Una foto hecha en un momento muy especial, la 1 de la tarde del Día de Reyes, a mitad de ruta, una circular desde la Cabaña Binntal. Tras subir a una 1ª cima, bajábamos camino del collado en sombra fondo de la foto. En esos momentos yo todavía no sabía que debíamos subir al pico del fondo (que recibe un poco de sol) antes de volver, en circular, al Refugio de donde habíamos salido esa mañana. A él llegaríamos a las 4 y media de la tarde, cuando el sol se acababa de poner en el horizonte. La magia de los días cortos de invierno se mezcla precisamente con el miedo de la brevedad del día, que sólo deja unas pocas horas de margen mágico para disfrutarlos. Cómo nos gusta el sol en invierno...
EL INVIERNO DE MIS SUEÑOS
(2022-2023)
Parte II: Enero 2023
Continúo esta entrega por fascículos del "Invierno de mis sueños", con el mes de enero, ese mes de luces bajas pero en el que la tarde va alargando a cada día que avanza el mes. Es un mes de optimismo contenido, pues la tarde tímidamente va alargando, pero las nortes siguen umbrías todos los días, a la espera de que la luz de febrero las empiece a acariciar, sólo a las más tumbadas.Enero... en el corazón del invierno, nos invita a disfrutar de la palabra "invierno" en toda su crudeza, en toda su belleza, en toda su fugacidad, como la fugaz luz de cada día de este mes. Optimismo contenido, belleza diaria por unas horas, antes de que la noche vuelva a envolvernos. Un mes en el que el frontal está siempre preparado en la mochila y con pilas de repuesto.
Por suerte, en ninguna ocasión tuvimos que utilizarlo, salvo dentro de los refugios. La forma física es importante para aguantar largas jornadas y evitar que la noche te alcance.
Y si te alcanza... disfrútala bajo las estrellas, pues el sol bajo de enero pocas veces transforma la nieve en los Alpes, que seguirá polvo fresca mañana, tarde y noche...
Semana de Reyes en Suiza, 2 noches en el Refugio de Binntal, inolvidables
5-6-7 enero 2023
La primera semana de enero me escapé a Suiza, volando el 1 de enero en un periplo de viaje nuevo para mí.Tras pasar en familia en Zaragoza la Nochevieja, cogí el 1 de enero un AVE a Barcelona y de allí volé a Milán-Malpensa. De allí cogí un tren a Lugano (Suiza) y allí otro tren a Arth-Goldau, a donde llegué ya de noche tras un largo día de transportes públicos.
En esa época Suiza estaba muy justa de nieve. La mayoría de los amigos de Natalia estaban corriendo con zapatillas o foqueando por las pistas de esquí, pues "no había nieve", al menos no había por debajo de 1.800m, lo cual es bien raro en Suiza para un comienzo de enero.
El 2 de enero fuimos con Christoff a las pistas de esquí de Andermatt y estuvimos foqueando y esquiando por las pistas, sin apenas salirnos fuera de pistas, al haber muy poca nieve. Fue un día para soltar las piernas y practicar un poco el descenso, sin esperar demasiado de un día de meteo incierta.
4-5-6 Enero en la Cabaña de Binntalhütte, Valle de Bintal, Valais suizo
Los días 3 y 4 fueron de meteo regular, no muy buenos para meterse en
montaña. Vimos que el mal tiempo terminaría la tarde del 5 de enero, con ventana de buen tiempo para los días 6 y 7 de enero. Así que, Natalia, tras haver estudiado conciencudamente dónde habían caído las nevadas por encima de 1.800-2.000m, vio que podríamos ir a la zona del Valle de Binntal, donde el Refugio de Binntal tenía opción de pernoctar, bajo reserva previa.Era un refugio no guardado, pero con todas las facilidades para que el montañero lo utilizara como propio, pudiendo utilizar la cocina grande de uso de los guardas en verano cuando está guardado. Con acceso a la comida de la despensa: pasta, tomate frito, vino, cervezas, leche en polvo, etc. Luego el montañero hacer el pago por transferencia bancaria tras dejar el refugio (en la foto, Natalia haciendo las cuentas de nuestros gastos). Un sistema que en Suiza sigue funcionando gracias a la honestidad de la gente.
Llegando al pueblo de Binn el 5 de enero por la mañana, bajo una débil nevada. Dejaríamos el peso en el hotel del pueblo al que volveríamos el día 7. Ese día de mal tiempo lo aprovecharíamos para hacer la aproximación al refugio, al que nos costaría llegar 2 horas y media. Antes caminaríamos 4 km del pueblo de Binn al pueblo de Fald y desde alli portearíamos media hora más antes de poner esquís, para foquear 2 horas al refugio, con poca visbilidad, pero con huellas y con el track en el mapa de Swiss topo en el móvil, un seguro de orientación.
6 enero: Cabaña de Binntal, Día 1. Circular con ascensión a los picos Hohsandhorn (3.182) y Ofenhorn (3.235)
15 km, D+ 1.550 m, 7 h 30 min
NOTA: Aquí dejo el enlace de la entrada (completa y detallada) que hice en enero en el blog sobre este Día 1
Rampa norte a 30º subiendo al Ofenhorn (3.235), la segunda cima del día. Momento delicado, a pesar de saber que estábamos en Riesgo 2 y que la nieve estaba estable. Sólo teníamos unos 10 cm de nieve fresca sobre un manto duro debajo.
Este 1º día hicimos 2 preciosas ascensiones y apuramos las luces desde la mañana a la tarde, en una circular que Natalia se sacó de la chistera y que me encantó, aunque en su momento hubo momentos de incertidumbre para bajar al glaciar del lado italiano (tuvimos que destrepar a él) antes de esta última subida. Tuvimos una nieve polvo todo el día y volvimos al refugio con las últimas luces, sin cambiar la nieve en todo el día. Fue especial.
La imagen de debajo está sacada en la última media hora bajando del vuelta al refugio, volviendo por un valle distinto al de salida, completando así una circular fantástica.
Noche del 6 de enero, solos, en el Refugio de Binntalhütte, con la luz de la luna llena
7 enero: Cabaña Bintal, día 2: Ascensiones al Grosses Schinhorn and Schwarzhorn y descenso a Fäld
25 km, D+ 2.000 m, 9 h 05 min
Aquí, el enlace de la entrada completa y detallada de este Día 2 que publiqué en enero.
Este último día fue uno de los más largos de los que hemos hecho este año, con 9 horas de ruta sin apenas descansos. Se trataba de subir a un primer pico y, en el descenso al valle, valorar subir a un segundo pico bastante alejado de la ruta, por una cara norte en la que no veríamos el sol en toda la ascensión, hasta la parte final.
Esto es lo que escribí en el post de Instagram sobre este día:
Tras una noche los dos solos en el refugio, salimos temprano, a las 7:54 h, para trazar esta larga circular propuesta por Natalia, con la ascensión a 2 picos, el 2º, un lejano tresmil, en casa Dios.
Alcanzamos el 1º, el Grosses Schinhorn (2.938m) en poco más de 2 h y media. Luego teníamos una larga bajada hasta los 2.000 m y de allí otra larga subida al 2º pico, el Scwhachhorn (3.107m) o Punta Marani, al que llegamos tras casi 7 horas de ruta. Nos quedarían 2 horas para bajar hasta el pueblo de Fäld (1.546m). Llegamos al pueblo todavía con luz. Tras tomarnos algo en el hotelito con encanto, iniciamos el descenso por la carretera, sacando ya el frontal para esa última hora a pie por la carretera cuando Natalia gritó "Un cocheeee" y consiguió que nos bajaran en auto-stop hasta nuestro hotelito en Binntal, donde pudimos ducharnos y descansar como reyes...
Todo salió bien y gestionamos bien el ritmo (sin prisa, pero sin pausa, economizando energías en Zona 1-2) y la alimentación (la justa, escasa: 2 Snickers a compartir y algunos orejones e higos, hicimos corto).
Llegamos agotados al pueblo, con las últimas luces, pero felices. Muy felices.
Confieso que en invierno me da miedo la noche acechante, el día corto, el frío, la soledad de la montaña... y también, a la vez, siento esa magia de esos momentos irrepetibles, efímeros, estando solos en la montaña invernal, donde cada momento es mágico... mientras rezo para que todo vaya bien y no haya ningún percance en la subida o en el largo descenso final esquiando.
Este era la segunda de 2 largas jornadas de alta montaña invernal, del alba al ocaso. Esta última, de 9 horas. Dos días de amor por las luces de invierno, por la nieve polvo helada y, a la vez, por el cariño de Pyreneean Tiger.
Escribo estas palabras y aún no me creo lo que hemos hecho estos 2 días. Necesito las fotos para asimilar la belleza que, en el momento, ese pequeño miedo me impedía disfrutar plenamente. Así soy: frágil y vulnerable. Pero valiente, a pesar del miedo.
Qué dos grandes días me has regalado, Natalia. Increíbles e irrepetibles. Suerte la mía de poder estar a tu altura, física y técnicamente, para completar estas circulares en los Alpes en pleno invierno, mano a mano, los dos juntos
El domingo 8 enero nos levantamos sin prisas y cogimos la combinación de buses y trenes que nos devolverían a Arth-Goldau, viendo en su recorrido esos bellos paisajes nevados entre el Furkapass, Realp y Andermatt. Un precioso viaje invernal como si estuvieras en la película Doctor Zhivago.
El lunes 9 de enero haría el viaje de vuelta a España, con guardia el martes 10 de enero. Tenía de nuevo guardia el sábado 14. Pero tras trabajar martes, miércoles y jueves, esa tarde iría a recoger a Natalia a Lleida donde ella llegaba en AVE desde Barcelona a donde había volado desde Zúrich.
Dormimos en Benasque el jueves 12, para aprovechar el viernes 13, que yo tenía libre (antes de mi guardia del sábado 14). Ese día intentaríamos ir al Pico Cordier
13 enero 2023. Pico Cordier, desde los Llanos del Hospital
20 km, Desnivel 1.600m, 8 horas (incluida 1 hora larga en la Renclusa hasta que se abrieron los cielos)
El día amaneció gris y, aunque sabíamos que la meteo iba a mejor, no pintaba nada buena toda la mañana en el tramo de los llanos del Hospital a la Renclusa. Salimos de Los llanos del Hospital, con esquís por las pistas de fondo hasta la Besurta y de allí a la Renclusa, donde paramos 1 hora a tomar algo al seguir todo cubierto. Cuando estábamos a punto de tirar la toalla y volvernos a los Llanos, vimos por la ventana que por fin se despejaba...Sííí... vamooos! Subimos con esquís hasta la muralla rocosa del Cordier, donde dejamos las tablas para abrir buena huella al paso clave de la roca. Tuvimos que limpiar bien de nieve el paso clave, entre piolet y guantes, para saber “dónde estábamos pisando”, con nieve azúcar cubriendo la roca escondida. Toda la parte final, a pie, pero sin crampones, sobre nieve profunda. Costaba más que en primavera! Para Natalia, que se ha hecho casi todo por Benasque en verano (pero no en invierno), era su primera ascensión al Cordier. El descenso esquiando, correcto pero exigente, con nieve venteada, prestando atención en cada giro.
No ha sido un año bueno para las Maladetas, con mucha nieve ventada y dura. A
la vuelta a la Renclusa, Héctor nos hizo un delicioso caldo caliente, lo cual agradecimos.
Se podía bajar esquiando a la Besurta, prestando mucha atención. Luego volamos en 14 minutos de vuelta a los Llanos, pues la pista de fondo estaba rapidísima eso días fríos de invierno… Una delicia, la verdad.
Esa tarde-noche cenaríamos en el Restaurante San Antón y compartiríamos un vino con Julio y Campanilla y Jota y Mª José. Una gran forma de terminar un gran día de montaña y amigos.
Al día siguiente yo madrugaría para irme a hacer la guardia a mi hospital, para volver de nuevo el domingo 15 y hacer un foqueo por Cerler al mediodía con tiempo regulero. Pero bueno, nos subimos un Rincón del Cielo desde el Molino y pudimos disfrutar de unos giros sobre nieve rápida y sobre los primeros dedos de nieve polvo que empezaban a caer. Era el comienzo de unas nevadas muy esperadas en el Pirineo, en el que nevaría los siguientes 3 días de forma importante, mejorando las condiciones de nieve, que hasta la fecha eran muy, muy justas en todo el Pirineo. Fue la nevada que permitió por fin innivar la Pista Estrimal de Panticosa desde su base.
Esa tarde volveríamos a quedar con Julio, Isabel, Jota y Mª José en Benasque
Bellos momentos compartidos, en el corazón del invierno...
Benasque
Sábado 21 enero: Mandilar en circular por Yandel y Ribereta de Estatiecho y descenso por pistas. Panticosa
14 Km, Desnivel 1.240 m, 3 h 40 min
En la parte alta de la Ribereta de Estatiecho, camino del Mandilar
Tras las fuertes nevadas del 16 al 19 de enero (nevada clave de este invierno para el Pirineo), llegó el fin de semana del 20-21-22 enero.
El viernes 20 enero hicimos el primer foqueo de tarde hacia el Mandilar saliendo por la pista de Estrimal de Panticosa.
El sábado 21 enero el día era soledo, pero soplaba fuerte de norte y había pocas zonas que estuvieran protegidas del viento del norte. Las pistas de Panticosa estaban cerradas por viento.
Decidimos hacer una ruta clásica de Julio Benedé que sube por la senda del bosque de Yandel y, al llegar a la Punta Robla (1.818m), te dejas caer unos 80 metros al sur, sin quitar pieles idealmente, para llegar a un llano a 1.730 m (Corral de las Vacarizas).
Desde allí sigues por los llanos, al sur, tomando la pista que viene de Hoz y dejándola en la curva a 1.770m, donde sale la senda horizontal, colgada, hacia el sur, que te lleva, sin apenas ganar desnivel, hasta la Ribereta de Estatiecho, un valle colgado bajo la cara norte de Peña Roya y Peña Blanca.
Allí giras a la izda y subes por el valle colgado, suave, hacia el collado de Bozuelo, situado al sur del Mandilar.
Desde allí terminas la subida al Mandilar por la ruta normal. Al llegar arriba, nos metimos en la caseta que hay a la llegada del Telesilla, para quitar pieles y abrigarnos protegidos del viento.
La ruta la salvamos bastante bien, a pesar del viento, que nos dio en la parte alta al salir del bosque del Yandel.Luego bajaríamos por las pistas de esquí, vacias al haber cerrado la estación por los fuertes vientos.
Terminamos el día en el el Bar Restaurante Peña Blanca de Panticosa, a pie del parking, compartiendo las últimas cervezas con Javier Oliver y su mujer Carmen Meneses y con Héctor. Ese día también estuvieron Josetxo y su hija Lara, que se fueron luego a comer a Escarrilla con la familia. Fue un gran día que salvamos a pesar del fuerte viento
Al día siguiente, domingo 22 enero, tenía guardia. Pero libraba el lunes 23 y podía salir pronto, al ser entre semana. Las condiciones invernales de este final de enero se mantenían y habiendo nieve desde el fondo de los valles, había que aprovechar esta entrada invernal para experimentar este fugaz invierno con los esquís en los pies...
23 enero, Pico Bacías, invernal, Balneario de Panticosa
12,6 Km, D+ 1.250mn en 4 h 34 min
Día invernal, de los que dejan huella. Quedamos a desayunar en Escarilla y empezamos tarde en esta cara oeste, a la 11 de la mañana. Día de viento, nieve, sol y mucho frío. Tanto es así que tuvimos que ponernos la chaqueta de plumas en los ibones altos de Brazatos. Allí dudamos si podríamos hacer cima, dado el viento y el frío.Pero sí, llegamos a la cima y nos protegimos de los fuertes vientos del norte bajando unos metros al sur, a sotavento, para poder quitar las pieles y prepararnos para la bajada. Nieve polvo en toda la ruta, aunque el viento se había llevado la nieve en el ibón alto de brazatos, saliendo el hielo.
En el descenso al Balneario veíamos el Garmo en frente y todo el Balneario desprendía un aspecto invernal increíblemente bello. Recuerdo que grabé una toma con el móvil a 180º en la que parecía que estábamos en algún rincón de Suiza, pues todo estaba cubierto por nieve. El aspecto invernal era inigualable...
Fue una gran jornada con Julio Benedé, su doncella Isabel "Campanilla" y Josetxo.
Último bloque suizo, del 26 al 30 enero...
Me guardé unos moscosos pendientes de gastar del año pasado para escaparme a ver a Natalia a Suiza la última semana de enero, que coincidía con el puente de San Valero que se pasaba al lunes 30.
Tuvimos meteo bastante buena casi todos los días y, sin apenas riesgo de aludes, pudimos hacer actividad todos los días, unos más potentes y otros más cortitos.
26 enero, Forstberg, desde Hoch Ybrig
12 Km D+ 1.240 m 3 h 48 min
La zona de Hoch-Ybrig (Weglosen en el mapa de Swiss topo) tiene un circo de orientación NW en el que partes de 1.000m y lo forman cimas de 2.200m. Por suerte la nieve empezaba en el fondo del valle, a 1.000m y la última pequeña nevada cubría las rocas y permitiría esquiar desde el fondo del valle.
Fuimos en coche desde casa con Loïc y su hijo, para hacer una ruta sencilla, en este caso, el Forstberg, un clásico de la zona, sin mayores dificultades.
Mapa con el track al Forstberg, un clásico de la zona
Otros dos clásicos son el Druesberg y el Twäriberg, a la derecha de la imagen.
Al día siguiente volvimos Natalia y yo solos y nos hicmos esos dos picos, completanto ese ramillete de cimas Hoch Brig
Tuvimos niebla en toda la parte baja, hasta los 1.500m o así. Una vez salíamos de ella, el paisaje era espectacular. Lo mismo desde la cima, con el mar de nubes por debajo de los 1.500-1.600m.
Pudimos esquiar muy bien los primeros 600-700m desde la cima, pero luego tuvimos que buscar la ruta en la niebla, sin apenas visibilidad, tirando de huellas y del gps, siendo que decidimos bajar algo más a la derecha de la subida.
Para no complicarnos, los últimos 3 km los hicimos por la pista, que se esquiaba rápido y era lo más prudente con esa ausencia de visibilidad.
Esta era la vista al sur y oeste desde la cima, con el precioso mar de nubes sobre el valle de Muotathal
Una vez por debajo de las nubes, volvimos a tener visiblida, ya llegando al parking del coche...
27 enero, Twäriberg y Druesberg, desde Hoch Ybrig
16,5 Km D+ 1.780 m 5 horas
Natalia, rumbo al Twäriberg, al fondo al sol
Al día siguente decidimos repetir lugar Natalia y yo solos, al haber visto las condiciones buenas de estos otros dos clásicos de la zona. Subimos a la cima del Twäriberg (foto de arriba) para esquiar la canal diagonal que se ve a la izda del todo, pegada a la roca (entre sol y sombra). Tras esquiar unos 450 m, pusimos pieles de nuevo para subir al Druesberg, el pico más alto de la zona, con una arista final que se suele realizar a pie. Al igual que el día anterior, el mar de nubes nos cubrió la bajada por debajo de 1.500-1.600m para los últimos 500m al coche. Como allí no se llega cogiendo ningún tren o bus, ese día cogimos un coche de alquiler por oras con Swiss Mobility, lo cual siempre es muy práctico.
Arista final a la antecima del Twäriberg. Pudimos dejar los esquís en el colladito y subir a pie hasta la cima, donde se intuye la cruz.
Luego subiríamos al Druesberg, que también tenía una arista final interesante, aérea, pero no difícil. Foto de abajo
Natalia, en la arista del Druesberg, volviendo de la cima.
Al fondo e mar de nubes sobre el valle de Muothtatal
El día siguiente, sábado 28 enero, fue un día de transición. La noche previa habían venido a cenar a casa un matrimonio americano amigos de Natalia, majísimos y muy divertidos, con su perrita.
Durmieron en casa y al día siguiente nos quedamos charlando en el desayuno hasta el mediodía.
Luego fuimos los 4 a Muotathal en su coche y mientras ellos hacían un paseo con raquetas de nieve, Natalia y yo hicimos un foqueo breve de 2 horitas, antes de tormanos luego un café con ellos en nuestra pastelería favorita de Muothatal con ellos. Nos quedaban 2 días y ambos pintaban con buena meteo, así que Natalia había pensado en 2 rutas potentes.
Domingo 29 enero, Travesía lineal del Oberalppass hasta Bristen (SS= Serious Safari)
22 km, D+ 1.500m y D- 2.700 m en 8 horas
Esta travesía era una moneda tirada al aire, sin saber sin terminaríamos bien la bajada final a Bristen. Empezábamos a más de 2.000m de altura y subíamos un tresmil, pero luego la bajada final terminaba en el pueblo de Bristen, a sólo 800m de altura. Y sabíamos que, aunque había una fina capa de nieve hasta el fondo del valle, la nieve con base esquiable podría terminarse bastante antes... La idea era ir en tren hasta Andermatt (vía Göschenen) y de allí coger el tren cremallera hasta el Oberalppass (2.044m). Madrugamos mucho y 2 horas después salimos con esquís desde el Oberalppass, poco antes de las 9 de la mañana, por la cara sur, desde las pistas de esquí, hacia el norte, subiendo por el Val Val. En algo más de 3 horas llegamos a un collado a 3000m. Allí se cruzaba a la cara norte, pasando al Cantón de Uri. Quitamos pieles y esquiamos al Este para meternos en el valle de Giuv (el mismo nombre del tremil al que íbamos). Pusimos pieles y remontamos primero al collado por el que luego cruzaríamos al norte. Tras asomarnos y ver el otro lado, seguimos con pieles y esquís en los pies hasta prácticamente la cima del Piz Giuv (3.096m), al que llegamos algo después de las 5 horas de haber salido. Foto de cima a la derecha de este texto
Desde la cima bajamos esquiando al collado que cruzaríamos para pasar al norte, entrando definitivamente en el cantón de Uri, para continuar hacia Bristen. Del collado se bajaba al pequeño glaciar de Spillauibielfirn y se seguía bajando al norte durante muchos km y perdiendo mucha altura, hasta los 800m del pueblo de Bristen.
Al llegar al collado había un destrepe de unos 10 m que había que hacerse con crampones. Nos dimos cuenta en ese momento de que nos habíamos dejado los piolets en la bolsa de Ikea (los quitamos la víspera para el foqueo fácil desde Muothatal y no los habíamos vuelto a meter en su lugar habitual...).
Por suerte, había un pequeño cordino o cuerda fija a la que podíamos sujetarnos y detrepar bien con los crampones. Si no hubiéramos podido, siempre podíamos volver por un valle directo de vuelta a Oberalppass, al sur, y no hacer la travesía prevista.
Tras el detrepe desde el collado y una vez en la base de la pared, pusimos esquís de nuevo y bajamos con una muy buena nieve polvo, iniciando el largo descenso a Bristen (marcado en rojo en la foto de arriba).
"Safari" entre las cotas 1.700 m y 1.400m
El valle al que nos meteríamos se encajonaba en forma de V y tenía 2 barrancos estrechos, que habitualmente se esquían por encima cuando están tapados de nieve.
Pero con la falta de nieve, tuvimos que rodear a pie ambos congostos, en laboriosas travesías a pie por zona de rocas en las que nos hundíamos a veces hasta la cintura, al estar sólo parcialmente cubiertas.
Fue un "SS: Serious Safari", en el que hubo que echar el resto, haciendo muchas partes a pie, entre rocas, entre bogs, entre de todo.
Algunos tramos con esquís, por laderas de bogs impenetrables en los que nos habría venido bien un machete.
La zona más delicada fue ésta, para atravesar el 2º y último barranco para pasar a la margen izda, donde ya veíamos la senda de verano. Unos 5-10 cm de nieve cubrían un lecho helado como si fuera un cristal fino sobre el barranco, que en cualquier momento podría ceder bajo nuestros pies.
Finalmente pudimos cruzar el barranco, salir de él, trepando agarrándonos a ramas de bojs, para por fin salir a la senda de verano. Poco más abajo la senda se ensanchaba en forma de pista y donde por fin, en la cota 1.400m, pudimos volver a poner esquís
Desde allí, la pista ofrecía una base limpia para poder seguir la ruta esquiando. Lo cual agradecimos, pues todavía nos quedaban 6 km de distancia hasta Bristen. Había muy poco espesor de nieve, pero lo justo para poder esquiar sin rascar las tablas si no te salías de la pista.
En los últimos km, la pista se había convertido en carretera y quedaban 3 dedos
de nieve. En una curva quise girar y rasqué todo el cemento de tal forma que salieron chispas de la carretera y olor a quemado!
Finalmente y tras 8 horas de ruta (con 1 hora larga de "safari"), pudimos llegar, con los esquís puestos y esquiando sobre prados con 2 dedos de nieve, al pueblo de Bristen, a 800nm. Sólo 5 min antes de la salida del bus que nos dejaría en Amsteg para coger nuestro tren de vuelta a Goldau. Era el final de una larga jornada... Sólo nos quedaba el lunes 30 de enero en este último bloque de Suiza. Ese lunes yo cogía el avión de las 8:45 PM de vuelta a España y la idea are hacer algo no muy largo, para ir con margen... Lo que no sabía era la maléfica idea que se le iba a ocurrir esa noche a Natalia para el día siguiente...
Lunes 30 enero, Corredor Norte Windgällen. Bishisthal (Valle Muothatal)
Natalia, en el corredor Norte del Windgällen (la ä se pronuncia como una "e)
La entrada completa sobre esta ruta la colgué unas semanas más tarde, en febrero.
Copio y pego un pequeño resumen de esa entrada:
La noche previa, tras terminar la travesía de Oberalppass-Bristen y ducharnos y cenar, estábamos mirando qué hacer al día siguiente, mi último día de ese bloque de 5 días.
Algo sencillo, quería yo, pues ese día cogía el avión de vuelta y no quería ir apurado de tiempo. Es cierto que ese vuelo de Vueling que sale del aeropuerto de Zúrich a las 20:45 h es perfecto, pues te permite hacer actividad el lunes y llegar, con cierta holgura, al avión.
Me bastaría coger el tren de Goldau (tengo la estación a 7-8 min de casa) de las 18:45 h, que me dejaría 1 h después en el aeropuerto, con 1 h de margen a la salida (no tengía que facturar equipaje y suele ser un margen suficiente).
Pero esa noche Natalia encontró la reseña de "su ruta soñada", recién subida a internet. Y me mostró la web donde una pareja había subido al monstruo del Windgällen desde Bisisthal (Sector Muotathal, cerca de casa) justo ese día anterior. Me enseño la foto de la salida del corredor norte del Windgällen (foto de la derecha).
Salimos temprano al día siguiente, con coche de alquiler con la APP de Mobility Swiss, para conducir los 45 min hasta Bisisthal, en la cabecera alta del valle de Muotathal.
Ahorro la descripción de las 4 primeras horas de ruta hasta la base del corredor, ya descritas en la entrada original que publiqué en febrero (este es un resumen)
Llegando a la base del corredor Norte del Windgëllen, por el que se puede acceder a la cima, entrando "dentro de la montaña", subiendo los 400m de corredor.
Pasamos a crampones y decidimos subirnos los esquís hasta donde viéramos que sería factible bajar esquiando. La nieve estaba dura pero no helada. Se veía bien para bajar esquiando con seguridad, además de ser muy ancha la zona.
Llevábamos 4 horas de ruta, con lo que debían ser algo ante de la 1 de la tarde.
Mi idea era darnos la vuelta sobre las 2 o 2 y media, para tener margen de vuelta al coche y margen para volver a casa, ducha y bajar al tren para ir al aeropuerto.
Esto siempre, pensando que no saliera nada mal, claro...
A mitad de corredor vimos que la parte superior, con tramos estrechos, no era
muy "esquiable". Así que decidimos dejar los esquís en una zona segura pegada a la roca. Para optimizar el "ataque final" a la cima, decidimos echarlo a una carta y dejamos todo el peso junto a los esquís. Era más cómodo y rápido subir con el piolet (Natalia iba con 2 piolets) que subir porteando la mochila, ahorrando esfuerzo y tiempo, dos cosas que no nos sobraban.
Nada estaba decidido. Si en algún momento no lo viéramos bien, nos daríamos la vuelta.
A las 5 horas y 20 min (sobre las 2 y cuarto de la tarde) llegábamos por fin a la cima del Windgällen. Realmente era una buena hora, sabiendo que teníamos luz hasta casi las 6 de la tarde.
Tampoco era mala hora para el avión, contando que bajáramos sin ningún contratiempo.
Natalia, bajando con prudencia el corredor.
La nieve estaba dura, muy prensada, y había que bajar con precaución, asegurando el giro.
Una caída nos haría coger mucha velocidad. No era la nieve polvo que frenaría y que sí había luego, una vez fuera del corredor.
Volviendo con las luces de la tarde, me volví en este punto para hacer esta foto, donde he pintado un poco la ruta y la cima de la que veníamos
Desde la cima al coche tardaríamos algo menos de 2 horas, lo cual es mucho tiempo siendo que era "el descenso al coche". Pero el corredor hubo que detreparlo de espaldas y luego a la vuelta había tramos de remar e incluso algunos hacia arriba (y el cruze a pie del túnel, decrito en la entrada original).
En total salió una ruta de 7 h y 15 minutos... Sin apenas descansos.
Bieeeennn!! Habíamos llegado con margen. Aún nos dio tiempo de tomarnos un café caliente y algo de comer en nuestro restaurante preferido de Muotathal, antes de conducir de vuelta a casa, a Arth-Goldau. Ese café caliente, ya relajados, nos sentó de maravilla.
Tuvimos tiempo de conducir sin prisas a casa. Allí pude ducharme, cambiarme y comer algo rápido antes de salir a las 18:30 para coger el tren de las 18:45 h
A las 19:45 llegaba al aeropuerto de Zúrich y 1 hora después volaba a Barcelona, descansando, con los ojos cerrados en todo el vuelo, mientras recordaba cada momento de esta última ruta con Natalia.
Desde Barcelona conduje a las 11 PM los 35 min al Hotel Bruc, donde dormí.
Tocaba madugar al día siguiente para ir a mi Hospital San Jorge de Huesca y entrar a trabajar. Me tomé 3 cafés en la Gasolinera El Bruc y 4 huevos fritos al llegar al hospital, que no podían faltar en mi desayuno...
Dejo aquí el pequeño vídeo que hice en Instagram, de 90 segundos, sobre la actividad
EL INVIERNO DE MIS SUEÑOS...
... continuará en la parte III (Febrero 2023)
Nos vemos!
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