lunes, 29 de julio de 2013

Mi pesadilla personal de la MARATÓN DE LAS TUCAS. TRAIL ANETO TRANGOWORLD, Benasque 27 julio


Mi camiseta con el dorsal, tras terminar la carrera

 
Maratón de las Tucas, 42 km y 2.200m desnivel
 
Trail Aneto TrangoWorld,
 
mi pesadilla particular...
 
27 julio 2013, Benasque
 
 
Lo que podría haber sido una preciosa maratón de montaña, rodeando las Tucas de Ixeia, fue para mí una pesadilla a partir de la tercera hora de carrera. Quizás debí retirarme cuando desfallecía vomitando en mi 6ª hora de carrera, pero conseguí arrastrarme hasta el refugio de Estós, donde pude tumbarme cerca de 1 hora.
Quiero agradecer desde aquí la labor Javier Tena, el médico que me atendió en el Refugio de Estós, que ayudó a recuperarme de mi pesadilla intestinal y que me permitiría terminar con dignidad lo que para mí fue una prueba de sufrimiento. Todo debido a una pésima planificación alimentaria y por uso inapropiado de medicinas para mi dolor de sacro...
 
Pero me he adelantado a mi historia. Eso a él no le habría gustado.
 
A ver...
 
Yo tenía una granja en África...
 
o... más bien, mis primos tenían una casa preciosa en Cerler... donde me alojaba yo la noche previa a la carrera.
 
El viernes 26, antes de subir esa noche a Cerler, pasé antes por el Polideportivo de Benasque a recoger el dorsal y asistir al briefing informativo previo a la carrera.
 
 


Allí estábamos, parte de los 920 corredores que íbamos a participar en la prueba "corta" de las tres pruebas del Trail del Aneto, la Maratón de las Tucas, de 42 km y 2.240m rodeando las Tucas de Ixeia.
Mucho más sencilla que la Vuelta al Aneto, de 68 km y 3.570m de desnviel. Y a años luz del Gran Trail Aneto-Posets, que daba la vuela a ambos macizos en una extenuante carrera de 114 km y 6.650m de desnivel (sólo para superhombres).
 
Los de ésta última, salían esa noche, ha medianoche, sin apenas dormir... (Ufff....).
 
La vuelta al Aneto salía a las 8 de la mañana del sábado y nuestra Maratón de las Tucas tomaba la salida a las 10 de la mañana.



 
En el briefing nos contaban los detalles y reglamento de nuestra Maratón de las Tucas.
 
En esto, tras darnos las normas y consejos básicos sobre nuestra carrera, me quedé soprendido cuando pasaron a anunciar la meteo prevista. Allí, en la gran pantalla, salía proyectada mi previsión del blog!
 
Qué honor... pero también qué responsabilidad...
 
El tema es que yo sólo había previsto alguna tormenta pequeña y aislada al final del día, a partir de las 7 de la tarde.
Pero lo que posteriormente ocurrió fue que, aunque el día aguantó muy bien, con noche estrellada para la salida del Gran Trail y luego con sol y nubes durante la mañana y las horas centrales del día, a las 6 de la tarde cayó una primera tormenta fuerte, de unos 15 mintuos, pero con muchos litros.
Y luego, a eso de las 7 y media cayó otra nueva tormenta, también de intensidad. Tanta agua acumulada en tan poco tiempo no daba tiempo a la tierra a drenar, y las pistas y las sendas se convirtieron rápidamente en torrentes.
 
Cayeron muchos más litros de los que los modelos de predicción meteorológica que consulto habían previsto...
Ya siento no haber acertado con estas tormentas.
 
Este verano está siendo especialmente complicado de afinar, especialmente porque los modelos europeos GFS que consulto, dan estos días previsiones muy parecidas para días de tormentas tanto como para días sin tormentas, siendo muy dificil afinar e interpretar la predicción estos modelos europeos y aplicarlas a modo local en nuestros valles.
 
En fin, considero la meteo de verano mucho más difícil e incierta que la de invierno (con sus frentes y sus anticiclones tan bien marcados) sin tanto aire caliente formándosde durante las tardes localmente en los valles en verano y creando corrientes de convección que terminan formando tormentas de gran violencia, tan difíciles de predecir.





Claro, podría avisar de "posibles tormentas localmente fuertes" para casi todos los días de verano. Pero no me gusta lo del cuento del lobo. Prefiero avisar cuando creo que vaya a ocurrir. Pero pecar de optimista tampoco es bueno. Si acertáramos siempre qué bueno sería, verdad?

De hecho, los medios oficiales volvieron a prever tormentas fuertes para la jornada del domingo y luego sólo hubo alguna lluvia débil esa tarde. Previsión similar y resultado final muy desigual.

Lo del sábado fue calramente peor que le domingo... especialmente al final de la jornada.

Los que terminaron la Maratón de las Tucas en menos de 7 horas tuvieron suerte no se mojaron, pero más allá de ese horario todos acabaron empapados...
 
 
Mapa 1:30.000 facilitado por la organización a los corredores, con las tres carreras bien marcadas

 
Tras la charla esa noche, me subo con mis primos a Cerler y cenamos todos un buen plato de pasta.
 
A medianoche, cuando me voy a dormir, pienso en mis amigos Pedro Oliva y Adrián Roche, que están saliendo en esos mismos momentos en el Gran Trail del Aneto. Qué monstruosidad de carrera... qué cracks todos los que se aventuran en esa larga Ultra...
A dormir...
Zzzzzzzzzz....
 
 
Sábado 27 julio 2013. Llegó el día...

 
 
Al día siguiente me levanto pronto, antes de las 7 de la mañana. Mi primo Luis Torres empieza a las 8 AM la Vuelta al Aneto y tiene que salir de casa 2 horas antes que yo.
Como tengo tres horas antes de la salida de mi Maratón de las Tucas, pienso que tengo tiempo suficiente para hacer una buena digestión. Así que, tras un buen vaso de leche, seguido de un gran bowl de cereales, me tomo un enorme plato de macarrones con tomate. Primer gran error.
Por otro lado, arrastro el horrible dolor en el sacro tras mi caída 5 días antes en la senda GR-11 que sube a Bujaruelo, cuando fuimos al Gabiet. Me he estado drogando suavemente estos días, probando distintas combinaciones de analgésicos.
 
La mejor combinación, que había probado 3 días antes, era el Ketorolaco asociado a un comprimido de codeína. Así que me tomo un comprimido de Ketorolaco y 1 comprimido (y medio!) de Codeína, como asociación para analgesia. Segundo gran error del día, que luego pagaría...

Pero entonces no tenía ni idea de lo que iba a desencadenar.
 
 

 
Bajo en coche a Benasque y paso el control de chips que permite entrar en la zona de corredores.
Poco a poco se va llenando de gente la zona de la salida. El día es limpio y la temperatura ideal. Los nervios van en aumento...
 



Hay grupos de todos los lugares de España, todos con muy buen humor y muy sonrientes.
Se respira un ambiente muy bueno.



Me agacho y veo un sinfín de zapatillas de todas las marcas.
Lo de la elección de las zapatillas es algo tan personal...
 
Las que a unos les van bien, a otros mal y viceversa. Todas son de trail running. Unas más blandas, otras más duras, unas con suela vibram, otras con suela contragrip...
 
Para gustos... zapatillas.
 


Levanto la cámara y fotografío a la multitud, a pocos minutos de la salida.
Esto está ya a tope y uno ya no puede moverse ni para adelante ni hacia atrás. Estás dentro de una masa compacta de corredores, que te arrastrarán en bloque a la salida.
 
Cuando faltan 3 minutos para la salida se guarda unos momentos de silencio en recuerdo de las víctimas del accidente de tren de Santiago. En esos segundos a uno se le pone la piel de gallina de emoción.
 
Van a dar las 10 de la mañana y se va a dar la salida. Pero se demora unos 6 minutos porque llegan en ese momento los 2 primeros corredores del Gran Trail del Aneto (que llevan ya 10 horas corriendo...) y así les evitaremos el tapón.
 
Qué tapón?

Pues resulta que a los 600m de la salida, la ruta entra en una senda PR que sube a Cerler y que se estrecha bastante. Si llegas allí tarde, el tapón de corredores te bloquea durante un precioso tiempo.
 
Así que me habían aconsejado no salir muy atrás, para poder llegar a esa angostura antes de pillar el gran tapón. Intentaré salir rápido para meterme en esa senda pronto. Aunque la verdad, luego quedan más de 6 horas de carrera.
¿Qué más van a dar un par de minutos más, no?
 
El tema es que llega la cuenta atrás de la salida.
 
Cinco... cuatro... tres... dos... uno... cero!!!





Salida!!!


 
Salimos en tromba. Estoy en el grupo de los 50 primeros. El ritmo inicial por las calles de Benasque (1.130m) es rápido en este grupo de cabeza. El resto, impedidos por la multitud, avanzan detrás más lentamente.
Intento mantener un ritmo rápido y la zancada larga mientras recorremos las calles de Benasque, repletas de gente animando a ambos lados.
Noto como ese ritmo rápido me sube el pulso. Demasiado rápidos para una carrera tan larga, no?
Pero bueno, son sólo unos segundos hasta la senda... No pasarán factura, pienso.
 
Llegamos a la senda y no pillo tapón. Tampoco se frena el ritmo. La sena sube pero nadie camina. Todos corren, cuesta arriba.
Me mantengo con el grupo, subiendo corriendo. Al poco empiezo a escucharme la respiración. Un ritmo de respiración propio de una carrera de un 1.500m. Así no debo seguir, pienso...
 
Y es que, listo de mí, estoy subiendo en el grupo de los 50 primeros, que van a toda leche!
No es mi grupo... y me quedan más de 6 hora de carrera.
O aflojo ya o lo pagaré luego...
 
 



Así que decido ir aflojando y a ratos parándome para hacer fotos. Fotos de gente de delante, de detrás. Fotos en parado, fotos en carrera. De todo tipo.

Pienso que tengo que disfrutar de esta carrera, en lugar de sufrirla. Me va a dar igual terminarla en 6 horas que en 6 horas y media y terminar el 201 o el 425, por poner algún número.


 
La senda que sube al Molino de Cerler es preciosa, casi toda ella en sombra, a pesar del sol ya alto de las 10 de la mañana.
 


 Hay que cruzar con cuidado sobre la roca mojada en los torrentes que cruzan la senda


 
Ahí va Oscar Anento, del grupo de Alcañiz. Un tío simpático y dicharachero como nadie. Qué crack!


Muchas chicas en la Maratón de las Tucas


 
 Tras salir de la senda, llegamos al gran llano del parking del Molino de Cerler, donde el sol nos vuelve a recibir.
 
 
A unos 42 minutos aproximadamente tras la salida, tras coronar el Molino de Cerler (1.510m) y fichar el chip, empieza la bajada hacia Anciles (1.111m).
 
La senda es preciosa y la roca está seca. Se corre muy bien. Me noto muy a gusto en esta bajada. Claro, los cuádriceps está nuevecitos al ser la primera bajada del día.

Sin forzar apenas, adelanto a varios corredores. Buenas sensaciones.
Estoy disfrutando un montón... Cómo me gusta bajar. Trotar y correr en las sendas de bajada es lo mejor.
 


Una hora tras la salida paso por Anciles (1.111m). Por sus calles me junto con otro corredor, bien simpático, que me conoce del blog y me ofrece sacarme una foto.
Así que le dejo mi cámara y seguimos corriendo juntos mientras él me fotografía. Esta es la foto que me sacó. Muchas gracias!!



Desde Anciles, pista en sombra, llana, hacia Insoles y Eriste


 
En Insoles (1.111m) y Eriste (1.080m) hay mucha gente animando. Da gusto. Los niños no paran de dar ánimos y voy "chocando los cinco" con un montón de niños. Estoy eufórico.... Llevamos algo más de 1 h y 10 min de carrera. Queda todo "lo gordo".
 
Pero claro, eso de correr por llano o en descenso es una gozada. La subida  de luego será otro cantar...
 
 
 
Tras pasar Eriste comienza al subida hacia el Parking de la Espigantosa (1.528m), donde está el primer avituallamiento.
 
En la subida empiezo a ver que comienzan a pasarme corredores...

Vaya, pues debo estar en peor forma de lo que pensaba. Los que he adelantado en la subida me pasan, uno a uno. Y luego otros más...
 

Dejo de correr y me pongo a andar, como hacen casi todos. El sol pega y hace calor. Sudamos...
 
Por fin, tras algo menos de 2 horas tras la salida, llegamos al avituallamiento del Parking de la Espigantosa (1.528m). Allí nos ofrecen bebidas y comidas. No tengo nada de hambre. Tampoco quiero parar mucho, así que cojo un trozo de melón, lleno mi vasito con bebida isotónica y continúo andando, con el vasito y mi melón, que voy comiéndome mientras sigo caminando.


Desde el parking empienza la senda que sube de los 1.528m del parking a los 2.139m del Refugio del Angel Orús.

Poco a poco voy notándome raro, como con mala gana. Pienso que debo comer algo y que quizás he sido muy listo al no tomar nada en el avituallamiento. Así que me tomo alguna gominola y un power gel. Pero no noto mejoría. Al contrario. Me tomo otro gel, pero me encuentro peor...
 


Voy subiendo al tran tran, mientras me empiezan a pasar corredores andando. La subida al Angel Orús, que tantas veces hemos hecho con mochilas más pesadas e incluso con esquís a la espalda, sin problemas, me está costando muchísimo...

Pero si aún no llevo ni 3 horas de carrera. Qué me pasa???



Sufro subiendo y sólo quiero ver el refugio, que no llega nunca. En algún llano consigo trotar, empujado por la inercia de los que corren a mi lado. Pero en cuanto la senda sube un pelín, vuelvo a andar, "como cansado".

Por fin diviso el Refugio del Angel Orús, allí arriba. Llevo mucho rato esperando poder verlo.  Me encuentro mal, muy cansado, sin fuerzas. No entiendo esta pájara tan rara...
 
Pienso que en el Angel Orús entraré al bar a tomarme algo. Algo que me haga recuperarme. No sé qué me pasa, pero no pienso en otra cosa que en llegar al refugio y descansar un poco. No lo estoy pasando nada bien.



Me doy la vuelta y veo de nuevo a Oscar Anento, con sus amigos de Alcañiz. Sigue tan dicharachero como siempre.


 Con la vista atrás, hacia la senda por la que subimos todos al refugio



Llego por fin al Angel Orús (2.139m). Ufff... qué alivio!

Allí reconozco al guarda, que también se acuerda de mí. Le digo que me encuentro anormalmente cansado, demasiado. Que si puede traerme aunque sea un plátano.
 
Me siento a descansar, lo necesito. Luego lleno 1 litro de agua el kamel bak, aunque tampoco tengo nada de sed. Al poco me dan dos pequeños plátanos.
 
Le doy las gracias al guarda,  me incoporo lentamente y empiezo a andar mientras voy comiéndome lentamente el plátano. Casi no me entra en el estómago. Tengo que comérmelo muy lentamente, porque no tengo nada de hambre.
 
Sigo la ruta, que ahora es una senda en roca que forma parte de la vía normal al Posets. Subo lentamente, todavía con desgana y con lentitud...



 
En la cota 2.350m la ruta se separa de la ruta del Gran Trail del Aneto-Posets.

Los "super-hombres" irán hacia la izquierda, rumbo al collado de la Forqueta, para bajar hasta Viadós. Nosotros giramos a la derecha, para trazar una diagonal larga hacia el Collado de la Plana. Mirando la hora en que tomé esta foto, llevaba 3 horas y 20 min de carrera aproximadamente.

Empezamos una diagonal, que con la escorrentía del agua se hacía muy resbaladiza, alternando hierba mojada con ratos de barro y con otros de roca mojada. Había que ir con mucho cuidado para no resbalar. Mejor andar con cautela que querer correr y caerse...
Las rocas más pisadas mostraban ese color marrón del barro dejado por las zapatillas de los corredores.

Sigo yendo al "tran tran", pero como este tramo no sube apenas, pues voy tirando. En las pequeñas subidas me encuentro mal y me recupero en los trozos de llaneo, donde en lugar de correr sólo camino.
Qué panorama Jorgito... caminando en los tramos horizontales donde habitualmente uno corre a placer.

Quién te ha visto y quién te ve!!

Are you all right??



A las 4 horas de carrera cruzamos un torrente que viene del Ibón de Grist (2.411m)
 


Panorama del torrente a cruzar y el ibón de Grist a la izquierda de la foto, arriba



Cruzando el torrente, detalle



Tras cruzar el torrente, la senda gira a la derecha y vemos las crestas de la Tuca d'Els Corbets
 



Los últimos 300 metros de desnivel al Collado de la Plana son un infierno para mí. Las rachas de vientos sur son fuertes y, tras pensármelo un par de veces, paro para ponerme el cortavientos.
 
Siento el estómago fatal. De hecho, mi cuerpo está perfecto de cintura para abajo y fatal de cintura para arriba. Siento un revuelto de tripas que nunca había sentido...
 
Decido retirarme a un lateral, para ver si es un tema de diarreas y puedo hacer de vientre. Pero no consigo que salga nada. No van por ahí los problemas, veo. Pero las tripas están mal, muy mal.
 
Sigo subiendo, muy lentamente, los últimos 200 metros al Collado de la Plana, el punto más alto de la carrera, tras el cual casi todo será bajada. Eso me anima, aunque sigo yendo mal, muy mal.
Sólo me encuentro "relativamente bien" cuando me paro o cuando camino por los llanos, deambulando como un zombi.
 


Vista atrás hacia el macizo del Posets y el llano de los Ibones
 


 
Y por fin llego al Ibón de la Plana y veo el Collado de la Plana (2.708m), donde hay un nuevo Control de chip de carrera y donde podré empezar a bajar hacia los ibones de Batisielles.
 
Qué ganas tengo de llegar arriba, pues no acabo de recuperarme. Sigo subiendo muy lentamente y sigo sin saber qué diablos me pasa.
¡Pero si voy más lento que cuando subimos con mochila cargada en una excursión normal!
Y eso??
Qué mierdecilla soy hoy...

Me sigue pasando gente...
A duras penas adelanto a un par de montañeros que van con unas mochilas enormes...
 
Al poco me da alcance mi amiga Ana Salanova, ya llegando al Collado de la Plana.
A pesar de mi mirada de zombi, Ana me reconoce.
 
Jorge???
Qué ilusión verla!
Sube junto a una amiga y van charlando amigablemente.
 
Le cuento a Ana que voy fatal. Que no sé qué me pasa. Que siento un mal cuerpo y dolores horribles en el abdomen, como con las "tripas revueltas".
 


Consigo llegar con ellas al Collado de la Plana (2.708m). Me quito el cortavientos y me hago este autorretrato con ella, para marcar la hora de paso. Intento sonreír en la foto y hasta parece que tenga buena cara...
Llevamos unas 4 horas y 40 minutos de carrera.
 
Es mi segunda carrera larga por montaña, después de la Marató i Mitja que corrí junto a Blanca de las nieves el pasado 11 de mayo. En esa ocasión su compañía constante fue la clave para mantener el ritmo junto a ella toda la carrera y poder terminar debajo de las 9 horas, llegando ambos de la mano a la meta en una carrera épica, inolvidable, irrepetible, increíble...
Blanca no ha podido venir a esta carrera por trabajo y echo en falta su compañía...
Sé que veré a Blanca esa noche, pero ahora, aquí, en la parte más lejana de la carrera, tengo que salir yo solito de esta pesadilla para poder volver a Biescas esta noche.

El ir solo es duro cuando tu cuerpo va tan mal...
 
Hasta ahora iba con poco estímulo, debido no sólo a la soledad, sino al hecho de sentirme tan mal físicamente.
La aparición de Ana y su amiga me devuelven un poco los ánimos. Ana me cuenta lo que viene ahora y nos va guiando con sus palabras.




Desde el collado, tras unos primeros tramos son algo técnicos, sobre roca grande, sin senda marcada, luego empiezan a aparecer algunos tramos de hierba o incluso de senda.
 
Fotografío a Ana y a algunos corredores, con las Tucas de Ixeia al fondo en un tramito de hierba (foto de arriba).
 


Tras unos 20 minutos desde el Collado, asoma el Ibón de l'Aigueta de Batisielles (2.330m)



Es un tramo algo vertical que hay que bajar con cuidado el que baja a la Aigueta de Batisielles
 


En la orilla del ibón de la Aigueta de Batisielles queda uno de los pocos neveros que cruzaremos
 
El ir bajando me hace recuperame un poco, sin llegar a estar bien del todo. Pero la diferencia de subir a bajar es brutal. Una diferencia que nunca había notado. Es como si estuviera en un cincomil, que tanto cuesta subir y tan fácil es bajar...
 
Ana no para de ir comentando cosillas con su amiga y baja como si tal cosa. A ratos nos grita: "Mira las Agujas de Perramó, qué bonitas!".
 
Es como la Heidi de las montañas, pasádoselo pipa en esta bajada. Una bajada que yo voy negociando como mejor puedo con mis escasas fuerzas. Fuerzas que no tengo, pero cuya ausencia no se hace patente en el descenso, donde unos cuadriceps entrenados suplen casi todo. Ahí no tengo problemas. Otro tema será cuando empecemos a subir...
 
Al ver a Ana contar cosas y exclamar ante cualquier vista bonita me doy cuenta de que lo normal en mí sería también ir hablando en la bajada y contando todo lo que estamos viendo, con tantas montañas tan bellas a nuestro alrededor... Pero apenas hablo.
No tengo el cuerpo para ello...
 


Intento no dejar a Ana y a su amiga irse muy lejos. El controlarlas y tenerlas "a vista" me ilusiona y me mantiene la moral, pues veo que ellas van bien. Mantener su ritmo es una buena señal dentro de mi calvario.
 
Pasamos al rato por el Gran Ibón de Batisielles (2.276m) (foto de arriba) tras el cual llega una bajada más pronuciada por bosque.
 



En la bajada por la senda desde el Gran Ibón de Batisielles me voy dejando caer al trote y mantengo el ritmo. Sólo me separo algo de ellas al parar para hacer alguna foto, pero las sigo oyendo al fondo. Ana es como si fuera la locutora de radio que va informando de lo que viene a cada momento. Se le oye hablar como si fuera por las calles de su pueblo, Benasque, como si tal cosa.
 
De vez en cuando oigo a Ana que desde abajo me grita si todo va bien y le respondo que voy tirando y que bien.
 
Pero de bien nada, lo que consigo es sobrevivir bajando, que ya es mucho....
 
Pero poco a a poco las voy perdiendo...
 
En los tramos llanos me pongo a andar (increíble...) y sólo en las bajadas me dejo caer, arrastrando los pies por la senda. Un milagro que no me cayera al tropezar con alguna raíz o alguna piedra!
 
Al rato me da caza un grupo en el que una chica me pregunta si el refugio de Estós está ya cerca. Le intento decir que en breve viene un desvío a la izquierda y que hay un tramo horizontal con algo de subida hacia el Refugio. Y me doy cuenta de la poca fuerza que tengo en la voz, pues apenas me oye.
 
El grupete me pasa y siguen bajando.
 
Al poco oigo un montón de cencerros sonando y a mucha gente gritando y animando. Buena señal.... Estamos llegando al desvío al Refugio de Estós.
En un recodo del camino, a unos 1.870m, el grupo de animadoras nos gritan y nos animan con sus cencerros sonando a todo sonar. Esos detalles suben la moral en una carrera tan larga... Muchas gracias animadoras!
 
Tras pasar por el grupo de animadoras, nuestra senda gira a la izquierda y empieza una subida suave, que luego seguirá en un suave llaneo, de unos 20-30 minutos, hasta el Refugio de Estós.
 
Empiezo a subir la senda y al minuto de empezar a subir veo que tengo que parar.
 
No puedo seguir...
 
¿Cómo es que no puedo seguir??
Quizás he bajado más rápido de lo que debía y debo descansar, pienso.
 
Tras unos segundos, retomo la senda... y a los 20 segundos tengo que volver a pararme. Estoy agotado, no puedo apenas andar. Me apoyo en un árbol para no caerme. Descanso unos segundos.
 
Vuelvo a andar... pero no subo más de 10 segundos y tengo que volver a parar para no caerme. Me vuelvo a apoyar en otro árbol.
Me encuentro fatal... No puedo dar un sólo paso más.
 
Me siento en un lateral del camino a descansar. Debo tener una cara más blanca que mi camiseta.
De vez en cuando, algún corredor que pasa me pregunta si estoy bien. Le digo que sí, que estoy muy cansado.
Pero no estoy nada bien. Estoy hecho una piltrafilla...
 
En el punto en el que estoy, lo más sencillo sería una retirada, volviendo al lugar donde está el grupo de los animadoras, a menos de 5 minutos de donde yo estoy. Desde allí hay una senda que baja directa al fondo del valle y llega a la parte baja del Valle de Estós, ya muy cerca de la carretera a Benasque.
 
Pienso que quizás sea sólo una hipoglucemia.
Como no me apetece comer nada y apenas he comido en las últimas horas quizás mi azúcar en sangre esté por los suelos y por eso mis músculos no funcionen.
 
Así que, sentado sobre una roca, saco un power-gel de un bolsillo y me lo llevo a la boca. Al instante noto una arcada brutal y vomito la mitad de los macarrones y de los cereales del desayuno. Bufff...
 
Respiro unos segundos y pronto me viene una segunda arcada, echando la otra mitad de los macarrones y de los cereales...
 
No contento con esto, tengo aún un tercer y un cuarto vómitos, mayormente líquidos, en los que echo el litro de agua que me había ido bebiendo durante la carrera. Parezco una fuente.
 
Me siento como un alien, echando todo por la boca. Me quedará algo todavía?
Respiro algo más tranquilo y me voy recuperando.
 
Qué alivio vaciarse así...
 
Tras el último vómito creo que ya o me queda nada dentro por echar.
Tras esta "liberación", noto que me encuentro un pelín mejor. Esa sensación de "mal cuerpo" o de "tripas revueltas" parece que ha desaparecido. Menos mal...
 
Entonces pienso...
¿y si subo hasta el Refugio de Estós y allí me tomo algo azucarado y descanso un poco antes de seguir??

Lo de retirarme a falta sólo un cuarto de carrera me parece un final poco honroso.
Así que decido seguir, caminando por la suave senda que recorre el valle de Estós aguas arriba por la margen orográfica dreecha.
 
Voy lento, andando tanto en las subidas como en los llanos. Ya no tengo tanto mal cuerpo pero tampoco tengo energías. Claro, no tengo nada de energía en el cuerpo. Todo lo que he comido lo he vomitado...
 
Consigo caminar mientras nuevos corredores van adelantándome. En algún tramo de bajada incluso consigo trotar un poco, animándome.
 
Miro al otro lado del valle, donde se ve muy marcada la senda que baja desde el Refugio de Estós por la margen izquierda del valle. Veo a dos corredores de rojo que bajan juntos y pienso que son Ana y su amiga. Ambas iban de rojo. Me llevan más de media hora de ventaja. Ya no las volveré a ver hasta la meta de Benasque.
 
Camino sin fuerzas por la senda que sube y baja suavemente.
Al poco se ve el Refugio de Estós (1.866m), en lo alto de una colina herbosa, al otro lado del barranco.
Para llegar a él primero hay que bajar unos 100m a cruzar el río Estós por un puente metálico, tras el cual hay unos 50 metros finales de subida al refugio.
 
Consigo llegar al tran-tran al puente, donde tengo que pararme a descansar, apoyandome en la barandilla.
Aún no había empezado esa breve subida y sólo de pensarla ya tenía que pararme a descansar en el puente!!
 
Empiezo la senda y a los pocos segundos tengo que pararme a descansar, apoyándome en una roca. Vuelvo a andar por la senda que sube al refugio y, a los 5 segundos tengo que volver a pararme. No tengo energías para subir...
Los corredores que pasan me preguntan si necesito ayuda. Si estoy bien.
 
Les respondo: "S-s-s-s-i-i-i... e-e-e-s-s-s-t-o-o-o-y-y... b-i-i-e-e-n-n-n". Me doy cuenta de mi voz débil al responder.
Pero si casi no pudo hablar bien!  Qué desastre Jorgito...
 
Intento volver a andar y al poco tengo que volver a sentarme. Sólo sentándome puedo recuperarme tras cada 5 pasos que doy.
Me empieza a preocupar el no poder subir los últimos 30 metros al Refugio de Estós...
No seré capaz de subirlos???
Qué glucemia tendré en estos momentos? 29 mg/dl??
 
Decido levantarme y andar muy lentamente, como cuando vemos a los ochomilistas andar en la tele, avanzando como a cámara lenta.
 
De esa forma consigo andar sin tener que parar cada 10 segundos y, créanlo ustedes o no, consigo llegar al control de chips de Estós!
Aún me quedan 10 metros más para subir al Refugio...
 
En el control ven la pinta que tengo y me dicen que en el refugio hay un médico. Que le van a avisar.
 
Sigo subiendo, como un autómata, al refugio, pensando en tomarme algo azucarado. Quizás una Cocacola.
 
Consigo entrar y voy directo al comedor. Me apoyo en el mostrador que asoma a la cocina y grito un "Holaa??" para ver si viene alguien.
Aparece una de las guardas del refugio y le pido si me puede dar una Coca-Cola.
Mientras se va a buscarla veo que no puedo aguantar de pie un segundo más, así que me tumbo en mitad del suelo del comedor.
 
La guarda deja la lata en el mostrador, sin darse cuenta de que estoy en el suelo.
No puedo levantarme para cogerla. No tengo fuerzas.
 
Al poco pasa un trekker y le pido si puede acercarme la lata que hay en el mostrador. En ese momento aparece la guarda con la lata y me la da. Ufff... qué alivio.
 
Me pongo de lado, sobre el suelo, y empiezo a beber lentamente de la lata.
En esto llega el médico, Javier Tena (Presidente del Club de Montaña Pirineos) que me toma un pulso débil y me va preguntando qué tal estoy.
 
Sigo tumbado y voy bebiendo poco a poco, recuperándome lentamente.
Sin levantarme, le doy a Javier un billete de 10 euros para pagar la Coca-Cola. Mientras él vuelve a la barra a pagarla sigo tumbado, recuperándome.
 
A los pocos minutos, sintiéndome un pelín mejor, consigo levantarme y salgo con Javier para buscar los baños exteriores.
 
Afuera el día ya está gris y sopla viento. El windchill, contra mi camiseta mojada por el sudor y mi cuerpo que se ha quedado frío, me hiela. Me noto la piel de gallina y una sensación de frío espantoso.
Empiezo a temblar. Ya no quiero ir al baño. Javier me indica que le siga a una habitación donde tiene todas las medicinas y donde hay camas con mantas.
 
Le acompaño mientras tiemblo de frío. Estoy helado. Me tumbo en un colchón y me pongo una manta encima. Estoy tiritando de frío como cuando uno tiene fiebre de 40ºC.
Javier intenta auscultarme pero me dice que nota más mis contracciones musculares de la tiritona que mi latido cardiaco. Y ahí estoy, durante 5 minutos, tiritando sin parar...
El pulso y la tensión mejoram (110/70 mmHg) pero no dejo de tiritar. Joder Jorgito, qué destemple!

Con el calor de la habitación y la manta, al rato dejo por fin de temblar y puedo hablar un poco con Javier, mientras me explora el abdomen.
 
Entonces le empiezo a contar lo que me ha pasado y, por darle más información, le digo lo que todos los médicos preguntamos a los pacientes, es decir, si estaba tomando algún tipo de medicación.
 
Le cuento lo de mi dolor de sacro por la caída de unos días atrás y que me he "dopado" con Ketorolaco y con 1 comp y medio de Codeína.
 
Entonces a Javier se le ilumina la vista: "La codeína!", me dice. Claro!
Acabas de tener lo que vulgarmente viene a ser "UN CORTE DE DIGESTIÓN".
 
Claaaaro!!!
Entonces lo entiendo todo.
 
Pero qué imécil soy!!
La codeína...
La codeína, además de asociarse a los ainti-inflamatorios por su efecto analgésico, tiene también un efecto antitusígeno y... además estriñe... es decir, que inhibe la motilidad intestinal!
 
También el ejercicio intenso inhibe la motilidad intestintal, derivando todo el flujo sanguíneo a los músculos y robándoselo al flujo mesentérico. Ese flujo mesentérico, inhibido en medio de una super digestión de un platazo de macarrones que me había tomado.
 
Ayyssss...
 
Si mi madre leyera esto me diría: "Pero hijo mío, parece mentira que seas médico!"
 
Qué desastre...
 
La combinación perfecta para tener un corte de digestión:
Tómate un gran bowl de cereales con leche, luego un platazo de macarrones, luego un inhibidor de la motilidad intestinal como la codeína y entonces échate a correr 6 horas, a ver qué te pasa...
 
Hay que ser imbécil...
 
Mi primer corte de digestión, a los 42 años... favorecido por mí mismo!




¡Cuánto por aprender, Dios mío...!
 
Por lo menos ya sé lo que me ha pasado...
Y, por suerte para mí, me voy enocontrando algo mejor.
 
Al rato consigo incorporarme y me siento sobre la cama, aunque no consigo entrar en calor y me mantengo la manta encima.


Un rato después oigo a un niño gritar: "Llega el primer corredor del Gran Traiiiil!!!!"
 
Ostrás, es Oscar Pérez, que lleva cerca de 18 horas corriendo desde su salida a medianoche!!!
 
 


Así que salgo, con la manta encima, a ver cómo llega Oscar Pérez.



En cuanto se acerca Os car Pérez, el chico le acerca el control de chip para oír la señal sonora confirmar su paso.



Seguidamente Oscar Pérez pasa al lado de la puerta donde estoy, a medio metro de mí. Le fotografío de nuevo pasando al lado del médico, Javier Tena.
 
Se le ve a Oscar muy entero, como si hubiera salido a dar un paseo hace un ratín. Qué crack!
Lleva algo menos de 18 horas corriendo y en poco más de 1 hora más llegaría a la meta de Benasque!!
Veo que lleva bastones. Le habrán venido bien para los neveros del collado de Salensques, pienso.
 
...
 
Después de pasar Oscar veo que estoy algo mejor. A Javier le parece todavía algo precipitado el dejarme ir y me dice de esperar a ver si cojo mejor color de cara.

Me dice que a menos de media hora está la Cabaña del Turmo, donde está el segundo avituallamento y donde hay vehículos 4x4 para bajarme a Benasque.
Pero que si quiero, también puedo quedarme a dormir en el refugio de Estós, pues ellos están hasta el día siguiente para el control de paso del Gran Trail Aneto-Posets...
 
¿Hasta el día siguiente??
Nooo, que ya estoy mejor.
 
No estoy perfecto pero sí algo mejor.
Además, todo lo que queda es una larga y suave bajada. Sólo queda dejarse caer o andar, así que creo que debería llegar a Benasque sin problemas.
 
Le digo que si me encuentro mal al poco de salir me dará la vuelta. Y si no, al llegar a la Cabaña del Turmo decidiré si opto por transporte a Benasque o si sigo bajando por mi propio pie.
 
Así, que, un ratín después, tras darme Javier el visto bueno, salgo andando a por la senda de vuelta. Comienzo andando y, al poco, voy trotando suavemente hacia abajo. Consigo ir trotanto en las bajadas y, a ratos, camino en los llanos. Signo de que aún no estoy al 100 x 100.
 
Entre caminar y trotar llego a la Cabaña del Turmo (1.743m) algo después de las 6 de la tarde, justo en el momento en el que una fuerte tromba de agua nos sorprende...
 
Suerte que me pillara allí, pues puedo cobijarme bajo la lona de plástico mientras voy tomando sorbos de agua y trozos de melón que tienen allí dispuestos en el avituallamiento.
 
Allí, bajo la lluvia torrencial, reconozco a Pascual Pérez (Director Técnico de Aramón Formigal). Le saludo y le resumo un poco mi pesadilla. Me dice que en breve saldrán con un vehículo a Benasque y que, si lo deseo, me pueden bajar, especialmente con lo peligroso que se está poniendo el último tramo con los ríos de barro que bajan...
 
Se lo agradezco y le digo que no se preocupe, que estoy bastante mejor y que voy a ir al trote hasta Benasque.
 
Justo en ese momento la lluvia amaina y decido que es un buen momento para salir. Salgo al trote, por el barro en el que se ha convertido la pista. Voy cruzándome con corredores en este tramo final de ruta, muy sencilla, gran parte por pista y muy poca por senda, también sencilla.
 
Vuelvo a hacer algunas fotos...


 
La pista alterna llaneos con algunos tramos de bajada. Para mi sorpresa, veo que en los llanos vuelvo a correr. Bieeen!

No es que corra con brío, pero por lo menos sigo corriendo en lugar de caminar. Un cambio ilusionante en mi peregrinaje a meta...
 
 

Coincido con dos chicas que han venido desde Alicante a correr esta carrera y que están encantadas con los paisajes que han visto en esta preciosa carrera.



Ahí van las dos alicantinas, en los tramos de pista finales antes del parking de Estós
 


Y salimos del Valle de Estós a la carretera que nos llevará a Benasque.
 
La senda PR que une el valle de Estós con Benasque había sido barrida por las riadas de junio y los últimos 4 km a Benasque los tuvimos que hacer todos por la carretera, lo cual fue un martirio para las piernas...
 
Pero ya estábamos llegando... ya veía la luz al final del túnel. Benasque ya estaba allí...
 
Todo ese tramo final por carretera lo pude hacer corriendo, sin detenerme en un sólo momento. Las piernas iban muy bien, sobre todo tras el descanso de Estós.
 
Ya estamos llegando...
Entro en las calles de Benasque y veo a toda la gente agolpada a los lados, animando y aplaudiendo y...
 
... tras muchas horas, vuelvo a "chocar los cinco" con un chavalín que está pegado a la pared de la calle.
 
La llegada a la meta es siempre emocionante.
Incluso acelero un poco animado por la gente y alargo la zancada. Veo que las piernas están frescas y en el llano, con poca energía, se consigue correr a gusto.
 
Escucho la megafonía y veo la pancarta de meta... Ya estoy llegando!!!!
 
Cruzo la meta cansado pero sonriente...
Lo he conseguidoooo!!!!
 
Paso por el control de chip y por allí aparece Ana, que ha llegado hace más de hora y media!
 
En total, he tardado 9 horas y 32 minutos... Unas 3 horas más de lo que había previsto!
 
Pero muy contento por haber podido terminar.
 
Contento por haber aprendido la leccción (nunca más un plato de macarrones antes de correr y menos aún con codeína!!).
 
Contento por haber estado, por un día, en el papel de paciente en lugar de médico y aprender lo agradable que es que te traten bien, con cercanía (gracias Javier!)
 
Y contento por no haberme lesionado y haber terminado sin incidencias!
 
Qué pesadilla de carrera para mí... pero qué carrera tan maravillosa esta del Trail del Aneto!
 
Volveremos el año que viene??
 
Quizás...
 
Hasta la próxima!!
 
Jorge García-Dihinx



Medalla que nos dieron en la línea de meta a todos los que pudimos terminar la carrera


 
 Mi camiseta y mi dorsal, imagen para recordar mi primera Maratón del Aneto
 
El resto de las fotos, pinchando aquí