Blanca de las nieves, Héctor y Edesio en los tramos iniciales de la cresta
Cresta del Seil de la Baque, del Puerto de Ôo al Portillón de Ôo. PD+, III inf
Domingo 28 de agosto de 2011
Héctor Cuartero, Edesio Vidal, Blanca de las nieves y Jorge García-Dihinx
NOTA: Como el texto es un poco largo, he decidido intercalar las fotos en relación con el relato, para que sea más visual y el lector se pueda sentir más en situación
Son las 10 de la noche y estamos volviendo andando al coche por el Valle de Literola, bajo las estrellas. Llevamos 15 horas de actividad desde que esa mañana saliéramos del refugio francés del Portillón, rumbo a la Cresta del Seil de la Baque. Estamos agotados, física y mentalmente. Por lo menos yo. Pero anda que éstos, parece que les da igual. Están como si nada, más felices que unas perdices.
Mapa Alpina 1:30.000 con el recorrido de este 2º día
Menudos tres compañeros que me he echado. Apenas me quedan energías y ellos están los tres tan contentos, a pesar del agotamiento que llevamos. Edesio ya ha perdido su tren de vuelta a Madrid. No le importa y sigue bajando alegre. Llama a casa por el móvil para avisar de que todo va bien, pero que se nos ha alargado un poco la cosa. Es que en cuanto se saca la cuerda... el reloj empieza a correr.
Héctor, que cada vez que viene con nosotros terminamos volviendo a casa tardísimo, también está la mar de alegre. Comenta que había planeado ir un día a ver las estrellas al campo y mira por donde, aquí teníamos una noche sin luna y con millones de estrellas encima nuestro. Comenta: Los mejores planes no se planean! Qué suerte! Qué cielo de estrellas, tíos!. Va siguiendo a tientas los pasos de Edesio y sus restos de luz, pues él no lleva frontal. ¿Cómo hacías para no caerte, Héctor?? Con su GPS nos va guiando cada vez que no vemos el siguiente mojón. Bravo Héctor!
Por su parte Blanquita, cuyas pilas del frontal estaban en las últimas, acaba de conseguir un juego de repuesto de Edesio. En cuando enciende de nuevo el frontal parece el faro de Guetaria! Qué pasada de luz chicos!! Si parecen las luces largas del Meriva!! Cuánto veoooooo!!!! Y sigue medio trotando senda abajo maravillada con todo lo que ahora es capaz de ver. Incluso se permite el lujo de mirar a arriba a los árboles en el tramo final del bosque, dándonos clases de botánica. Camina radiante, mirando atrás a ver si la seguimos e iluminándonos como si fuera un acomodador en un cine. "Sí? Me decían? La fila 7, no? Síganme por aquí, por favor, que la peli acaba de empezar...
Qué grandes son estos tres. Qué ánimos tras tan largo día. Yo a duras penas puedo seguir poniendo un pie delante del otro sin caerme. Miro el reloj y el altímetro cada poco rato. Calculo las horas y veo que llegaremos a Zaragoza entrada la madrugada. Al día siguiente tengo guardia... Uff. Me faltan fuerzas para lograr el ánimo de mis compañeros. ¿Cómo lo harán? Tíos, sois increíbles. Qué pócima mágica habéis tomado hoy??
Nos llega el sonido del agua del barranco de Literola, al que nos estamos acercando. Ya debe faltar poco para la carretera... Pero tenemos el coche en Remuñe!! Pasará alguien en coche tan tarde valle arriba un domingo?? Aysss...
Pero me he adelantado a mi historia...
Eso a él no le habría gustado...
La historia comienza esa mañana: Yo tenía una granja en Afr... Digo, yo dormía en un refugio en Francia... cuando...
Riiiiing! Toca desayunar. Son las 6 de la mañana. Radio-Reloj!
Bajamos con legañas los 4 al comedor del Refugio del Portillon. Nos sentamos con media sonrisa e intentamos comer sin mucho hambre lo que podemos. Afuera el cielo está estrellado. El flujo de norte ha desaparecido y nos espera un día de sol a tope en una cresta con ambiente a tope. Bieen!
Foto de la cresta del Seil de la Baque al amanecer, desde el ref del Portillon
Metemos todo en las mochilas: 2 cuerdas de 40m, arneses, cintas, bajas, empotradores, casco y demás y salimos poco después de las 7 de la mañana, con las primeras luces. Tomamos la HRP hacia el W y, siguiendo los mojones, subimos primero a la cima de la Tusse de Montarque (aunque se puede flanquear a media ladera sin hacer cima). Desde allí bajamos al collado del Pluviémetro y enfilamos de nuevo arriba, hacia el sur, rumbo al Cap de la Baque, primer tresmil de nuestra cresta.
Saliendo del ref del Portillón hacia la Tusse de Montarque
Por el lomo cimero de la Tusse de Montarque
Edesio, Blanca y Héctor, con el Spijoles al fondo
Subiendo por terreno incómodo al Cap de la Baque occ salvando por el lateral el nevero
Llegando a la cresta, el glaciar nos corta el paso. Aunque hemos traído crampones, por no ponerlos para unos pocos metros, nos desviamos, subiendo por la ladera oeste de la del pico, rodeando el nevero por la izquierda y atravesando en ascenso una zona de roca suelta que hay que ir pisando con cuidado. Tras un rato algo incómodo llegamos por fin a la cresta divisoria que nos da vistas a Estós. Dejamos el Pico Audoubert para otra ocasión, por no ir y venir, y nos dirigimos al Cap de la Baque Occidental (3.081m), que coronamos a las 9:20h. Qué aire limpio y qué vistas hacia Estós y el Posets tenemos desde aquí. Por no decir hacia el grupo del Gourgs Blancs y Spijoles. En las dos siguientes fotos, respectivamente.
Posets
Cresta Gourgs Blancs - Gourdon - Spijoles, desde el Cap de la Baque
Sabemos que la cresta es sencilla hasta el rápel que hay después de pasar el Pequeño Pico del Portillón. Luego la cresta se torna más complicada. De todas formas, decidimos equiparnos allí mismo con los arneses y toda la cacharrería necesaria, para tenerla a mano en caso de necesidad y para así aligerar las pesadas mochilas.
Preparándonos con el material en la cima de Cap de la Baque Occ
Edesio (rojo) y Héctor (azul)
La cresta es sencilla en esta primera parte, con pasos de I como mucho y otros tramos de andar por lomo ancho. Pasamos por el Cap de la Baque Oriental (3.088m) y finalmnete por Seil de la Baque (3.093m).
Tramos sencillos en la primera mitad de la cresta
Pequeñas trepadas en un bonito ambiente (de momento no pasa de I grado)
Suave descenso en la parte más ancha y sencilla de la cresta
Tras esta cima, la loma de la cresta desciende suavemente en dirección al Pequeño Pico del Portillón (3.000m), cuarto tresmil del día.
Antes de llegar a él, hay que bajar a una pequeña brecha a la que se llega destrepando con atención (I+). Su trepada en el lado opuesto es sencilla y muy vistosa en las fotos (I).
Héctor y Blanca, en la fácil y espectacular trepada al Pequeño Pico del Portillón
Descanso en la cima del Pequeño Pico del Portillon (3.000m)
Desde la cima del Pequeño Pico del Portillón (3.000m) vemos la afilada y tortuosa cresta que, desde la brecha que nos separa, continúa luego hasta el Pico del Portillón. Asusta la visión de la cresta desde ahí. Hasta ese momento todo parecía fácil, pero lo que viene luego no tiene la menor pinta de fácil.
Desde esta última cima, seguimos andando al Este hasta llegar a un gran corte en la montaña. Hemos llegado a la brecha del rápel, señores. Menuda pinta tiene el resto de la cresta que nos queda. Son alrededor de las 11 AM.
Empieza el terreno peligroso. Se impone la cuerda y una mayor actividad cerebral. Tanto es así que ni siquiera me paro a fotografiar el anclaje del rápel ni tampoco la imagen de lo que viene después. Ya estoy quitándome la mochila para sacar la cuerda y empezar a recordar los pasos básicos de aseguramiento y rápel.
Donde acaba la cresta horizontal divisamos, unos 3 metros más abajo, un espolón donde hay numerosas cintas y cuerdas dispuestas para montar el rápel que, en menos de 20m, nos dejará en la brecha.
Como no queremos arriesgar, aseguramos con cuerda el breve descenso hasta la zona de anclaje del rápel, pues de entrada, incluso ese destrepe nos parece algo inseguro (realmente no lo es, pero sí nos lo pareció al llegar).
Bajo primero, asegurado por Blanca, esos 4 metros. Desde la reunión, aprovechando un mallón que hay, paso la cuerda de 40m hasta la mitad y la lanzo a la brecha. Veo que sobra cuerda y que el rápel es de algo menos de 20m.
Realizo el rápel y espero abajo a mis compañeros. Descenderán primero Héctor, luego Blanca y luego Edesio. Aterrizamos en la cara sur de la cresta.
Héctor en el rápel
Blanca en el rápel
En la base del rápel existen dos opciones. La menos recomendable (y que yo hice, siguiendo alguna reseña leída) es subir, en adherencia, a la izda, por unas viras inclinadas (II), hasta llegar al filo de la arista, muy cercana.
Luego se cruza por ella al Este, realizando algún "paso del caballo" por el estrecho filo de unos 15 metros de largo, hasta llegar a un punto donde hay un parabolt para asegurarse, ya muy cerca del otro lado de la brecha.
Edesio se dispone a asegurar el paso a Héctor (que aguarda anclado al parabolt al fondo) con una nueva cinta. En la foto se ve el paso del rápel y el acceso hasta el punto donde está tomada la foto
Tras subir por esas placas inclinadas hasta el filo y sentarme a horcajadas, aconsejo al resto que, desde la base del rápel, apuren con la cuerda unos metros más abajo (hacia el sur, dcha) para luego cruzar las viras por la zona baja, donde son de menor inclinación, y tras avanzar al Este por la parte inferior, volver arriba a reunirse en el anclaje del parabolt, en el extremo oriental de la brecha. Son las 12 h. Hemos dedicado alrededor de 1 hora para este tramo de la brecha.
Sabemos que en la trepada posterior a la brecha se encuentra el paso clave de la cresta, una especie de diedro inclinado, que se escala en oblicuo a la derecha, sobre muy buena roca de granito y que catalogan de III inf, con caída a la derecha, al sur.
Edesio, en el diedro oblicuo, salvándolo sin problemas
De ahí en adelante nos encordamos, formando Blanca y yo la primera cordada y Edesio y Héctor la segunda. Este paso lo hacemos asegurando. Es más sencillo de lo que parece, pero no debería hacerse sin cuerda. Vamos metiendo friends y algunas bajas donde podemos y así, uno a uno, superamos ese primer largo. Son las 12:40 horas. Cómo pasa el tiempo cuando se va a largos...
Seguimos con la cuerda por la cresta, que sigue entretenida
Tras el paso en cuestión, salimos a un terreno más diáfano y menos peligroso en el lado sur. Desde allí hasta la cima del Pico del Portillón (3.029m), iremos a ratos a largos y muchos otros en ensamble, poniendo seguros intermedios y reuniéndonos cada vez que se nos termina el material.
Blanca y yo, en una de las paradas para recoger material. Qué lío de cosas llevo encima!!
Seguimos en ensamble, por terreno afilado pero no difícil
Blanca y Edesio, al fondo en la foto
Héctor, detrás el lomo del Seil de la Baque
Es un tramo de cresta entretenido, con pasos de I y de II, en los que la cuerda, pasada a uno y otro lado de la cresta y con los friends del medio como seguros, nos transmiten la confianza necesaria para ir sin miedo, aunque siempre con atención.
Hacemos por fin cima en el Pico del Portillón a las 15:40h. Tres horas tras haber salvado el paso del diedro... Pero ya han pasado tres horas?? Ni me he dado cuenta! Y más de 4 h y media desde antes de montar el rápel... Pero... Qué ha pasado con el tiempoooo??
Blanca, recogiendo la cuerda en la cima del Pico del Portillón
En el Pico del Portillón
Foto de grupo en el Pico del Portillon, 5º y último tresmil del día
La cuerda es más segura, sí, pero nuestro menor hábito en su uso nos ralentiza de manera peligrosa. Menos mal que la cresta es cortita. Según las reseñas, algo más de 2 horas...
Desde el Pico del Portillón, el descenso al collado del Portillón de Ôo no es difícil, pero sí para hacer con mucha atención. Seguimos en ensamble y pronto vemos que no es necesario y que basta con seguir los mojones de descenso, así que recogemos las cuerdas para no demorar más el día.
Descenso desde el Pico del Portillón al collado del Portillon de Ôo
Cercanos a la brecha, vemos mojones desviarse a la izda (al norte) mientras encontramos varias instalaciones de rápel de fortuna montadas a la derecha, que caen a la misma brecha. Encontramos de repente una reunión con dos parabolts perfectos, con cintas y mallón incluido. Aunque sabemos que se puede destrepar sin cuerda al collado, decidimos utilizar este doble anclaje para no arriesgar con ningún resbalón. Debe de tener más de 20m, así que unimos las dos cuerdas de 40 y bajamos los 4 rapelando hasta casi abajo.
Héctor, rapelando al collado del Portillon
Héctor y Blanca, al final del rápel, ya sobre el collado del Portillon. Fin de la cresta...
Recogemos las cuerdas y nos colocamos en el Collado del Portillón de Ôo (2.894m), al pie del muro oeste del Perdiguero. La continuación de esta cresta hasta el Perdiguero comporta una escalada de IV grado. Son las 17:20 horas...
Nos ha costado la cresta casi ocho horas!!!! Y ni nos hemos enterado! Tan ocupados con las cuerdas y demás... y el tiempo corriendo a todo correr...
Podemos cruzar el glaciar en diagonal. Llevamos crampones pero no piolet. La travesía tiene mucha inclincación y el hielo vivo del glaciar no nos apetece demasiado. Para no tener cruzarlo ni poner crampones, nos ceñimos a la izquierda por terreno de tierra empinada, donde los bastones ayudan en una bajada no del todo fácil.
Pasamos pegados a la izquierda para no pisar el glacir. Al fondo, el lago del Portillón de Ôo
Con cuidado, y alternando tierra con algo de hielo glaciar que asoma bajo el color marrón, llegamos por fin abajo, donde la pendiente se suaviza y podemos cruzar el nevero sin problemas.
Señores, son las 6 de la tarde y estamos a tomar por el c...
Blanca, tras bajar a la parta baja y llana del glaciar. Venimos de la parte de la foto de la derecha
Nos quitamos ropa y, en camiseta, subimos al sol de la tarde por el canchal de grandes bloques rumbo al Collado Superior de Literola (3.032m), al que llegamos a las 6:50 PM.
Blanca, subiendo por la pedrera hacia el Collado Superior de Literola
Atrás dejamos esa increíble cresta y subimos hacia el collado superior de Literola
El sol bajo de la tarde ya dibuja la silueta del Perdiguero, que cubre con su sombra el ibón Blanco de Literola. El día está terminando... y seguimos a tomar por el c...
Por fin en el collado superior de Literola! Y aún nos quedaba un mundo hasta el coche...
Blanca de la nieves, que no pierde la sonrisa
Héctor, con las Maladetas al fondo
Edesio inicia el tedioso descenso al Ibón Blanco de Literola
La sombra del Perdiguero ya cubre el Ibón Blanco de Literola
Además, aquí no hay sendas como cuando uno vuelve de la Facha a Respomuso. La bajada hacia el Ibón Blanco de Literola es un caos de bloques, sin senda, tan penoso para nuestras piernas, que tardamos 1 hora en llegar al desagüe del ibón de Literola. Lo que con esquís nos suele costar 2 minutos en primavera!! (Yo aquí no vuelvo sin esquís en un tiempito...).
Llegamos al Ibón Blanco de Literola tras una penosa bajada por bloques desde el collado sup Literola
En vez de volver a subir al Portal de Remuñe y para evitar también la tediosa pedrera que tendríamos que descender hasta el fondo del valle de Remuñe, decidimos bajar por Literola, esperando encontrar más senda. Aunque claro, no tenemos allí el coche...
En el desagüe del ibón Blanco de Literola, evitamos el barranco central y subimos a la izquierda siguiendo las instrucciones de Héctor que ve la ruta en el GPS (TopoPirineos 4.0, cómo vales Héctor!).
Ese tramo de subida separándonos del torrente nos hace flaquear. Agotados, paramos a comer algo. Pero hay que salir rápido, que son más de las 8 de la tarde y nos queda sólo una hora de luz. Tenemos que intentar bajar todo lo posible con luz, para quedarnos a oscuras ya en la parte baja del barranco de Literola, donde con los frontales seguiremos los mojones de la senda, cada vez más marcada valle abajo.
Última foto del día, con las últimas luces, entrando en el Valle de Literola. Al fondo, la zona del Alba y Cregüeña, con tonos ya morados del final del día
Y se va haciendo de noche y vamos bajando y bajando... Y así, volvemos al principio de esta historia... a oscuras, siguiendo con el frontal a mis amigos, que siguen más felices que unas perdices.
Llegamos a la carretera a las 10:30 PM... Pero... Tenemos el coche en la entrada del Valle de Remuñe! Más de 3km arriba de la carretera!! Ayysss... Pasará alguien a estas horas por la carretera hacia arriba? Pues casi seguro que no...
Ya están subiendo Blanca y Héctor cuando, de pronto, divisamos las luces de un coche que se acerca. No puede ser! Qué suerte!!
Lo paramos, bloqueando la carretera casi como si hubiera pasado algo gordo, sin darle opción al pobre de seguir para arriba. Le explicamos lo de nuestro coche en Remuñe y la amable pareja me sube en su coche hasta el Meriva. Qué bien!!
Por lo visto, la pareja en cuestión subían a Remuñe a ver las estrellas aprovechando la noche limpia y sin luna. Qué suerte encontrar a esta romántica pareja!!! Qué final feliz!
Y colorín colorado, ya sólo nos quedaba el viaje a Zaragoza. Llevándonos super Blanquita, firme al volante, a los tres hombrecillos medio muertos que éramos nosotros, pero los cuatro con una gran sonrisa de oreja a oreja.
Sois los mejores!!! Gracias a tutti!
Enhorabuena por la actividad y por el relato tan ameno y divertido.
ResponderEliminarhoy estoy feliz de veros tan bien equipados con tan espectacular cresta, la cual nos trae muy buenos recuerdos
ResponderEliminarte doy toda la razon cuando toca sacar la cuerda
a la vez que necesaria , que pasa con el tiempo.... vuela.
de todas las maneras hoy os felicito gustosamente por la actividad
Esta vez da gusto veros equipados por la montaña.
ResponderEliminarSaludos y seguid así,
Gandalf.
¡¡¡¡ Demasié !!!! Mil gracias por compartir tan magnífica "excursión". ¡¡Qué grandes y bonitos son los Pirineos!!
ResponderEliminarNos ha encantado esta crónica tan positivamente amena y descriptiva. Las fotos, como siempre, magníficas.
ResponderEliminarBesazo,
Mor
Hola Jorge, enhorabuena por esta actividad que en efecto se alarga mucho al asegurar los pasos como es debido: planearla para un domingo con vuelta a casa indica un espíritu joven! ;) Espectacular como siempre el reportaje, aunque creo que el Pequeño Pico del Portillón no es ese relieve fotogénico en forma de ceja a continuación de la minibrecha que divide la cresta cimera del Seil de la Baca, sino el montículo insignificante que se encuentra justo antes de la brecha del plano inclinado. Felicidades por el blog y saludos de un colega, no meteorólogo, desde Teruel.
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