La imagen más incomprendida sobre la salud respecto al foto-envejecimiento y el cáncer de piel.
EXPOSICIÓN AL SOL Y SALUD (sol es salud)
Es el sol a través del cristal, sin su espectro completo, lo que es dañino de forma prolongada
NOTA: Esta entrada formaba parte de la cita de cierre del boletín meteo anterior, pero lo borré sin querer al borrar la meteo y lo rescato para crear esta breve entrada y que no se pierda esta información, tan valiosa e interesante
Este camionero de 69 años había estado en la carretera durante 28 años. La creencia convencional es que el sol causó daño a su piel debido únicamente a la exposición UV-A acumulada a través de la ventanilla izquierda, por donde entraba el sol.
Tenía un historial de engrosamiento gradual y arrugas de la piel en el lado izquierdo de su cara. El examen físico mostró hiperqueratosis con crestas acentuadas, múltiples comedones abiertas y áreas de elastosis nodular.
Lo que es desafortunado es que la ignorancia de la medicina convencional no entendió la génesis de este proceso. No consideraron cómo las VENTANAS DE CRISTAL manipulan artificialmente todo el espectro de luz.
El vidrio convencional:
• Bloquea el paso de toda la radiación UV-B (la que genera vitamina D, genera melanina protectora con el moreno, y enrojece la piel, avisándonos que debemos irnos a la sombra tras una exposición prolongada)
• Bloquea la radiación UV-A sólo parcialmente (la que entra en la dermis profunda)
• Bloquea el 30-60% del espectro rojo e infra-rojo (está todo el día en el cielo pero es más rico en el sol del amanecer y atardecer)
Eso no sólo hace que para este hombre la luz del espectro azul sea tóxica teniendo en cuenta que la mayoría de los camioneros conducen con los cristales subidos. También tenemos que considerar su relación con la luz del sol y la luz artificial: Este señor muestra una piel pálida. No recibe el sol en exteriores. No se expone a la luz temprana de la mañana (rica en rojo e infra-rojo), y probablemente no bloquea la luz artificial después de la puesta del sol.
Según el autor, su pelo es grisáceo/blanco traduce una pérdida significativa de melanina debido a un estilo de vida no acorde con los ritmos circadianos, estando la mayor parte del tiempo en interiores y a través de cristales.
En otras palabras: Tiene una piel atrófica (débil y disfuncional) con disfunción de melanina. Esto establece el escenario perfecto para que experimente daños significativos por la exposición solar "excesiva" en el lado de su cara frente a la ventana.
Al no desarrollar el llamado ”callo solar” (moreno protector progresivo, con la melanina), entra en la categoría de personas que no tienen una buena relación con la luz, con una dermatoheliosis unilateral (daño solar) como consecuencia natural.
El mensaje del autor de esta publicación, Zaid K. Dahhaj, es que no respetar la incidencia de luz natural versus artificial y a través de cristales en un período lo suficientemente largo, con un mecanismo circadiano roto, te hará daño.
Curiosamente, recibir el sol con gafas de sol o con protector solar hace lo mismo con el neuroectodermo. La manipulación artificial del espectro de luz completo es la causa de la disfunción biológica.
¿Son tóxico los rayos ultravioleta A o la luz azul cuando se encuentran dentro del espectro de luz completo del sol, en exteriores? Absolutamente no, dice el autor. Nuestro cuerpo evolucionó para ello durante millones de años, exponiéndose progresivamente al sol, en exteriores, de forma natural.
De hecho, el melanoma es más frecuente en personas que trabajan en interiores, como oficinas, que en personas que trabajan en el exterior, como agricultores, pescadores o trabajadores de andamios. Las personas que trabajan en interiores reciben un espectro solar incompleto, sin el rojo ni el infra-rojo, que protege nuestra piel, además de recibir UV-B, que producen la melanina protectora (artículo).
Y también el melanoma es el doble de frecuente en pilotos de aviones comerciales, que reciben el espectro incompleto solar a través del cristal de la cabina de pilotaje, en una altura en la que la radiación UV es mucho más potente, sin el filtro de las capas de atmósfera a nivel del mar. (artículo).
Mensaje final:
Exponte al sol de forma progresiva, sin quemarte, un poco cada día, en exteriores, para recibir el espectro solar completo, desde el ultravioleta al infrarojo.
Sin cristales. Idealmente sin gafas de sol por la mañana, cuando el sol no daña los ojos. El mismo espectro solar que baña tu piel es el que debe bañar tus ojos y que hará a tu cuerpo y a tu piel adaptarte a él.
Cuando lleves un tiempo prudencial, protégete en la sombra o ponte ropa. Intenta reducir en lo que puedas el sol a través de cremas solares o de cristales.
Prepara tu piel con el sol del amanecer, rico en rojo e infra-rojo, que no quema pero ya prepara tu piel (con la filagrina, una proteína que hidrata y protege la barrera cutánea) para hacerla más resistente al sol fuerte del mediodía.
Protege tu cara con un gorro en las horas centrales del día, pues la cara es la parte del cuerpo que más radiación UV recibe en nuestras vidas, 100 veces más que nuestro pecho o espalda, que habitualmente van tapadas con ropa.
El sol es mucho más que Vitamina D:
La razón por la que las personas con niveles altos de Vitamina D tienen una mayor longevidad y menor incidencia de enfermedades crónicas no transmisibles (diabetes, hipertensión, enfermedad cardiovascular, cáncer) es porque la vitamina D es un “marcador de exposición al sol”.
Por eso cuando se hacen estudios randomizados aleatorizados suplementando con vitamina D a 1 grupo y a otro con placebo, no se encuentran grandes diferencias. Porque la Vitamina D “refleja” una vida expuesta al sol y no escondiéndose del sol. El Óxido Nítrico liberado por la exposición al sol (incluso el sol bajo de invierno o el del amanecer en verano) es ese gran vasodilatador y reparador del endotelio vascular. Repara el endotelio vascular dañado por las nano partículas del tabaco de tal forma que las personas fumadoras que se exponen al sol viven tanto como las personas no fumadoras que se ocultan del sol. (Lindqvist: https://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/joim.12251)
Jorge García-Dihinx Villanova