martes, 28 de abril de 2020

VITAMINA D Y COVID-19: MAYOR MORTALIDAD CUANTO MÁS BAJOS SEAN NUESTROS NIVELES DE VITAMINA D

Niveles de vitamina D en 212 pacientes, según la gravedad de su enfermedad: Suave, Normal, Severa o Crítica.
A menores niveles de Vitamina D, mayor gravedad


VITAMINA D Y COVID-19: MAYOR MORTALIDAD CUANTO MÁS BAJOS SEAN NUESTROS NIVELES DE VITAMINA D

Tiempo de lectura 17 min


Vitamin D Supplementation Could Possibly Improve Clinical Outcomes of Patients Infected with Coronavirus-2019 (COVID-2019)
https://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=3571484


Recientemente se han publicado 2 estudios retrospectivos con 212 y 780 pacientes ingresados por COVID-19 en Filipinas e Indonesia respectivamente y se ha observado la relación entre los niveles de Vitamina D y la gravedad de su enfermedad.
En el estudio de Filipinas se ha encontrado una relación inversa entre los niveles de Vitamina D (25-OH Vit D) y la gravedad de la enfermedad. Es decir, a menores niveles de Vitamina D antes de la enfermedad, mayor gravedad de ésta. A niveles más altos, menor gravedad.

En el estudio de Indonesia, tener niveles deficientes de vitamina D (menores a 20 ng/ml) multiplicó x 10 el riesgo de mortalidad por COVID-19 (Prabowo Raharusun)




Estudios preliminares sobre la Vitamina D y el sistema inmune

Hemos visto en estudios previos que la vitamina D reduce el riesgo de coger cuadros respiratorios como el catarro común (Rondanelli 2018). La vitamina D también mejora la inmunidad celular (Cantorna 2011), es capaz de modular y regular la inmunidad adaptativa (Sharifi 2019) y aumenta la expresión de genes relacionados con la antioxidación (Lei 2017).

Los datos de 25 ensayos randomizados de todo el mundo demuestran que la suplementación con vitamina D reduce el riesgo de infección respiratoria aguda en más del 50 por ciento, especialmente en personas con niveles bajos de vitamina D, como ocurre habitualmente al final de cada invierno.

Dada esta evidencia, varios autores han propuesto en estos últimos meses dar suplementos de vitamina D para prevenir y tratar la enfermedad Covid-19 producida por este nuevo coronavirus, el SARS-CoV-2 (Wimalawansa 2020 ,Grant 2020 ,Braiman 2020).

Hasta donde sabemos, todavía no se han realizado ensayos clínicos randomizados aleatorizados para determinar el poder de la vitamina D en la supresión de este nuevo coronavirus SARS-CoV-2. De momento, sólo tenemos estudios observacionales. Es decir, qué niveles tienen los pacientes al inicio de la enfermedad COVID-19 y cómo se correlacionan sus niveles con la gravedad de la enfermedad y su riesgo de muerte.




Título del 1º estudio (23 abril 2020):

La suplementación con vitamina D podría mejorar los resultados clínicos de los pacientes infectados con Coronavirus-2019 (COVID-2019)

Vitamin D Supplementation Could Possibly Improve Clinical Outcomes of Patients Infected with Coronavirus-2019 (COVID-2019)

El Dr. Mark Alipioinvestigador de Filipinas, ha recogido de forma retrospectiva los datos de tres hospitales del sur de Asia para examinar la asociación entre los niveles de vitamina D y la gravedad de la enfermedad COVID-19, cogiendo 212 casos confirmados.


En el estudio se dividieron en 4 grupos a los pacientes según la gravedad de su enfermedad COVID-19:

Leve (Mild): Sin neumonía
Ordinario (Ordinary): Neumonía, fiebre y síntomas respiratorios.
Grave (Severe): Neumonía con hipoxia (falta de oxígeno) y dificultad respiratoria.
Crítico (Critical): Neumonía con insuficiencia respiratoria que requirió cuidados intensivos


Los niveles de vitamina D en sangre según la Sociedad Endocrina Internacional se clasifican en:
Normal: igual o mayor de 30 ng/ml
Insuficiente: 21-29 ng/ml
Deficiente: Inferior a 20 ng/ml

Medimos los niveles de 25-OH Vit D, que es el principal metabolito circulante en el plasma.
Si queremos pasar de ng/ml a nmoles/L multiplicamos por 2.5.


El valor medio de 25 (OH)Vit D entre los enfermos fue de 23.8 ng/ml (Insuficiente)
En los casos leves, la media fue de 31.2 ng/ml (normal)
En los casos ordinarios, fue de 27.4 ng/ml (insuficiente)
En los casos graves, fue de 21,2 ng/ml (insuficiente)
Y en los casos críticos, fue de 17.1. ng/ml (Deficiente)

Solo el 26% de los casos de COVID-19 tenía un valor de 25-OH Vitamina D en el rango normal, superior a 30 ng/ml.

Los resultados del estudio marcan una clara dirección hacia la mayor gravedad de la enfermedad cuanto más bajos eran los niveles de Vitamina D.




Otros médicos también han observado esta tendencia a tener niveles bajos de Vitamina D en los pacientes graves que tienen que ingresar por COVID-19


Durante el mes de marzo, La Dra. Erik Hermstad, médico de urgencias en Colorado, leyó (al igual que me pasó a mí) el tema de que la vitamina D quizás no debería tomarse en grandes cantidades por eso de que podría aumentar los receptores ACE-2 (como decían de los fármacos IECA y ARA-II para la tensión) y facilitar así la entrada del SARS-CoV-2 en las células, favoreciendo mayor carga viral. (En los anti-hipertensivos no se ha visto que ocurra así y se recomienda no suspender su tratamiento)

Tras leer esas noticias, algo confusas sobre el papel de la Vitamina D ("buena en niveles normales pero "no tan buena" en niveles altos) la Dra. Hermstad comenzó a revisar los niveles de 25-OH Vit D en todos sus pacientes ingresados por COVID-19.
¿Qué encontró? Valores de 25-OH Vit D Invariablemente bajos, habitualmente inferiores al rango considerado normal, de 30 ng/ml

Traducción de su tweet de la derecha:
¿Un nivel adecuado de vitamina D protege contra algunas de las tormentas de citoquinas que estamos viendo con COVID-19? No lo sé. Simplemente no he visto ningún nivel de vitamina D de 40 ng/ml o superior en CUALQUIER paciente que yo haya ingresado con COVID. Me interesaría ver si otros médicos están viendo lo mismo.



De hecho, en su cuenta de Twitter ha publicado esta gráfica, en la que no existen pacientes ingresados en el hospital por COVID-19 con valores de Vitamina D por encima de 40 ng/ml
En la gráfica, la Dra. expone el porcentaje de la población americana que está por debajo de los 20 ng/ml, es decir en grado de importante deficiencia, no sólo de insuficiencia.

Y lo están:
- El 14% de todos los americanos
- El 36% de los americanos de color (al tener más dificultad para producir Vit D desde el sol)
- El 30% de los americanos nativos



Otro estudio aún más reciente, 26 abril 2020:

Mayor mortalidad cuanto más baja es su Vitamina D en pacientes indonesios con COVID-19

Otro estudio retrospectivo se acaba de publicar este 26 de abril, con una muestra de 780 casos confirmados en Indonesia, en los que, de nuevo, se ha comprobado una relación inversa entre la gravedad y los niveles de Vitamina D.
https://www.reddit.com/r/ScientificNutrition/comments/g9cblc/patterns_of_covid19_mortality_and_vitamin_d_an/



En este reciente estudio retrospectivo, se incluyeron dos cohortes (activos y fallecidos) de 780 casos con infección confirmada por laboratorio de SARS-CoV-2 en Indonesia.

La edad, el sexo, las comorbilidades previas, los niveles de vitamina D y el resultado de la enfermedad (mortalidad) se extrajeron de los registros médicos electrónicos.
El objetivo era determinar patrones de mortalidad y factores asociados, con un enfoque especial en el estado de la vitamina D.

En los análisis de las variables sin corregir por otros factores (Análisi univariante), se vio que los casos de varones, los de mayor edad, las afecciones preexistentes y los de niveles de vitamina D inferiores a lo normal se asociaron con mayores probabilidades de muerte.
Tras corregir por factores como edad, sexo y las comorbilidades previas, se encontró que lo los niveles de vitamina D estaban fuertemente asociados con el resultado de mortalidad de los casos de COVID-19.


Vamos a plasmarlo en la gráfica de aquí debajo, explicando la diferencia entre el análisis univariante y luego el análisis multivariante, en el que se corrigen por factores de confusión

RIESGO DE MORTALIDAD POR COVID SEGÚN NIVELES DE VITAMINA D

Análisis Univariante, sin corregir por factores de confusión (Gráfica Izquierda):
En la gráfica de la izquierda, el análisis Univariante, sin corregir por otros factores que pueden confundir.
Empiezan con el nivel normal de 30 ng/ml o superior (en verde) como Factor de Riesgo = 1 (es decir, neutro, no riesgo).
Luego, los pacientes con una insuficiencia de Vitamina D (21-29 ng/ml) que tenían X 12.5 veces más riesgo de muerte por el virus. Y finalmente lo que tenían niveles de Deficiencia de Vit D (inferiores a 20 ng/ml), que salían 19 veces más probabilidad de morir por COVID-19.

Pero claro, debemos corregir por factores de confusión.
Más aún cuando hablamos de estudios de asociación (no causalidad) epidemiológicos observacionales (no experimentales) donde pueden juntarse muchos otros factores inherentes  las personas, que sesguen los resultados.

Por ejemplo, las personas mayores tienen niveles inferiores de vitamina D. Una persona de 70 años produce un 70% menos de Vitamina D por la exposición al sol que cuando tenía 20 años.
Una persona con las comorbilidades de obesidad y síndrome metabólico también tiene menores niveles de vitamina D pues grandes cantidades de esta vitamina liposoluble se quedan "atrapadas" en el tejido adiposo y no están en la circulación. Por eso las personas obesas tienen que tomar más vitamina D o exponerse más al sol que los delgados.


Análisis Multivariante (corregidos por factores de confusión), gráfica de la derecha:
Cuando hacemos un análisis multivariante se eliminan los factores que pueden sumar o restar a cada variable. Factores que nos confunden. De modo que el Riesgo Relativo de cada variable queda individualizado y se ve si tiene o no valor en solitario.

En dicho análisis, el riesgo asociado a la variable suele disminuir y ser menos "dramático" que sin corregir por factores de confusión.
Como se ve en la gráfica de la derecha, la probabilidad de morir por COVID-19 no era 19 veces mayor, sino "sólo 10 veces mayor" (RR=10.1) si tenías niveles deficientes respecto a tener niveles adecuados de Vitamina D (RR=1).

Para ponerlo en contexto, el riesgo de desarrollar cáncer de colon por comer mucha carne roja es de RR=1.18. En estudios observacionales (no experimentales) cualquier RR inferior a 2 no tiene valor, por los sesgos del resto de factores de la vida de esas personas estudiadas.
El RR de cáncer de pulmón por el tabaco es de X 20 (20 veces más frecuente). Ahí sí que hay una asociación clara. Con la carne, es insignificante y sujeto a miles de factores de confusión (mucha gente que come carne lo puede asociar con comida ultra-procesada, alcohol y una vida sedentaria, por ejemplo).

Aquí, tras corregir por factores de confusión, tener niveles bajos de Vitamina D multiplica por 10 el riesgo de morir por COVID-19.
Creo que los datos, tras analizar 780 pacientes, son bastante claros.
Un Riesgo Relativo 10 veces mayor de morir es un valor muy contundente.




El 86% de los ancianos en España y el 73% de los niños aragoneses
tienen niveles insuficientes de Vitamina D

El mejor indicador de los niveles de Vitamina D circulantes es el 25-OH D o Calcidiol (tras la 1ª hidroxilación de la Vitamina D3 en el hígado), que es su principal metabolito circulando en el plasma. Por eso, siempre que hablemos de niveles óptimos de vitamina D nos referiremos a 25-OH Vit D

En España los niveles de vitamina D en los ancianos son muy bajos. Se estima que un 86% de los ancianos de más de 65 años tienen insuficiencia de Vitamina D (< 30 ng/ml) siendo máxima en invierno (90,2% insuficientes) y mínima en verano (65% insuficientes) mientras que la deficiencia grave, con valores inferiores a 15 ng/ml es del 42% en invierno.
Los niveles medios de Vitamina D rondan los 20 ng/ml, en el límite entre la insuficiencia y la deficiencia (Mateo-Pascual 2014).

En el caso de los niños aragoneses, se ha visto que el 72,9% tienen niveles insuficientes (inferiores a 30 ng/ml), con un valor medio de 26 ng/ml. (Tesis Doctoral Inés Martínez Redondo 2019).
Para saber más sobre la Deficiencia de Vitamina D, uno de los mayores expertos en el mundo es el Dr. Michael F. Holick (Vitamin D Deficiency, 2007)



Vitamina D como inmuno moduladora: Protegiéndonos de la excesiva respuesta inmune llamada "Tormenta de Citoquinas"

Las funciones clásicamente conocidas de la vitamina D son regular la homeostasis (equilibrio) del calcio-fósforo y controlar el metabolismo óseo.

Sin embargo, en muchos estudios se ha observado la deficiencia de vitamina D en varias enfermedades crónicas asociadas con un aumento de la inflamación y la disregulación del sistema inmune, como la diabetes, el asma y la artritis reumatoide. Estas observaciones, junto con estudios experimentales, sugieren un papel crítico de la vitamina D en la modulación de la función inmune.
Esto  refuerza la hipótesis del papel de la vitamina D para mantener un sistema inmunitario saludable.
Dos observaciones clave validan esta importante acción no clásica de la vitamina D:

1. El receptor de la vitamina D (VDR) se expresa en la mayoría de las células del sistema inmunitario, incluidos los linfocitos B y T, los monocitos, los macrófagos y las células dendríticas.
2. Existe un metabolismo activo de conversión de la vitamina D en las propias células inmunes, que pueden convertir el calcidiol 25 (OH) D en Calcitriol, 1,25 (OH) D, su forma activa.
Es decir, que esta activación de la forma activa de la Vitamina D no sólo ocurre en el riñón con la 2ª hidroxilación, en relación con el calcio y fósforo del plasma. Ocurre en muchas otras células del cuerpo, entre ellas, las del sistema inmunitario.
Ahí es donde entra tener unos niveles óptimos de 25-OH Vit D, al menos por encima de 30 ng/ml, y si rondan los 40 ng/ml, mucho mejor.

La señalización de vitamina D y de su receptor VDR tienen un papel supresor sobre la autoinmunidad y un efecto antiinflamatorio, promoviendo las células dendríticas, la diferenciación reguladora de células T, la reducción de la respuesta de células T CD4-Helper TH17  y la reducción de la secreción de citocinas inflamatorias. (Sassi 2018)




¿Cómo puedo obtener niveles adecuados de Vitamina D?


La principales fuentes de vitamina D son:

- La Exposición Solar sobre la piel. EL FACTOR PRINCIPAL (primavera y verano)
- La  ingesta de alimentos ricos en vitamina D (pescados azules especialmente)
- La suplementación (o los rayos UV-B), en otoño e invierno


Alimentación (un pequeño % de nuestra Vit D):
Es muy difícil tener niveles adecuados sólo con la alimentación, que nos daría un 20-30% de nuestra dosis de vitamina D desde pescados azules como el salmón, las sardinas (el mejor pescado azul, por su pequeño tamaño y su escaso mercurio), la caballa, el arenque, el atún (cuanto más grande, más mercurio acumulado) y también en huevos (ese súper alimento que debemos tomar a diario), quesos y setas (especialmente si las ponemos al sol).


Suplementación (si no tenemos acceso al sol y para otoño e invierno):
En otoño e invierno, en nuestra latitud (41º) no se genera vitamina D (aunque estemos 1 hora en diciembre en bañador en una terraza), con lo que nos quedan las opciones de la alimentación, la suplementación o también una sesión semanal de 8 min rayos UV-B (la opción más inteligente y completa en personas de más de 50 años).

Aunque las asociaciones pediátricas recomiendan entre 400 y 800 Unidades Internacionales (UI) diarias de Vitamina D3 según los grupos de edad en pediatría, muchos autores consideran que estamos dando dosis muy pequeñas y que, especialmente en otoño e invierno, se debería suplementar con, al menos 1.000 UI diarias a los niños pequeños y 2.000 UI diarias a niños mayores.
En ancianos las dosis pueden ser incluso mayores de hasta 3.500 UI diarias. Se ha visto que dosis de hasta 10.000 UI diarias durante 6 meses no producen toxicidad.


Para dar 3.500 UI diarias (por ejemplo, a un anciano que tenga valores muy bajos, inferiores a 20 ng/ml), podemos dar un frasco de 25.000 UI semanal, por ejemplo.

4.000 UI equivalen a 100 microgramos, es decir, 0,1 mg

Podemos tomar gotas de 200 UI de forma diaria (5 gotas serían 1.000 UI y 10 gotas serían 2.000 UI).
Se estima que por cada 100 UI diarias subiremos nuestros niveles de 25-OH Vit D en 1 ng/ml.

Es decir, si una persona tiene al final del invierno como sería marzo (la época de niveles más bajos), unos niveles de deficiencia importante como 15 ng/ml, tomando 2.000 UI diarias subiría a 35 ng/ml y tomando 3.500 UI diarias (un frasquito de 25.000 UI semanal) subiría a 40-50 ng/ml (se sube menos de 1 ng/ml por cada 100 UI partiendo de estados tan deficientes).

Los valores considerados normales están por encima de 30 ng/ml. Por debajo de dichos valores ya empieza a elevarse la Hormona Paratiroidea para compensar la resorción de calcio desde los huesos.

Pero se ha visto que es en valores entre los 40-50 ng/ml donde se empiezan a ver muchas de sus funciones inmunomoduladoras y anti-cancerígenas (a detallar en una futura entrada) al inhibir la proliferación celular aberrante, especialmente en células de la próstata, la mama, el pulmón y el colon. La asociación (inversa) entre niveles de vitamina D y cáncer de colon es muy superior a la posible asociación de la carne roja y el cáncer de colon (a explicar en una futura entrada).




El sol de otoño e invierno no nos sirve para formar vitamina D.
Sólo el SOL ALTO de primavera y verano y sólo sin protección (un tiempo limitado, sin quemarnos)

Para que los rayos UV-B del sol atraviesen la capa de ozono y produzcan Vitamina D3 en nuestra piel tienen que hacerlo en un ángulo relativamente vertical, de 45º o superior. Es decir, si tu sombra es más larga que tú, apenas generarás vitamina D (otoño e invierno). Tu sombra tiene que ser igual o más corta que tú para generar vitamina D (primavera y verano).


Se ha visto que en lugares en latitudes superiores a los 35º no se produce nada de vitamina D de noviembre a febrero. Cádiz está a 36º y Huesca a 42º (igual que Boston, MS). Es decir, que en la Península Ibérica, de noviembre a febrero no fabricaremos vitamina D. Necesitaremos suplementos o (en personas mayores, una sesión semanal de rayos UV-B, completamente desnudos, tapándonos la cara durante los 8 min de sesión, pues la cara es la zona que más radiación UV acumula durante toda la vida y donde aparecerán los cánceres de piel no-melanomas).

Por eso, debemos de entender que en otoño e invierno, no vamos a generar nada de Vitamina D. El sol seguirá siendo muy beneficioso, pues sus rayos UV-A, que sí que atraviesan en diagonal la capa de ozono, tienen beneficios como la liberación de óxido nítrico, que ayuda a la vasodilatación y nos reduce la tensión arterial. También la luz del sol por las mañanas nos ayuda a poner en hora nuestro reloj circadiano, permitiéndonos luego conciliar mejor el sueño por las noches. El sol es parte de nuestra vida.


Ahora que llega mayo, el sol ya se eleva mucho en el horizonte y se pone muy vertical en las horas centrales del día. Así, si en marzo sólo obtendríamos vitamina D entre las 12 y las 3 de la tarde, ahora en mayo el sol estará lo suficientemente alto desde las 11 de la mañana a las 5 de la tarde. También nos quemaremos antes y quemarse el algo que no debe de ocurrir nunca. Tenemos un margen desde el tiempo necesario para generar suficiente vitamina D (de sol alto, sin protección) y el tiempo para quemarnos.

Para entender esto, podemos explicar la llamada Dosis Mínima de Eritema (D.M.E)




La Dosis Mínima de Eritema: Según nuestro fototipo, la hora del día, la latitud, época del año.

Sólo el sol "que quema" produce vitamina D. El sol de invierno ni quema ni la produce. Y si nos ponemos crema para el sol, no producimos Vitamina D, pues las cremas protectoras para el sol bloquean los rayos UV-B de forma muy eficaz (Una crema con SPF de 8 nos bloqueará el 90% de los rayos UV-B).

De modo que aquí tenemos un dilema. Sólo el sol que quema produce vitamina D, pero no debemos quemarnos. Quemarse es lo que más se relaciona con el melanoma.

La D.M.E o Dosis Mínima de Eritema es el tiempo que necesitamos para que nuestra piel se torne un poco rosa o con un inicio de enrojecimiento, sin llegar a ser una quemadura leve.

Esa DME depende principalmente de nuestro fototipo o color de piel y de la verticalidad del sol. Es decir, depende de varios factores:

- Hora del día (más vertical entre las 12 y las 16 horas)
- Época del año (más vertical en primavera y verano)
- Latitud: Más vertical en zonas cercanas al Ecuador, como Canarias, que en el norte de España
- Nuestro color de piel: Fototipo y moreno que hayamos conseguido los días previos.



Una D.M.E. puede equivaler a 10.000-20.000 UI de Vitamina D...

Se sabe que si estamos con la mayor parte del cuerpo descubierto (en bañador), si nos exponemos el tiempo necesario para tener un leve enrojecimiento de nuestra piel, podemos generar entre 10.000 y 20.000 UI de Vitamina D3 equivalente a suplementarse con dicha cantidad. Pero con muchos más beneficios.
La Vitamina D3 de suplementos sólo dura 2-3 semanas almacenada en el tejido adiposo, pero dura el doble si se genera desde la exposición solar, con lo que las rentas del sol de  septiembre nos pueden durar hasta final de noviembre.




Basta exponerse la mitad de una D.M.E, para generar cerca de 5.000-10.000 UI de Vit D3

No estamos recomendando que todos nos pongamos rojos sino algo muy distinto.
Si uno sabe a partir de qué tiempo puede a empezar a ponerse algo rojo, se recomienda exponerse, sin protección solar, como máximo, LA MITAD DE ESE TIEMPO DE M.E.D, de modo que produciremos (según lo desnudos que estemos, exponiendo más o menos superficie de piel), entre 5.000 y 10.000 UI


Por ejemplo, una persona en Aragón, con una piel mediterránea, del fototipo 3, que tiende a ponerse morena, pero que se puede quemar si está demasiado tiempo al sol, podría estimar que se pondría roja con el sol de mayo-junio a partir de los 20-30 min. Pues entonces se recomienda exponerse la mitad de ese tiempo sin protección, unos 15 min, antes de protegerse con ropa o con crema.

Conforme esa persona vaya cogiendo moreno conforme avance la primavera, esa melanina protectora elevaría su protección, como si llevara puesta una crema SPF 2 o SPF 3, multiplicando por 2 o por 3 su tiempo de exposición.
Es decir, cuanto más morena está una persona, más tiempo puede estar al sol sin quemarse y también necesita más tiempo para generar la misma cantidad de Vitamina D que cuando estaba sin moreno, hasta 3 veces más, de 15 a 45 min, por ejemplo.

Cuanta más superficie expuesta, menos tiempo necesario para generar vitamina D. Podemos tumbarnos 15 min de cara (1/2 DME) y otros 15 min de espalda (1/2 DME) consiguiendo el doble de Vit D con la mitad de exposición.

Por eso, cuando paseemos estos días que de relajación del confinamiento, lo más inteligente sería (si nos dejaran o si estamos en el campo o una finca privada o en la playa) quitarnos la camiseta durante 15 minutos o ir con unos tirantes o manga muy corta y pantalones cortos. La idea es exponer más superficie de piel al sol para necesitar menos tiempo de exposición para generar la cantidad necesaria.

Como en esta foto de Raúl Criado, podemo salir a correr y, durante unos 15 min, quitarnos la camiseta, para exponer más superficie al sol durante un pequeño espacio de tiempo

Habitualmente vamos por la calle vestidos y sólo nuestra cara y nuestras manos ven el sol. Justamente las zonas del cuerpo que más radiación UV acumulan durante toda la vida, envejeciendo. Deberíamos proteger la cara del sol (con un gorro) y mejor exponer partes del cuerpo que no suelen ver el sol la mayor parte del año, como pecho y espalda, dentro de la discreción y la legalidad. Las prendas de tirantes exponen cuello, espalda y hombros comparadas con prendas de manga corta, que sólo exponen los antebrazos, poca superficie.




¿Y el cáncer de piel?

Cuando hablamos de sol y piel pensamos, erróneamente, en melanoma, un cáncer de piel muy agresivo.

Quemarse sí que predispone al melanoma, sin embargo, la exposición crónica, ocupacional (labrador, pescador, obrero), se ha visto que "protege del melanoma" y, que en caso de tenerlo, nuestra supervivencia será mayor con mayores niveles de Vitamina D.

Pese a la creencia popular, el melanoma se da más frecuentemente en personas que trabajan en interiores (Los rayos UV-A sí que atraviesan el cristal) y en áreas poco expuestas al sol (melanoma ungueal, melanoma plantar). También se da más en personas de piel muy blanca (fototipo 1), pelirrojos, que se queman con mucha facilidad.

Quemarse sí que predispone al melanoma, especialmente quemaduras en la infancia, adolescencia y juventud y tenemos que evitarlas. Pero la "exposición responsable" al sol nos protegerá de muchos otros cánceres, pues los niveles de Vitamina D tienen una acción de supresión del crecimiento celular aberrante, protegiéndonos del cáncer.


Existe una relación entre mayor exposición al sol y menor riesgo de muchos tipos de cáncer: próstata (estudio), pulmón (estudio), pecho (estudioestudio), colorrectal (estudio), leucemia (estudio), páncreas (estudio), vejiga (estudio), linfoma (estudio) etc.

El cáncer de piel asociado a la exposición crónica al sol es el Cáncer No-Melanoma, como el carcinoma Basocelular y el Espinocelular, que suelen aparecer en áreas de la cara y cuero cabelludo tras muchos años de exposición al sol, como ocurre en agricultores, pescadores y en general con la exposición ocupacional al sol en zonas como mejillas, labios, cejas, pabellones auriculares y cuero cabelludo. Son cánceres que no suelen dar metástasis y aunque localmente pueden ser puntualmente agresivos, se suelen extirpar con bisturí y tienen una supervivencia superior al 99%, cercana al 100%.

Por eso debemos protegernos la cara y, especialmente las personas con calvicie, siempre el cuero cabelludo con un gorro. Y a la vez, podemos exponernos zonas menos frecuentemente expuestas, como tórax y espalda.
Es decir, si yo fuera agricultor, iría con un gorro de ala ancha al campo. Pero allí, me quitaría la camiseta al menos 15-20 min cada día. Conforme cogiera moreno protector, podría estar 30 min sin camiseta, con todos los beneficios del sol, más allá de la vitamina D.

Ahora que nos van a ir dejando salir cada día un poco más, disfrutemos del sol, con responsabilidad, sin quemarnos, aprovechando todos sus beneficios, además de obtener niveles adecuados de vitamina D.

Cuídense,

Jorge García-Dihinx Villanova
Pediatra Hospital San Jorge de Huesca



Les dejo aquí una entrevista que me hicieron en Aragón Televisión (Programa Otro Punto de Vista) en junio del año pasado, sobre los beneficios de una exposición responsable al sol

viernes, 24 de abril de 2020

EFECTOS DEL AYUNO INTERMITENTE EN LA SALUD, EL ENVEJECIMIENTO Y LA ENFERMEDAD. The NEW ENGLAND JOURNAL of MEDICINE, dic 2019



EFECTOS DEL AYUNO INTERMITENTE EN LA SALUD, EL ENVEJECIMIENTO Y LA ENFERMEDAD. The NEW ENGLAND JOURNAL of MEDICINE, dic 2019


Tiempo de lectura 20 min


"Se está acumulando evidencia de que comer en un período de 6-8 horas y ayunar durante 16-18 horas puede desencadenar un cambio metabólico, pasando de la energía basada en glucosa a la energía basada en los cuerpos cetónicos.
Este cambio resulta en una mayor resistencia al estrés y a la infección, una mayor longevidad y una menor incidencia de enfermedades, incluido el cáncer y la obesidad"

https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMra1905136?query=recirc_curatedRelated_article

En enero empecé a escribir esta entrada sobre los beneficios del ayuno, a raíz de este artículo publicado en diciembre en ela revista The NEW ENGLAND JOURNAL of MEDICINE titulado "Effects of Intermittent Fasting on Health, Aging and Disease" (Los efectos del ayuno intermitente sobre la salud, el envejecimiento y la enfermedad).


Nunca pude terminarlo y luego en marzo, con la irrupción de la pandemia por el coronavirus, se quedó olvidado sin terminar.

Como quiero escribir un artículo sobre los beneficios del ayuno intermitente como herramienta para potenciar nuestro sistema inmune frente a las infecciones, he decidido colgar primero éste que empecé en invierno (quizás resulte un poco largo y técnico) y posteriormente escribir esta próxima semana una entrada sobre los beneficios del ayuno específicamente para enfrentarnos mejor contra las infecciones además de mejorar nuestra salud metabólica.

Les dejo aquí con la entrada original, escrita este pasado mes de enero, que no pude terminar, pues hubo tantos días de buen tiempo, que entre trabajo y esquí, no pude sacar horas para terminarlo.



Ahí va la entrada:

A pesar de la evidencia científica aportada por esta enorme revisión, que incluye 80 citas bibliográficas, todavía hay algunos nutricionistas que sostienen que dicha revisión no tiene suficiente evidencia científica. Que saltarse alguna comida puede generar trastornos del comportamiento alimentario (como si dejar de cenar de lunes a jueves nos creara en casa una ansiedad por comer al día siguiente). Que ayunar puede generar luego atracones y obesidad (Dios mío...).

O que el "efecto halo o efecto talismán" puede llevarnos a descuidar el resto de nuestros hábitos de vida al pensar que al ayunar podemos compensarlos. Sería como decir que hacer ejercicio tiene el peligro de que, al pensar que es "bueno" para nosotros, podemos seguir fumando o tomando bebidas azucaradas o comida ultra-procesada. ¿Cómo se puede utilizar ese tipo de argumento para decir que algo es peligroso? ¿Es peligroso hacer algo saludable porque pensemos que luego podemos compensar haciendo algo no saludable?

EL argumento final que me sorprende todavía más es decir que, en lugar de "dedicar tiempo a ayunar", deberíamos dedicar tiempo a dejar de comer ultraprocesados, dejar de fumar o dejar de comer comida malsana. 
PRECISAMENTE... cuando no comes, no tomas alcohol, no dedicas tiempo a comer ultraprocesados y  precisamente tienes MÁS TIEMPO para dedicar a tus hijos, a tus padres y mayores, tiempo para formarte, para hacer deporte, para estudiar, para dormir (tan importante), para todo tipo de hábitos saludables.
El no dedicar tiempo a comer, a comprar la comida, a prepararla, cocinarla, comértela, limpiar y recoger... precisamente te da más tiempo para tus intereses personales o familiares. No te roba tiempo; te lo da. Te simplifica la vida.

Veo en estos nutricionistas una huída o un no querer entrar en conocer términos como Flexibilidad Metabólica, periodos de insulino ausencia, aumento de la sensibilidad a la insulina, reducción de la actividad de mTOR, autofagia, mejor cognición o situaciones tan fisiológicas hace miles de años para el ser humano como es la cetosis nutricional, con todos los beneficios metabólicos, cardiovasculares y cerebrales que conlleva.

No le dieron el Premio Nobel de Medicina en el 2016 al biólogo japonés Yoshinori Ohsumi por decir simpleces sino por explicar todos los beneficios para la salud del ayuno, entre ellos, la autofagia (reciclaje y eliminación de células envejecidas, dañadas, estropeadas, pre-cancerígenas). Si a alguien le dan el Premio Nobel por sus descubrimientos sobre los beneficios del ayuno, es razonable creer que "algo de ciencia" hay detrás de su trabajo.


¿Por qué, a pesar de estas publicaciones, siguen en contra de esta estrategia alimentaria, que es gratis, tantos nutricionistas?
¿Realmente hay que estar todo el día comiendo vegetales, como si fuéramos rumiantes y tuviéramos 4 estómagos?

¿Realmente alguien se cree que el hombre del paleolítico pudiera hacer cinco comidas al día en la jungla sin máquinas de vending?

¿Y si el cerebro necesita glucosa, por qué no entran en coma las personas que ayunan 24 horas o las personas que hacen huelgas de hambre? Quizás lo que nos enseñaron en la carrera de medicina tenía algunas lagunas que no explicaban la evolución natural de la especie humana. Una especie donde hoy en día reina la obesidad, la enfermedad crónica, la hipertensión y todo lo que gobierna el Síndrome Atero-Metabólico. Y esto no ocurre precisamente por dejar de comer. Precisamente dejar de comer, REVIERTE todas estas patologías gobernadas por la Hiperinsulinemia y la Insulino-Resistencia. Sigue comiendo, 5 o 6 veces al día o más, seguro que así adelgazas y mejora tu tensión arterial.

Tanto en el ayuno intermitente como en la aplicación de una dieta baja en carbohidratos, veo continuamente un rechazo desde sanitarios que ni quieren empezar a leerse un artículo que les recomiendes  o un simple libro de Jason Fung. "No lo voy a leer", me dicen.

Y por otro lado, veo una enorme aceptación en personas que, al probarlo (reducir carbohidratos y aumentar periodos entre ingestas) han perdido peso, tensión arterial, han perdido hambre y han podido dejar la medicación para la diabetes o la tensión.
Es la persona que lo prueba que, cuando comprueba los resultados, empieza a estudiar sobre el tema y sigue comprobando su mejoría en la salud.

Sin ir más lejos, este padre que en la charla de Alimentación Infantil que di hace unos días en Villanúa me dijo que había pasado de pesar 103 Kg a pesar 72 Kg. Me reconoció unas horas antes esquiando por las pistas de Astún con su hijo y luego ambos acudieron a la charla. Gracias padre e hijo por vuestro testimonio.



Vamos al artículo, cuyo contenido voy a intentar transcribir en esta entrada:

Numerosos estudios, tanto en animales como en seres humanos, han demostrado que los beneficios para la salud del ayuno intermitente no son simplemente el resultado de la reducción de la producción de radicales libres o de la pérdida de peso (Panda 2016, Di Francesco 2018, Valter de Longo 2014, Mattson 2018). En lugar de eso, el ayuno intermitente obtiene respuestas adaptativas a nivel celular que están integradas en los órganos, de manera que:
- Se mejora la regulación de la glucosa
- Se aumenta la resistencia frente al estrés y las infeciones.
- Y se disminuye la inflamación.

Durante el ayuno las células activan vías metabólicas que aumentan las defensas intrínsecas frente al estrés oxidativo y metabólico, así como las vías que eliminan o reparan las moléculas dañadas (autofagia).

En la figura de la derecha se explica, entre otras cosas, cómo el ayuno desencadena respuestas neuroendocrinas y adaptaciones caracterizadas por niveles bajos de aminoácidos, glucosa e insulina. La disminución de la expresión de IGF-1 (Insulin Growth Factor-1) y la reducción de aminoácidos circulantes reprimen la actividad de mTOR (Mammalian Target of Rapamycin. Diana de rapamicina en células de mamífero. mTOR es una quinasa que funciona como interruptor entre el metabolismo anabólico y catabólico y que, entre otras funciones, tiene un papel en el crecimiento celular y el desarrollo de cáncer), resultando en la inhibición de la síntesis de proteínas y la estimulación de la autofagia (proceso de deshacerse de células envejecidas, dañadas, pre-cancerígenas).
Durante el ayuno, el ratio entre AMP y ATP aumenta y se activa la AMPK (Activated protein kinase —'proteína quinasa activada por AMP), desencadenando reparación celular e inhibición de procesos anabólicos. Esto favorece los sistemas de mantenimiento y reparación, aumentando la resistencia al estrés, reciclando moléculas dañadas, estimulando la biogénesis mitocondrial y promocionando la supervivencia celular, todo lo cual apoya mejoras en la salud y la resistencia contra la enfermedad.

Tras un periodo de ayuno, en el periodo posterior de alimentación, las células vuelven a emplearse en procesos de crecimiento y plasticidad tejido-específicos.
En la vida moderna de hoy, estos procesos de reciclado (ayuno) y reconstrucción posterior (ingesta) no se están dando en la población general, pues estamos comiendo 5 veces al día, desapareciendo el ayuno. (Panda 2016, Mattson 2019).

Baste recordar que la respuesta en la elevación de la insulina (anabolizante) dura unas 3-4 hora tras las comidas. De modo que si comemos cada 3-4 horas, en ningún momento tenemos periodos de "insulino ausencia" en los que podamos inicia estos procesos de reciclaje y de consumo de energía almacenada corporal. Suerte que dormimos; que de no hacerlo, nos aconsejarían hacer 7 comidas al día.

Varios estudios pre-clínicos muestran de forma consistente la robusta eficacia del ayuno intermitente para modificar enfermedades en modelos animales en un amplio abanico de desórdenes crónicos incluyendo:
- La obesidad

- La diabetes tipo 2
- La enfermedad cardiovascular
- El cáncer, las infecciones y
- Las enfermedades neurodegenerativas (Di Francesco 2018, Mattison 2017, Meynet 2014, Nencioni 2018, Speakman 2011)



Este "ciclar" de nuestro metabolismo (ir cambiando de utilizar glucosa a utilizar ácidos grasos y cuerpos cetónicos) no sólo provee los cuerpos cetónicos necesarios para dar energía a las células durante los periodos de ayuno sino que también obtiene  una respuesta sistémica y celular altamente orquestada que continúa luego, en el estado de ingesta, reforzando el rendimiento físico y mental, así como la resistencia a las enfermedades e infecciones (Anton 2017, Mattson 2018).

NOTA: Cuando en mis guardias vienen niños con fiebre alta a urgencias en mis guardias (el 90% por gripe en este invierno en el que ha sido tan fuerte) los padres y madres llegaban preocupados porque sus hijos no querían comer nada.
Precisamente, al igual que un perro enfermo, el ser humano tiende al ayuno, como defensa, ante la enfermedad. Les reconforto diciéndoles que basta que vayan bebiendo agua y que no les fuercen a comer. Que el ayuno y el descanso (dormir) es lo que más activa sus defensas para combatir la enfermedad.


AYUNO INTERMITENTE Y CAMBIO EN EL COMBUSTIBLE METABÓLICO, el "metabolic Switching"

Los principales combustibles de energía para las células son la glucosa y los ácidos grasos. Después de una comida, la glucosa se utiliza como energía mientras los ácidos grasos son almacenados en el tejido adiposo en forma de Triglicéridos.

Durante los periodos de ayuno, los triglicéridos (al retirarse la insulina, que inhibe la lipolisis) son descompuestos en ácidos grasos y glicerol, los cuales se utilizan como energía.
En ayunos de más de 8-10 horas, el hígado empieza a convertir ácidos grasos en cuerpos cetónicos (principalmente 17-OH-Butirato), que proporcionan una importante fuente de energía a muchos tejidos, especialmente al cerebro, durante el ayuno.

En las horas posteriores a una ingesta, los niveles de cuerpos cetónicos (CC) son casi nulos. En los seres humanos empiezan a elevarse tras 8 a 10 horas de ayuno, llegando a los 1-2 mMol a las 24 horas (Cahill 1970, Patel 2019).






Este cambio metabólico de combustible, de utilizar glucosa como energía a utilizar los ácidos grasos y los cuerpos cetónicos (CC) resulta en una disminución del ratio del intercambio respiratorio, la relación entre la producción Dióxido de Carbono (CO2) frente a la de Oxígeno (O2), de modo que exhalas menor cantidad de CO2 en ayunas que tras una ingesta (La ventilación boca a boca en una RCP será pues, más efectiva, con más O2 que CO2. Todo son beneficios, señores. Mejor hacer una RCP básica en ayunas que tras una buena comida).

Este cambio refleja una mayor Flexibilidad Metabólica y mayor eficiencia en la producción de energía desde los ácidos grasos y los cuerpos cetónicos (Di Francesco 2018). 

Los cuerpos cetónicos no son simplemente energía alternativa utilizada durante los periodos de ayuno. Son también unas moléculas señalizadoras con importantes efectos sobre las células y las funciones de los órganos (Newman 2017).




Los cuerpos cetónicos (c.c.) regulan la expresión y la actividad de numerosas proteínas y otras moléculas que se sabe influencian la salud y el envejecimiento. Influenciando estas rutas metabólicas celulares, los cuerpos cetónicos producidos durante el ayuno tienen un profundo efecto sistémico sobre el metabolismo. Más aún, los c.c. estimulan la expresión del gen para el factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF: Brain derived Neurotrophic Factor), con implicaciones en la salud cerebral y en enfermedades psiquiátricas y neurodegenerativas (Parkinson, ELA, etc) (Mattson 2018).


¿Cuánto del beneficio del Ayuno Intermitente (IF) se debe al cambio metabólico de combustible y cuánto se debe a la pérdida de peso?

Muchos estudios han indicado que varios de los beneficios del IF son independientes de la pérdida de peso (en mi caso, no busco la pérdida de peso sino mejoras a nivel de flexibilidad metabólica, mayor duración de energía en carreras largas,  salud cardiovascular, salud cerebral y mayor resistencia al estrés e infecciones).

Estos beneficios encontrados incluyen mejoras en la regulación de la glucosa (Sensibilidad a la Insulina), mejora de la tensión arterial, del ritmo cardiaco y la eficiencia del entrenamiento de "endurance" (resistencia, careras largas, etc). (Anson 2003, Harvie 2013) y pérdida de la grasa abdominal, la grasa visceral asociada al Síndrome Metabólico (Harvie 2013).


AYUNO INTERMITENTE Y RESISTENCIA AL ESTRÉS

A diferencia de las personas de hoy, nuestros ancestros no comían 3 comidas espaciadas regularmente, junto con snacks, todos los días, ni tampoco llevaban una vida sedentaria. En lugar de eso, estaban ocupados, buscando comida en nichos ecológicos en los que las fuentes de alimento escaseaban.

Con el tiempo, el Homo Sapiens sufrió cambios evolutivos para adaptarse a tales entornos, incluyendo cambios cerebrales que permitieron la creatividad, la imaginación y cambios del lenguaje y físicos que permitieron a los humanos cubrir grandes distancias a partir de su propio poder muscular para perseguir y capturar a sus presas (Mattson 2019).

La investigación revisada en este artículo, y discutida en más detalle en otros trabajos (Anton 2017Mattson 2018),  muestra que la mayoría de (si no todos) los sistemas de órganos responden al ayuno intermitente de manera que permiten al organismo tolerar o superar los estresores de la vida para restaurar la homeostasis.

La exposición repetida a períodos de ayuno como "estresor" da como resultado Respuestas Adaptativas duraderas que confieren resistencia a los desafíos posteriores.

Las células responden al ayuno intermitente participando en una respuesta coordinada al estrés adaptativo que lleva a:

- El aumento de la expresión de las defensas antioxidantes
- La reparación del ADN
- El control de calidad de proteínas
- La biogénesis mitocondrial y la autofagia
- Y reduce la inflamación (Fig. 3).


Figura 3


Traducción del texto al pie de la figura 3:



Figura 3. Mecanismos celulares y moleculares subrayando la mejora de la función de los órganos y le major resistencia al estrés y a la enfermedad con el intermitente "Cambio metabólico".

Los períodos de restricción de energía en la dieta suficientes como para agotar las reservas de glucógeno hepático desencadenan un cambio metabólico hacia el uso de ácidos grasos y cuerpos cetónicos.


Las células y los sistemas de órganos se adaptan a este desafío bioenergético activando vías de señalización que refuerzan la función mitocondrial, la resistencia al estrés y las defensas antioxidantes mientras regulan al alza la autofagia para eliminar moléculas dañadas y reciclar sus componentes. 

Durante el período de restricción energética, las células adoptan un modo de resistencia al estrés mediante la reducción en la señalización de insulina y en la síntesis general de proteínas.

El ejercicio mejora y potencia estos efectos del ayuno. Al recuperarnos del ayuno (cuando volvemos a comer), los niveles de glucosa aumentan, los niveles de cuerpos cetónicos caen en picado, y las células aumentan de nuevo la síntesis de "nuevas proteínas", experimentando crecimiento y reparación celular. "Renovarse o morir"

El mantenimiento de un régimen de ayuno intermitente, particularmente cuando se combina con ejercicio regular, conlleva muchas adaptaciones a largo plazo que mejoran el rendimiento mental y físico y aumentan la resistencia a las enfermedades tanto infecciosas como metabólicas.

"Si alguna pastilla lograra todo esto, la industria farmacéutica se lucraría con sus ventas, pero esto del ayuno... resulta que además de ser gratis, te ahorra dinero y te ahorra tiempo, dos valores preciados hoy en día"



El ayuno intermitente estimula la autofagia y la mitofagia al mismo tiempo que inhibe la  ruta mTOR (Mammalian Target of Rapamycin. Diana de rapamicina en células de mamífero)

Estas respuestas permiten que las células eliminen tanto proteínas dañadas oxidativamente como  mitocondrias y reciclan componentes moleculares no dañados mientras se reduce temporalmente la síntesis global de proteínas para conservar energía y recursos moleculares (Fig. 3). Es decir, si quieres renovar tu sala de baño, primero tendrás que quitar esa bañera del siglo pasado (autofagia) para luego poder renovar el baño con una nueva instalación moderna.

Estas vías quedan sin explotar, suprimidas en personas que comen continuamente y más aún si son sedentarias. (Mattson 2018)



EFECTOS DEL AYUNO INTERMITENTE SOBRE LA SALUD Y EL ENVEJECIMIENTO SALUDABLE


Hasta hace poco, los estudios sobre restricción calórica y ayuno intermitente se centraban en el envejecimiento y en la esperanza de vida. Después de casi un siglo de investigación sobre restricción calórica en animales, la conclusión general fue que la ingesta reducida de alimentos aumenta considerablemente la esperanza de vida.

En uno de los primeros estudios sobre ayuno intermitente, Goodrick y colaboradores informaron que la vida media de las ratas aumentaba en hasta un 80% cuando se mantenían en un régimen de alimentación de días alternos, iniciado cuando todavía eran ratas adultas jóvenes.

Un metaanálisis de todos los datos disponibles desde 1934 hasta 2012 mostró que la restricción calórica aumenta la vida media entre un 14 y un 45% en ratas pero solo del 4 al 27% en ratones (Swindell 2012).





En seres humanos, las intervenciones de ayuno intermitente mejoran:

- La obesidad
- La resistencia a la insulina
- La dislipidemia aterogénica (Triglicéridos altos, Colesterol HDL bajo y Colesterol LDL pequeño y denso, aterogénico)
- La hipertensión
- Y la inflamación  (Redman 2018)

El ayuno intermitente parece conferir beneficios para la salud en mayor medida de la que podría atribuirse solamente a la reducción de la ingesta calórica. Es decir, en lugar de comer menos cantidad en cada una de las ingestas del día, es más beneficioso saltarte una comida y ampliar tus horas de ayuno nocturno, por delante (no cenando) o por detrás (no desayunando).

En un un estudio en el que se asignaron 16 participantes sanos a un régimen de ayuno a días alternos durante 22 días, estos perdieron el 2.5% de su peso inicial y el 4% de su masa grasa, principalmente la grasa de origen visceral, la aterogénica. Y lo más importante fue la disminución del 57% en los niveles de insulina en ayunas. Pasaron de ser personas Insulino Resistentes a Insulin Sensibles, curando su enfermedad metabólica, aunque apenas perdieran sólo 2 o 3 kg de peso (Heilbronn 2005)

En otros dos ensayos, dos grupos mujeres con sobrepeso (aproximadamente 100 mujeres
en cada ensayo) fueron asignados, bien a un régimen de ayuno intermitente de 5:2 (comer de forma normal 5 días a la semana e intercalar 2 días de importante reducción de la ingesta calórica a menos de 500 Kcal) o bien a una reducción del 25% en la ingesta calórica diaria.
Las mujeres en los dos los grupos perdieron la misma cantidad de peso durante el período de 6 meses, pero los del grupo asignado al ayuno intermitente 5:2 tuvo un mayor aumento de la sensibilidad a la insulina y una mayor reducción en circunferencia de la cintura (grasa visceral) (Harvie 2011) (Harvie 2013)





APLICACIONES EN LA PRÁCTICA CLÍNICA DIARIA 


En esta sección, revisamos brevemente algunos ejemplos de hallazgos de estudios de ayuno intermitente en humanos con diversas enfermedades:

Obesidad y Diabetes Mellitus

En la isla de Okinawa, la población tradicional típicamente mantiene un régimen de ayuno intermitente y tiene bajas tasas de obesidad y de diabetes mellitus, así como una longevidad extrema (Willcox 2006).

Un estudio multicéntrico mostró que la restricción calórica diaria mejoraba muchos factores de riesgo cardiometabólicos en humanos no obesos (Rochon 2011, Most 2018, Martin 2016Heilbronn 2006 Ravussin 2015)


Además, seis estudios a corto plazo en adultos con sobrepeso u obesidad han mostrado que el ayuno intermitente es tan eficaz para perder peso como dietas estándar (Harvie 2017).

Dos estudios recientes han mostrado que la alimentación en una ventana restringida horaria de 6 horas (desayunando a las 9 y comiendo entre las 2 y las 3 PM, sin más ingestas el resto del día) o bien con ayuno intermitente de tipo 4:3 (ayuno de 23 horas tres veces a la semana, con sólo una comida al día durante 3 días a la semana) revertía la resistencia a la insulina en pacientes con prediabetes o con diabetes tipo 2 (Furmli 2018, Sutton 2018). Ningún fármaco consigue revertir la diabetes tipo 2, pero con la alimentación adecuada (baja en CH) y ayunos intermitentes intercalados, lo podemos conseguir. Gratis y sin efectos secundarios farmacológicos.




Beneficios del Ayuno sobre el Síndrome Metabólico (la epidemia que causa la mayoría de las enfermedades cardiovasculares):


El ayuno intermitente puede revertir múltiples características del Síndrome Metabólico (SM) en humanos:

- Mejora la sensibilidad a la insulina
- Estimula la lipólisis
- y reduce la tensión arterial (en parte insulino-mediada) sanguínea.

La grasa corporal y la tensión arterial se reducen y el metabolismo de la glucosa mejora en personas obesos en respuesta a ayuno de días alternos (Klempel et al., 2013Varady et al., 2009).
En personas con sobrepeso mantenidas durante 6 meses con una dieta de ayuno intermitente dos veces por semana en la que consumían solo 500–600 calorías en los días de ayuno, se vio una pérdida de grasa abdominal, una mejora de la sensibilidad a la insulina y, consecuentemente, un descenso de la  tensión arterial  (Harvie et al., 2011).




Enfermedad cardiovascular


El ayuno intermitente mejora múltiples indicadores de salud cardiovascular tanto en animales como en seres humanos, incluyendo:

- La Tensión arterial
- La Frecuencia Cardíaca en reposo
- Los niveles de lipoproteínas de colesterol de alta densidad y baja densidad (HDL y LDL)
- Los triglicéridos
- La glucosa y la insulina  y la resistencia a la insulina.
- Además de reducir en un 40% el grosor de la íntima de las carótidas (Fontana 2004Most 2018, Lefevre 2009)


Por otro lado, el ayuno intermitente reduce los marcadores de inflamación sistémica y de estrés oxidativo que están asociados con la aterosclerosis (Johnson 2007Harvie 2013Moro 2016, Kroeger 2012).

En los análisis de las grabaciones electrocardiográficas muestran que el ayuno intermitente aumenta la variabilidad de la frecuencia cardíaca (HRV) al mejorar el tono parasimpático en seres  humanos (Stein 2012).

Varady y colaboradores vieron  que el ayuno de días alternos fue efectivo para la pérdida de peso y para cardioprotección en adultos, tanto con sobrepeso como con peso normal, es decir, que el ayuno beneficia a todos a nivel cardiovascular, no sólo a las personas con sobrepeso (Varady 2013).

Se ha visto  que los indicadores de salud de las mejoras cardiovasculares se suelen hacer evidentes a partir de las 2 a 4 semanas después del comienzo de un ayuno a días alternos
y que luego desaparecen después de un período de varias semanas tras la reanudación de una dieta normal (Mager 2006).



Cáncer

Hace más de un siglo, Moreschi y Rous describieron el efecto beneficioso del ayuno y de la restricción calórica en tumores en animales. Desde entonces, numerosos estudios en animales han demostrado que la restricción calórica diaria o el ayuno de días alterno reduce la aparición de espontánea tumores durante el envejecimiento normal en roedores y suprime el crecimiento de muchos tipos de tumores además de aumentar su sensibilidad a la quimioterapia y a radioterapia (Mattison 2017Meynet 2014Nencioni 2018O'Flanagan 2017.

En una anterior entrada en este blog explicábamos lo que se llama sensibilización diferencial al estrésComo respuesta al ayuno, muchos tipos de células cancerosaspero no células sanas, experimentan desequilibrios funcionales, volviéndose más sensibles (vulnerables) a los agentes tóxicos, como la quimioterapia (sensibilización diferencial al estrés).

Por otro lado, el ayuno inicia una respuesta molecular que hace que las células normales (sanas) pero no células cancerosas, se hagan más resistentes a los estresores, como la quimioterapia (resistencia diferencial al estrés). (Nencioni 2018).


De la misma manera, se cree que el ayuno intermitente perjudica el metabolismo energético en células cancerosas, inhibiendo su crecimiento y haciéndolas susceptibles a tratamientos clínicos (Harvie 2012, Klement 2014Martinez-Outschoorn 2017)


Varios ensayos clínicos de ayuno intermitente en pacientes con cáncer se han completado o están en curso. La mayoría de los ensayos iniciales se han centrado en el cumplimiento del tratamiento, los efectos secundarios y la caracterización de biomarcadores.

Por ejemplo, un ensayo con una restricción diaria de calorías en hombres con cáncer de próstata ha mostrado excelente adherencia (95%) y sin efectos adversos (Demark-Wahnefried 2016).

Varios estudios de casos cogiendo a pacientes con Glioblastoma Multiforme sugieren puede suprimir el crecimiento tumoral y extender la supervivencia (Elsakka 2018). (Foto de la derecha).



Actualmente hay varios ensayos clínicos centrados  en ayuno intermitente en pacientes con cáncer de mama, ovario, próstata, endometrio y colorrectal y glioblastoma. Los regímenes específicos de ayuno intermitente varían entre los estudios, pero todos implican imposición de ayuno intermitente durante la quimioterapia (Nencioni 2018)



Trastornos neurodegenerativos

Los datos epidemiológicos sugieren que la excesiva ingesta de energía, particularmente en la mediana edad, aumenta los riesgos de accidente cerebrovascular, enfermedad de Alzheimer y enfermedad de Parkinson (Arnold 2018).

Existe una fuerte evidencia preclínica de que el ayuno a días alternos puede retrasar la aparición y progresión de los procesos de la enfermedad en modelos animales con enfermedad de Alzheimer y de Parkinson (Mattson 2018, Mattson 2018).

El ayuno intermitente aumenta la resistencia neuronal al estrés a través de múltiples mecanismos, incluyendo el refuerzo de la función mitocondrial, estimulando la autofagia, la producción de factores neurotróficos, las defensas antioxidantes y la reparación del ADN (Mattson 2018, Menzies 2017) 


Además, el ayuno intermitente mejora la neurotransmisión GABAérgica inhibitoria, que puede prevenir las convulsiones y la excitotoxicidad. (Liu 2019). Esa es la razón por la que antiguamente se vio que al ayuno evitaba las convulsiones en la epilepsia. A la larga, como el ayuno en un niño epiléptico no puede mantenerse de forma indefinida, se vio cómo, una alimentación que simulaba el ayuno a través de la producción de cuerpos cetónicos, como es la dieta cetogénica, curaba de las convulsiones a los niños con epilepsia.
Hoy en día la industria farmacéutica nos ha creado tratamientos con fármacos antiepilépticos que, entre otras funciones, estimulan dicha respuesta GABAérgica en las neuronas. Con la llegada de los fármacos pronto se olvidó el ayuno como una terapia eficaz, sin efectos secundarios, así como la alimentación que "simula" el ayuno, como es la dieta cetogénica que consiste simplemente en comer verduras, huevos, carnes, pescados y frutos secos, evitando harinas y otras fuentes de carbohidratos distintas a las verduras. (Masino 2019, Van Berkel 2018, Neal 2008, Lefevre y Aronson 2000).


Esclerosis Múltiple y Artritis Reumatoide

La Esclerosis múltiple es un trastorno autoinmune caracterizado por la desmielinización axonal y la degeneración neuronal en el sistema nervioso central. En este asunto, el ayuno de días alternos y los ciclos periódicos de 3 días consecutivos de reducción de ingesta se ha visto que reduce la desmielinización autoinmune y mejora el resultado funcional en ratones con esclerosis múltiple (inducida experimentalmente, encefalomielitis autoinmune) (Choi 2016, Cignarella 2018).

Dos recientes estudios piloto han mostrado que los pacientes con Esclerosis Múltiple que se adhieren a los regímenes de ayuno intermitente reducen los síntomas en sólo 2 meses (Choi 2016 , Fitzgerald 2018)Esto sucede porque el ayuno intermitente, entre otros beneficios, reduce la inflamación (Johnson 2007).

Por los mismos mecanismos anti-inflamatorios, también se espera que el ayuno intermitente sea beneficioso en la Artritis Reumatoide, y de hecho, hay evidencia que respalda su uso en pacientes con artritis reumatoide (Müller 2001).



Incorporación de distintos patrones de ayuno intermitente en la práctica de atención de salud y estilos de vida, según los autores del artículo



Como componente de la capacitación de la escuela de medicina en prevención de enfermedades, los estudiantes de medicina podrían aprender algunos  conceptos básicos de cómo afecta al metabolismo el Ayuno Intermitente y cómo las células y los órganos responden de manera adaptativa al él, así como las principales indicaciones para pautar un ayuno intermitente:

- Obesidad
- Diabetes
- Enfermedades cardiovasculares
- Cáncer
- Aumento de la resistencia al estrés y a las infecciones.

Y cómo implementar pautas de ayuno intermitente para maximizar los beneficios a largo plazo.

Los médicos podrían incorporar distinta pautas de ayuno intermitente como intervención temprana en pacientes con una variedad de condiciones crónicas o en riesgo de tales condiciones, particularmente aquellas condiciones asociadas con comer en exceso y un estilo de vida sedentario.

Uno podría imaginar servicios tanto para pacientes hospitalizados como ambulatorios (Consultas Externas) formados por expertos en nutrición, ejercicio y psicología que ayudarían a los pacientes a hacer la transición hacia unos hábitos, sostenibles en el tiempo, de regímenes de ayuno intermitente y de ejercicio.

Como un ejemplo de una pauta recomendada concreta, el paciente podría elegir un régimen de alimentación diaria restringida en el tiempo (un período de ayuno de 16-18 horas y un período de alimentación de 6-8 horas, el clásico 16/8) o bien un régimen de ayuno intermitente 5: 2 (Una única ingesta de 500 calorías durante 2 días por
semana comiendo de forma normal el resto de la semana), con un período de transición de 4 meses para lograr el objetivo.
Para facilitar el cumplimiento de la prescripción, el personal médico debería estar en contacto frecuente con el paciente durante el período de 4 meses e ir monitorizando de cerca el peso corporal del paciente y los niveles de glucosa y c cetónicos, según sugieren los autores del artículo.


Un pequeño ejemplo de pautas de ayuno sencillas


Parece que los beneficios comentados del ayuno (como la autofagia) se empiezan a a dar especialmente a partir de las 16-18 h de ayuno. Por eso, en caso de hacer 2 comidas al día, es una mala idea hacer desayuno y cena (con 10-12  de ayuno entre comidas), pues desaprovechamos el poder alargar el ayuno nocturno por delante o por detrás. Para ello, lo más sencillo sería no desayunar o no cenar.

Para hacer un 18/6 en lugar de 16/8 (o incluso hacer un 19/5 o un 20/4) algunos autores recomiendan que las dos comidas que hagamos están más pegadas. Por ejemplo, esperar a desayunar un poco más tarde, a eso de las 10 o 11, de modo que la ventana de ingesta iría de las 11 a las 15 horas, acercándonos a ese 20/4.
Cada uno tiene que aplicar el horario que mejor le venga según sus necesidades familiares y laborales.
Tampoco tiene que ser todos los días. Cada persona es libre de hacerlo uno o varios días, sin sentirse mal si lo rompemos durante los días de celebraciones con amigos.
De hecho, cuando en celebraciones comemos mucho más de lo normal, podemos hacerlo sin sentirnos mal, simplemente pensando que, después de disfrutar de esa gran comida o cena con los amigos, podemos estar tranquilamente 18-24 h sin comer, hasta el día siguiente. De modo que alternaremos el "feasting" con el "fasting", como ha hecho el ser humano desde los tiempos de Roma.
Los encuentros con los amigos (ahora tan escasos) hay que disfrutarlos ("día que pasa, día que ya no vuelve"). El ayuno del día posterior nos permitirá disfrutar de esas celebraciones sin tener sentimiento de culpa. Hay que vivir la vida, disfrutar del presente y alternar las fiestas con amigos con los ayunos posteriores.


Hasta aquí los beneficios del ayuno para la salud según este artículo publicado en el NEJM este pasado diciembre.

En una próxima entrada abordaremos los beneficios que para nuestro sistema inmune (frente a la COVID-19) tiene el hacer pequeños ayunos intermitentes.

Cuídense,

Jorge García-Dihinx Villanova
Pediatra Hospital San Jorge de Huesca