Nada como meter a Tuca en una pradera a correr... Le encanta.
Blanca y Tuca en la pradera, Sallent de Gállego
Tras dar la vuelta vespertina al Pacino, ya volviendo a Sallent, pasamos al lado de una pradera... uno de los paraísos para Tuca. Cuanto más alta es la hierba más rápido corre de punta a punta emocionada.
Eran las últimas luces del día y no había demasiada luminosidad para fotografiar con buena calidad, pero intenté conseguir alguna secuencia de las breves persecuciones de Tuca a Blanca, apurando a 1/200 seg y una Iso que rondaba los 1.600.
La luz justa para sacar unos destellos de esos momentos antes de caer la noche. No está mal para una cámara del tamaño de una cajetilla de tabaco.
Jorge García-Dihinx
Venga Tuca. Nos vamos a casa, que es la hora de cenar!
Es una braquita de Weimar preciosa. ¡¡¡Enhorabuena y a disfrutarla!!!!
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