miércoles, 19 de octubre de 2011

Bakthapur, Patan y Bodannath (NEPAL), 27-28 sept


Niños nepalíes en la entrada de Bakthapur, celebrando el día internacional del turismo
Bakthapur, Patan y Bodannath

Blanca de las nieves y Jorge García-Dihinx

27-28 septiembre 2011

Nuestro 2ºdía en Nepal. Coincide que era el Día Internacional del Turismo y había espectáculos en muchos sitios. Sin saber nada de eso, nos vamos a Bakthapur, ciudad medieval, empedrada y hasta hace poco sin acceso a vehículos, que antes conservaba un aire tranquilo, como suspendida en el tiempo. A pesar del tráfico que la empieza a invadir, sigue siendo especial.
En la entrada fotografiamos a unos niños y unas mujeres, presenciando el espectáculo. Más tarde nos volvió a soprender la lluvia al mediodía, en pleno Durbar Square, lo que aprovechamos para entrar a tomar algo en un restaurante  y ver las vistas de la plaza desde allí.

Una vez terminado nuestro tour de la ciudad, cogemos transporte para ir a visitar Patan , ciudad separada de Kathmandu sólo por un río. Paseamos por su Durbar Square y sus calles cercanas y comemos allí en un reaturante con bonitas vistas a los templos.

Esa tarde, al regresar al hotel, nos damos cuenta de que los de recepción no han movido un dedo para las reservas de nuestro bus del día siguiente a Dunche ni para los permisos de trekking que nos habían prometido tramitar.

Así que, aunque está ya anocheciendo, vamos a una agencia de viajes del barrio turístico de Thamel, cercana al hotel, para agilizar todos esos trámites. Allí nos meten en un despacho a puerta cerrada y nos empiezan a sumar los costes de nuestras peticiones:
El billete del bus a Dunche (nos dicen que cuesta 800 rupias en vez de las 200 reales...), la tarjeta TIMS (Trekking Information Managemente System) que es como un DNI del trekker que el país ha creado hace unos años para poder controlar un poco la gente que "se adentra" por sus senderos de trekking. Decían que nos la hacían por 30 dólares, cuando en la Lonely Plante del año 2009 ponía que era gratuita (al final comprobaríamos que costaba 20 dólares, esto desde hace 1 año) y el permiso de entrada al Parque Nacional del Lantang, que vale 1000 rupias (10 euros) y nos pedían el triple de eso o algo parecido.

Blanca y yo nos miramos en silencio, sentados en ese despacho cerrado, con dos nepalís que están hablando en su idioma sin que nos enteremos de nada. Nuestras caras son de enfado y frustración, al ver que, en aras de sacar dinero, las agencias de viajes de Thamel (Kathmandu) enredan al turista y le cuentan historias para sacarle más dinero del debido.

Así las cosas, como ya era de noche y demasiado tarde para andar buscando en otros sitios, decidimos volver al hotel y emplear nuestro 3º día en Nepal para conseguir, por nuestra cuenta y sin agencias de por medio, todos los trámites necesarios para poder empezar el trekking al día siguiente. Así de paso, empezamos un día más tarde y damos tiempo a que el monzón termine de retirarse.

Este día de pesquisas por la caótica ciudad de Katmandu durante la mañana del día siguiente no tiene apenas fotos, pero será muy útil y entretenido que lo leáis en el post del blog de Blanca de las Nieves titulado Burocracia nepalí.

Por fin, con los trámites resueltos y con nuestro billete de color rosa para ir a Dunche en bus al día siguiente, nos premiamos yendo esa tarde a ver la grandiosa estupa de Bodannath. Para ello nos metemos en un tuc-tuc, o furgoneta que va pasando por las calles con el revisor (generalmente chico joven) gritando los destinos mientras va agarrado medio salido de la furgoneta.
Es mucho más divertido viajar por la ciudad en estas furgonetas que coger un taxi, además de resultar ridículamente barato. Entras en el mini-bus y te sientas donde puedes. Conforme suben y bajan los pasajeros, vas rotando de sitio, para dejar siempre libre el más cercano a la puerta. El revisor suele llevar en la mano el fajo de billetes y va cobrando a los que van entrando y saliendo. Entre paradas, va contando el dinero sendado en el tuc-tuc. Le hice varias fotos al fajo de billetes que no paraba de manosear.

Nuestra última visita de este día, fue como digo, la grandiosa Estupa de Bodannath, donde se rinden ritos antes de las grandes expediciones al Himalaya. Es un lugar especial. Yo ya había estado cuando vine en el 2000, pero Blanca no. Ella me decía que lo había visto en los documentales de Al Filo de lo imposible y le encantó poder por fin estar allí. No se puede perder uno ese lugar.

Al día siguiente, 29 sept, 4 días después de aterrizar en Kathmandu y con la esperanza de que el monzón se terminara de retirar,  cogeríamos nuestro bus a Dunche, donde empieza el trekking del Valle del Lantang.

No tenemos ni idea de lo que nos encontraremos mañana y tampoco de los secretos que lleva en su interior ese papelito de color rosa (nuestro billete de bus), con palabras y varios números escritos a mano. Al día siguiente lo averiguaríamos, en un viaje para recordar.
Continuará...
Jorge

 Mujeres a la entrada de Bakthapur, contemplando el espectáctulo musical que se ofrecía por ser el día internacional del turismo.
Me  metí en el centro del corro de la gente. Estaban tan absortas mirando el espectáculo, que no se percataron de mi cámara. Las mejores fotos ocurren cuando uno llega a ser invisible y puede sacar libremente la cámara y fotografiar lo mismo que ven nuestros ojos sin la cámara que nos delate.

 Las mismas mujeres de la foto de arriba, con los colores de sus vestidos y sus pulseras

 Tras terminar los espectáculos de música y danza a los turistas, por fin podemos entrar en la ciudad de Bakthapur

 Recorremos las calles de Bakthapur, una ciudad para perderse

 Siguiendo uno de los "Walking Tours" de la Lonely Planet, saliendo de la ciudad hacia el río, pasamos por este lugar, donde se realizaba un ritual cuyo significado no pudimos comprender.

 Blanca, bajando las estrechas y verticales escaleras de uno de los templos de Durbar Square

 Dede el mismo lugar de donde hice la foto anterior, con Blanca bajando las escaleras del tempo, tenía a mi espalda a esta niña nepalí

 Nos tomamos algo (ridículamente caro) en este restaurante con vistas a Durbar Square. Como tomarse un café en el bar de turistas de la Puerta del Sol en Madrid, claro.

Vistas de la plaza del Durbar Square, una vez había dejado de llover

 Detalle de mujer cruzando Durbar Square, con zoom. Se la puede ver en la foto anterior

 Aunque parezca la misma ciudad, ahora estamos en el Durbar Square de Patan.

Parece limpio y sin tráfico, verdad?
Pues mirad la foto siguiente.

 Tráfico denso en la calle que pasa al lado del Durbar Square de Patán.
Peatones, bicis, motos y coches comparten el mismo lugar.

 Blanca leyendo la guía en un patio interior de Durbar Square


 Blanca de las nieves

 En pleno Durbar Square de Patan

 La niña de ojos tristes de Patan

 Estamos ya en el día siguiente. Tras conseguir encontrar la taquilla de venta de nuestro billete de bus a Dunche, cogimos este tuc-tuc o minibus para ir a la estupa de Bodannath.

Sentado de espaldas a esta vista, levanté la cámara por encima de mi cabeza y disparé hacia atrás al tun tun. La luz y la escena era (es) especial. Sin nadie que reparara en la cámara y se perdiera la espontaneidad del momento.

 Sentado ahora a la derecha de la señora de la foto anterior, pude fotografiar sus manos. Detrás se ve el fajo de billetes del chico cobrador

 Volví a probar suerte cuando entró este nuevo pasajero del centro, disparando de espaldas a ellos. El chico cobrador acababa de volver adentro, con el fajo de billetes en su mano dcha.

Sólo un pasajero de la fila de atrás reparó en la cámra de fotos. Si pudiera uno ser invisible, volveríamos con unas fotos increíbles de estos lugares tan pintorescos. A veces, se consigue, pero son pocas.

 El fajo de billetes del cobrador, entre parada y parada.

En Nepal apenas vimos monedas. Todo funciona con billetes aunque representen sólo unos céntimos.
El billete rojo que se ve en medio es de 5 rupias, que equivale a 5 céntimos de euro...

 Blanca, por fin delante de su soñada Stupa de Bodannath

 Blanca, leyendo en la guía acerca de la estupa

 Vista de la estupa desde uno de los restaurantes turísticos que hay alrededor de la estupa.
Son dos fotos unidas entre sí


 Monje nepalí descendiendo las escaleras de la parte alta de la estupa, donde no tienen acceso los turistas


 Blanca, de vuelta al bullicio de las plazas y calles de Kathmandu


Kathmandu por la noche. Fila de "taxis" con Ricksaws.


El resto de las fotos las podéis ver, pinchando aquí


4 comentarios:

  1. Buenas fotos, sitios inolvidables ¿ no os tomasteis el famoso yogurt en Bhaktapur?

    ResponderEliminar
  2. Que buenas fotos. Enhorabuena por ellas.

    ResponderEliminar
  3. Me han encantado los reportajes. ¡Espectaculares!

    Gracias por el trabajo de tus predicciones. Nos ayudan muchísimo.

    Un saludo desde Monzón.

    ResponderEliminar
  4. Unas fotos espectaculares, menudo royo la burocracia es una pena que se aprovechen de la gente para sacar más pasta. Por cierto la guía lonelyplanet, ¿la recomiendas?, saludos

    Eduardo

    ResponderEliminar