las 2 y cuarto de la tarde) llegábamos por fin a la cima del Windgällen. Realmente era una buena hora, sabiendo que teníamos luz hasta casi las 6 de la tarde.
Tampoco era mala para el avión, contando que bajáramos sin ningún contratiempo.


Natalia en uno de los resaltes de roca, en la bajada.
No eran difíciles y siempre podrías utilizar la roca para asirte y asegurarte


Tras descender toda la parte alta de corredor a pie, recogimos los esquís de vuelta. Los habíamos dejado pegados a esa roca oscura pegada a la huella, encima de Natalia


La nieve estaba dura, muy prensada, y había que bajar con precaución, asegurando el giro.
Una caída nos haría coger mucha velocidad. No era la nieve polvo que frenaría y que sí había luego, una vez fuera del corredor.


Natalia, saliendo del corredor.


Una vez fuera del corredor, decidimos volver esquiando por donde habíamos venido.

Natalia había comentado la opción de poner pieles (línea gris en el mapa) para subir a otro collado y luego hacer una bajada más directa al coche. Una circular clásica de los que hacían los picos vecinos de la zona.

Pero el día se había cubierto y apenas había relieve. De modo que lo más seguro era volver por donde habíamos venido, teniendo la ayuda visual de las "migas de Pulgarcito" de nuestra traza de subida.

Y así lo hicimos. En el descenso no hice fotos. Sí algunos vídeos, que están colgados en el Reel que colgué en Instagram.

Tras esquiar a la entrada del túnel, lo cruzamos a pie hasta el otro extremo y volvimos a poner esquís. Pese al frío, no nos pusimos la chaqueta de plumas (sólo el gore y el buff) pues sabíamos que había varios tramos "cuesta arriba" en los que íbamos a subir de pulsaciones remando y sudaríamos con el plumas.

Salvamos bien esos tramos y luego, para asegurar la bajada, nos enchufamos en la pista que bajaría directa al coche, completando así 26 km de distancia y terminando en 7 horas y 15 min, para llegar al coche algo después de las 4 de la tarde, sanos y salvos.

Bieeeennn!! Habíamos llegado con margen. Aún nos dio tiempo de tomarnos un café caliente y algo de comer en nuestro restaurante preferido de Muotathal, antes de conducir de vuelta a casa, a Arth-Goldau. Ese café caliente, ya relajados, nos sentó de maravilla, verdad?

Tuvimos tiempo de conducir sin prisas a casa. Allí pude ducharme, cambiarme y comer algo rápido antes de salir a las 18:30 para coger el tren de las 18:45 h

A las 19:45 llegaba al aeropuerto de Zúrich y 1 hora después volaba a Barcelona, descansando, con los ojos cerrados en todo el vuelo, mientras recordaba cada momento de esta última ruta con Natalia, también imborrable...

Chica, contigo no hace falta ir al cine para ver aventuras!

Desde Barcelona conduje a las 11 PM los 35 min al Hotel Bruc, donde dormí placidamente.
Tocaba madugar al día siguiente para ir a mi Hospital San Jorge de Huesca y entrar a trabajar, con una sonrisa de oreja a oreja, 3 cafés y 4 huevos fritos, que no podían faltar en mi desayuno...


T H E    E N D


Dejo aquí el pequeño vídeo que hice en Instagram, de 90 segundos, sobre la actividad

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