Marie Claude intenta buscarse un hueco entre los nepalís, para meternos como sea en un vuelo a los cuatro. Pero no podría ser de esa forma. Tendríamos que reinventarnos y pasar a un plan B de vuelo
Tercer intento de volara a Lukla.
Nos tenemos que separar !!?
Blanca de las nieves (1 vuelo)
Jorge (otro vuelo?)
Champi y Marie-Claude (otro vuelo?)
5 Octubre 2012
Sin saberlo de antemano, este iba a ser el día de más emociones y estress de nuestro viaje a Nepal...
Volvemos a madrugar y por tercer día consecutivo, vamos temprano en taxi al aeropuerto de Kathmandu. Cada día que pasa aprendemos más de la situación que nos va a tocar y tenemos más claras nuestras posibilidades.
Hoy hay tres opciones bien claras:
Opción primera: Si Lukla está cerrado por nubes y Phaplu (aldea dos días a pie al sur de Lukla) estuviera despejado, Karin (uno de los encargados del aeropuerto), nos itentaría meter en alguno de los vuelos que se crearan para volara a Phaplu.
Para ello hay que conseguir un mínimo de 16 pasajeros (máximo de 19) para que salga el avión a Phaplu. Esto lo haríamos rellenando en un folio los nombres de los trekkers interesados y, tarde o temprano, saldríamos en un avioncito u otro.
Le segunda opción es que no esté despejado ni Lukla ni Phaplu, con lo que no se podría volar y, o bien valoraríamos la opción del helicóptero que nos han ofrecido en el hotel (300 dólares por persona, descontando los 140 que nos devovlverían del vuelo, tampoco estaría mal). O bien cambiar de planes y volar a Pokhara para hacer (otra vez) el trekking de los Annapurnas.
La tercera opción es que Lukla esté hoy por fin despejado y vayan saliendo los vuelos ya programados. En esta tercera opción, la pega es que no tenemos plaza en los vuelos programados. Nuestro "hipotético vuelo" tuvo que haber salido hace 2 días y los vuelos de hoy están reservados por otros pasajeros.
En esta tercera opción, Karín nos iría buscando huecos libres en dichos vuelos, para salir a media mañana o al final de la mañana, antes de que cerraran los vuelos a Lukla a las 13 horas.
Así que, viendo estas posiblidades, salimos al alba del hotel, raudos con nuestro intrépido taxista que desafía a peatones madrugadores o motociclistas. Varios codos, brazos, caras y pies pasan a escasos centímetros de nuestro coche. Si algún peatón o motociclista variara en unos cm su trayecto justo al pasar nosotros, amputaríamos varios brazos. Es como estar en un videojuego en el que tú no pilotas el coche pero en el que las personas son reales. Un poco angustioso... cargado el viaje de suspiros del tipo Ayyyy... cuando rozamos a alguien a toda velocidad. No sé cómo no hay más accidentes. Curiosamente no tuvimos ningún accidente ningún día. La bocina aquí es la salvadora del último momento.
Volvemos a madrugar y por tercer día consecutivo, vamos temprano en taxi al aeropuerto de Kathmandu. Cada día que pasa aprendemos más de la situación que nos va a tocar y tenemos más claras nuestras posibilidades.
Hoy hay tres opciones bien claras:
Opción primera: Si Lukla está cerrado por nubes y Phaplu (aldea dos días a pie al sur de Lukla) estuviera despejado, Karin (uno de los encargados del aeropuerto), nos itentaría meter en alguno de los vuelos que se crearan para volara a Phaplu.
Para ello hay que conseguir un mínimo de 16 pasajeros (máximo de 19) para que salga el avión a Phaplu. Esto lo haríamos rellenando en un folio los nombres de los trekkers interesados y, tarde o temprano, saldríamos en un avioncito u otro.
Le segunda opción es que no esté despejado ni Lukla ni Phaplu, con lo que no se podría volar y, o bien valoraríamos la opción del helicóptero que nos han ofrecido en el hotel (300 dólares por persona, descontando los 140 que nos devovlverían del vuelo, tampoco estaría mal). O bien cambiar de planes y volar a Pokhara para hacer (otra vez) el trekking de los Annapurnas.
La tercera opción es que Lukla esté hoy por fin despejado y vayan saliendo los vuelos ya programados. En esta tercera opción, la pega es que no tenemos plaza en los vuelos programados. Nuestro "hipotético vuelo" tuvo que haber salido hace 2 días y los vuelos de hoy están reservados por otros pasajeros.
En esta tercera opción, Karín nos iría buscando huecos libres en dichos vuelos, para salir a media mañana o al final de la mañana, antes de que cerraran los vuelos a Lukla a las 13 horas.
Así que, viendo estas posiblidades, salimos al alba del hotel, raudos con nuestro intrépido taxista que desafía a peatones madrugadores o motociclistas. Varios codos, brazos, caras y pies pasan a escasos centímetros de nuestro coche. Si algún peatón o motociclista variara en unos cm su trayecto justo al pasar nosotros, amputaríamos varios brazos. Es como estar en un videojuego en el que tú no pilotas el coche pero en el que las personas son reales. Un poco angustioso... cargado el viaje de suspiros del tipo Ayyyy... cuando rozamos a alguien a toda velocidad. No sé cómo no hay más accidentes. Curiosamente no tuvimos ningún accidente ningún día. La bocina aquí es la salvadora del último momento.
Continúo el texto, intercalándolo con las fotos, para que sea algo más ameno
Y llegamos al aeropuerto y... Lukla está abierto!!!
Es la tercera opción de las que teníamos!
Una opción complicada, pues todos los vuelos están programados con su lista de pasajeros y nosotros estaremos "en lista de espera" para entrar en huecos libres.
Pasa la mañana y van saliendo avioncitos hacia Lukla. Pero nada, de momento no volamos en ninguno. Todos van llenos...
Hoy es el día señores. Hay que volar hoy sí o sí.
Las malas lenguas dicen que la meteo para mañana empeora. Así que si no volamos hoy, ya nos plantamos con muy pocos días para poder hacer el trekking completo con garantías...
Marie Claude (la alta y guapa de rosa en la foto de arriba) se bate con los nepalís en la búsqueda de un vuelo, aunque tiene la desventaja de no hablar nepalí.
Karin, con el walki en la mano, gestiona los vuelos del día.
En la foto se ve a Marie Claude apoyada en el mostrador y a la señorita del centro, con mi pasaporte en la mano. Volaríamos??
En la foto se ve a Marie Claude apoyada en el mostrador y a la señorita del centro, con mi pasaporte en la mano. Volaríamos??
Qué estres...
De momento no tenemos hueco en ningún vuelo para los cuatro.
De pronto, Karin (el de de pie de la izda en la foto) nos propone una solución:
En breve van a salir 2 aviones a Lukla en cada uno de los cual queda una sola plaza libre. Nos dice de salir ahora 2 de nosotros (uno en cada avioncito) y esperar a que los otros dos encuentren hueco más adelante durante la mañana... si lo encuentran.
En breve van a salir 2 aviones a Lukla en cada uno de los cual queda una sola plaza libre. Nos dice de salir ahora 2 de nosotros (uno en cada avioncito) y esperar a que los otros dos encuentren hueco más adelante durante la mañana... si lo encuentran.
Nos apremian a tomar una decisión. Hay que terminar de completar la lista definitiva de pasajeros y no tenemos tiempo.
¿Qué hacemos?
¿Nos separamos??
¿Salimos uno en cada avión??
¿Pero luego cómo nos encontramos si no salen los otros dos?
Champi tiene el móvil en Biescas, Marie Claude lo ha dejado en el hotel... Uff...
Blanca y yo sí que llevamos móvil pero no sabemos qué tipo de cobertura habrá allá arriba en las montañas. Ayss...
¿Y quiénes volamos de los cuatro??
Blanca proponer echarlo a suertes. Pero Champi nos dice a Blanca y a mí de coger esas dos plazas sueltas en los dos aviones. Es casi una orden.
Marie Claude se quedará gestionando las dos siguientes plazas, pues es la que más experiencia tiene en esta tarea, que lleva ejerciendo ya 3 días seguidos. (Qué tía!)
Si al final Champi y MC no pudieran volar, acudirían esa tarde al hotel. Allí podemos llamar nosotros y dejar el recado de dónde estamos y ver cómo organizarnos para conectar unos con otros los días posteriors.
Podríamos esperar Blanca y yo en Namche Bazar, la siguiente aldea importante a Lukla en el trekking, a que ellos llegaran más adelante.
Pero... y si finalmente ellos no pudieran volar??
Y si al día siguiente no salieran vuelos por mal tiempo??
Haríamos dos trekkings distintos?
Qué incertidumbre...
Pero no nos queda otra opción.
Hay que ir saliendo, aunque sea de uno en uno.
Es la opción más factible, pues difícilmente encontraremos hoy un avión con 4 plazas vacías. Casi imposible.
Adelante pues!
Blanca factura su mochila y se pasa a la sala de embarque donde ya no la veremos. Se despide de mí diciéndome: "Te espero tomándome un té en Lukla".
Y pienso... cuándo la volveré a ver?
La veo desaperecer por el control de pasaportes...
Media hora después me llaman a mí y facturan mi mochila. Paso con la tarjeta de embarque por el control de pasaportes y la máquina RX que dan acceso a la sala grande de embarcar, donde Blanca ya no está...
Estos son los avioncitos en los que se vuela a Lukla
Mientras yo espero impaciente en la gran sala de los múltiples embarques, Blanca, sin yo saberlo, está sentada en medio del aeropuerto con el resto de pasajeros, al pie del avioncito que tienen que coger, pero que están terminando de "arreglar". Es igual que el de esta foto de arriba.
Allí estuvo 1 hora sentada (junto con los otros 18 pasajeros) hasta que finalmente pudo salir a Lukla.
Yo, sin saber cómo le ha ido a Blanca, sigo en la sala de embarque, mirando la pantalla de salidas de vuelos y escuchando los avisos de los aviones que van saliendo, tanto a Lukla como a Pokhara y a otros destinos del país.
Cada vez que oigo que sale un vuelo a Lukla me acerco a la puerta de embarque y enseño mi tarjeta. Pero me dicen que mi vuelo es un avion que está ahora en la zona de Jomson-Pokhara (Sector Annapurnas) y que aún no ha regresado a Kathmandu. En cuanto llegue, nos avisarán para salir a Lukla.
Y allí estoy esperando, super nervioso, sin saber nada de Blanca...
Allí conozco a Jesús y Ana, una pareja de Huesca que también van a Lukla, a hacer un trekking similar al nuestro y que sí tienen biellete regular. Salen en un vuelo que hay después del mío (en principio).
Por fin, a eso de las 11 AM, me avisan de que ya está aquí nuestro avión.
Bieen!
Pasamos todos afuera y entramos al bus que nos lleva al avión. Entramos en el avión y nos preparamos para despegar...
Estoy en el primer asiento, al lado de los pilotos (como se puede ver en la foto). Me extraña ver que sólo uno de los dos motores está girando. El otro no... (¿¿????)
Al rato, el piloto (de la foto) se vuelve para decirnos que hay un "pequeño problema técnico" con el motor derecho y que esperemos unos 5-10 minutos.
Porla ventanilla derecha empizo a ver a gente subida en una pequeña grúa-plataforma, intentando, con una llave inglesa enorme, "reparar" el motor de la hélice derecha.
Al rato, el comandante nos dice que la reparación llevará más de media hora y nos sugiere volver al bus y a la sala de embarque para esperar allí.
No me lo puedo creer! Esto de intentar volar a Lukla es una pesadilla...
Así que volvemos en bus a la sala de espera. Allí, Jesús y Ana me miran perplejos:
"Pero tú no volabas ya? Qué haces de vuelta?"
Les explico lo ocurrido, aunque no estoy para muchas palabras. Estoy entre cabreado, preocupado y desesperado. Son las 11 y media y las posibilidades de volar a Lukla se van esfumando por momentos.
Normalmente, en un día habitual, a partir de las 13 horas ya no suelen salir aviones a Lukla, pues las nubes engullen la pista de aterrizaje allí. Volarán hoy más tarde de esa hora??
Un rato más tarde... la peor noticia suena en los altavoces:
"Lukla airoport has closed due to the local weather"
Lukla cerrado!!!!
Y Blanca allí y nosotros aquí!!
Qué será de ella??
Entonces me llega un sms de Blanca en el que dice:
- "Estoy en el Everest Mountain, saliendo a la derecha, a 5 metros. Qué nervios..."
Y Champi y Marie Claude siguen en la sala anterior (la del follón) sin pasar a la de embarque, con lo que deduzco que no ha encontrado vuelo.
Pero entonces pienso... hemos pasado a la primera opción!
Si no salen vuelos a Lukla, se puede montar rápidamente un vuelo a Phaplu!
Ni corto ni perezoso, atravesando a la inversa (y por la cara) el control de pasaportes y RX, vuelvo a la sala principal.
Allí están Champi y Marie Claude, gestionando un vuelo a Phaplu.
Van a intentar meterse en el primer vuelo que salga a Phaplu, en cuanto se monte con un mínimo de 16 trekkers. Les digo que vuelvo a la sala de embarque para ver cómo pinta lo de Lukla y que, si veo que eso no va para adelante, volveré aquí a intentar meterme en el vuelo a Phaplu con ellos.
Vuelvo a cruzar (por la cara y ya corriendo) el control de pasaportes y de RX y vuelvo a la sala de embarque. Allí hablo con una azafata y le explico mi situación y la posible opción del vuelo a Phaplu.
La pobre chica, claro, no me puede asegurar que Lukla se vaya a despejar ni tampoco que no lo vaya a hacer en los próximos minutos. Tampoco me puede decir si mi "avioneta averiada" va a reparase o no. Siempre te dicen la frase que termina en
"maybe, maybe...
just wait, just wait..."
La verdad es que lo del avioncito que no funciona no me daba ninguna buena espina. Sólo basta que Lukla se despeje y salgan todos los vuelos menos el mío, sin terminar de repararse!
Hay que jugársela con Phaplu.
Vuelvo a cruzar (por la cara) el control de pasaportes (los oficiales del control ya se ríen de mí) y vuelvo a la sala principal, a donde están Champi y Marie Claude gestionando el posible vuelo a Phaplu.
En cuanto llego, Marie Claude me insta nerviosa:
- "Corre Jorge!! Danos tu pasaporte!!!
Esto sale en breve y hay que cerrarlo ya!!".
Se lo doy per pienso...
... y mi mochila??
Está dentro del avioncito averiado!!!!
No puedo salir sin mochila dejándola aquí!!
Hay que rescatarla como sea!
Por suerte, mi mochila Trango de color azul es exactamentne igual que la de Marie Claude. Así que se la enseñamos a uno de los encargados nepalíes y, dándole el ticket del resguardo del equipaje, le enviamos a encontrar mi mochila, explicándole el lío que hemos montado al cambiar de un vuelo a otro.
Son momentos de estress máximo, pues el vuelo a Phaplu ya está formado y sólo falta encontrar mi mochila en el otro avión.
Pasa el tiempo y, por fin, aparece la mochila!!! Ufff...
La facturamos y se mete en el carrito que vuelve a la pista donde espera el vuelo a Phaplu.
Los tres pasamos de nuevo el control de Pasaportes y RX (a mí ya ni me miran) para pasar a la sala de embarque y de allí al bus que nos lleva al avión.
Pero claro, Blanca no sabe que estamos volando a Phaplu, aldea situada 2 días al sur a pie (en sentido contrario al trekking, que va al norte).
Le explico en un sms que Lukla está cerrado (cosa que ella ya sabe porque está allí, tomando su té, viendo cómo las nubes lo cubren todo) y que hemos conseguido plazas para u posible vuelo a Phaplu.
Me responde que no hay problema. Que ella se compra un mapa allí y empezaría a recular hacia el sur, para vernos al día siguiente a medio camino.
Bieen!
Perderíamos 2 días de trekking pero nos veríamos en un día o así.
De todas formas, antes de despegar, le envío un último sms en el que le explico que, si Lukla no se despeja, aterrizaríamos en Phaplu. Pero siendo un vuelo "formado sobre la marcha" con todos los trekkers que van a Lukla, si Lukla se despejara, quizás este avión terminaría aterrizando allí. Así que, por si acaso, que de momento se quede allí esperando, pa por si.
Apago el móvil antes de despegar.
El motor arranca y el avión empieza a recorrer la pista de Kathmandú, 10 veces más larga que la de Lukla a la que vamos...
Despegamos!
Y ahí estamos, ya en el vuelo definitivo. Fijaros lo enlatados que íbamos todos los pasajeros en dicho avioncito
Estoy sentado al lado de Champi, que mira por la ventana todas las nubes que cubren las montañas. Volamos cerca de esas colinas que llegan a los 3.000m.
Veo un montón de nubes por todos lados y me pregunto si se podrá aterrizar incluso en Phaplu. Claro que son nubes de evolución y muchas son orográficas, estando los valles despejados.
El vuelo dura unos 45 min.
A los 30 min del vuelo, la azafata recorre sonriente el avión contándonos una noticia que hace gritar a muchos:
"Lukla se ha despejado!!!!
Si sigue limpia la visibilidad allí, el piloto va a intentar aterrizar allí, nos dice.
Toma ya!!!!
Qué suerteeeeeee!!
Ahora entiendo la frase que siempre dice Champi: "La vida es un cagallón por cequia".
Uno hace lo que puede, pero al final, la vida te lleva por un lado u otro... sin que tú puedas hacer nada!
Nos vamos a Luklaaaaa!!!
Sííí!!
Al poco, por la ventanilla izquierda que da al norte, vemos aparecer entre las nubes la diminuta pista de aterrizaje de Lukla.
Pero cómo vamos a aterrizar allí!?
Si parece la diminuta pista de un portaviones y llevamos un avión a hélice que no puede frenar como los de reactores!
Entonces el piloto empieza un picado de impresión. Vamos hacia abajo sin parar, como Luck Skywalker bajando a entrar en la Estrella de la Muerte (o algo así...).
Vemos la pista, que además de ser cortísima, empieza en un cortado al vacío...
Tras bajar sin parar, finalmente el piloto sube el morro del avión (justo antes de chocar), bajando la cola e intentando posar las ruedas justo donde la pista comienza, a pocos metros del cortado.
El aterrizaje es limpio!
Pero se ve cómo la pista termina en unos centenares de metros y el avión no lleva reactores para frenar!
Parecía que nos estrellaríamos contra el muro y las casa al final de la pista.
Pero se ve cómo la pista termina en unos centenares de metros y el avión no lleva reactores para frenar!
Parecía que nos estrellaríamos contra el muro y las casa al final de la pista.
Pero no.
La pista está inclinada 12% hacia arriba, con lo que el avión frena más fácilmente de lo que parecía en un principio.
Uff... ya está.
Giramos al final del la pista y paramos por fin en el reducido espacio destinado a acoger hasta 4 avioncitos a la vez.
Bajamos del avión y allí veo a Blanca de las nieves esperando tras la valla del aeropuerto!!
Estamos los 4 juntos de nuevo!!
Pero qué suerte hemos tenido!!
Y no hemos perdido los dos días que supondría haber volado a Paplu!!
Pero qué suerte hemos tenido!!
Y no hemos perdido los dos días que supondría haber volado a Paplu!!
Blanca de las nieves, esperando tras la valla del Aeropuerto de Tenzing-Hillary de Lukla
Menudas emociones para empezar el trekking...
A partir de ahora todo será más relajado.
Allí nos juntamos los cuatro y, mientras vemos como vuelve a despegar nuestro avión, pasamos por la cabecera de la pista camino de las calles de Lukla. El día esta gris pero la pista está despejada.
Menos mal. Hemos tenido mucha suerte.
Se puede apreciar la inclinación de la pista de aterrizaje, que hace posible despegar y aterrizar en tan pocos metros de pista
Pasamos por la cabecera de la pista de Lukla
Ese día muchos trekkers optaron por la opción de los helicópteros, que hicieron muchos viajes
Antes de salir, otro avioncito aterriza en la diminuta pista de Lukla
Caminando ya por la calle de Lukla, situada a 2.800m
Marie Claude, Blanca y Champi, por las calles de Lukla
Buscamos un lugar para comer y nos preparamos para iniciar el trekking.
Esta tarde caminaremos hasta la aldea de Phadkin, pero esta primera etapa del trekking irá en la próxima entrada.
Continuará...
Jorge
¡Me cago que estrés! Perdón por la expresión, pero la emoción del relato tiene miga eh.
ResponderEliminarNosotros, "Os Estalentaos", que salimos de ZGZ el día 6, no tuvimos ningún problema, o sea que poco más y os pillamos.
ResponderEliminarSupongo que habréis disfrutado de esos espectaculares parajes, al menos como lo hicimos nosotros.
Un saludo
Por Dios, qué nervios!!
ResponderEliminarMenos mal que ya habrás vuelto al relax habitual de tu trabajo, porque las vacaciones en tu caso no son para descansar en absoluto. :-)
Sigue contando, Jorge.
Un saludo
¡Parece una película, qué emoción!. Saludos.
ResponderEliminarHa sido más emocionante leerlo que escucharlo. Buen final, la sonrisa de Blanca de las nieves lo dice todo. Mor
ResponderEliminarSi ya te dijo en el anterior post, que a la tercera va la vencida, aunque hay que decirlo que con una buena dosis de suerte, jaja, Saludos
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