TRANMISIÓN AÉREA DEL SARS-COV-2: Aumento de la concentración de CO2 en un aula de secundaria si no tenemos abiertas las ventanas

Aumento de la concentración de CO2 en un aula de secundaria si no tenemos abiertas las ventanas

(experimento realizado por Javier Pérez Soriano, profesor de Secundaria, químico y experto en riesgos laborales)

En atmósfera libre tenemos unas 400 partes por millón de CO2. En una

habitación cerrada, esta concentración aumenta conforme las personas que allí están van exhalando CO2 en cada respiración. El aumento progresivo del CO2 en un espacio cerrado nos da una idea de cuánto aire exhalado por los demás estamos inhalando nosotros.

Si las concentraciones suben por encima de 1.000 ppm y hay mucha gente hablando sin mascarilla, significa que, al igual que el CO2 "compartido" que inhalamos, también podemos estar inhalando las micro-partículas en suspensión (aerosoles) emitidos por las personas, cuando éstas hablan, gritan, cantan o tosen.

De modo que, además de intentar bloquear nuetras emisiones de aerosoles, llevando mascarilla siempre que vayamos a hablar, la ventilación continua de las aulas es fundamental para reducir la concentración de "aire exhalado compartido".

En este experimento, Javier Pérez Soriano, profesor de Secundaria, químico y experto en riesgos laborales, ha comprobado cómo varían los niveles de CO2 en un aula según haya o no ventilación del exterior

Con la ventilación se desplaza y diluye, tanto el CO2 exhalado, como los aerosoles potencialmente infectivos que haya en el aula.

El docente advierte: "Cuando tengamos que cerrar las ventanas (por el frío), vamos a tener un problema y muy grande

Fijaros en el gráfico:

El aula comienza con una concentración de CO2 similar al aire libre, de 400 ppm y, conforme los alumnos están respirando, ésta concentración se eleva por encima de 1.300 ppm, volviendo a bajar cuando los alumnos se van al recreo y se abren las ventanas.
Pero aunque ventilemos "entre clases", la concentración de CO2 exhalado vuelve a aumentar a valores peligrosos a los 20-30 min de compartir la clase.

Abajo, en la línea roja, se ve la concentración de CO2 en ppm cuando las ventanas están abiertas durante toda la clase. Se ve cómo se mantienen a unos 700 ppm, lo cual es un nivel más seguro. Si a eso añadimos que ninguna persona hable sin llevar la mascarilla, ambas capas de protección se suman, haciendo mucho más segura la docencia.

Aquí tenéis en enlace al pdf de dicho estudio en un aula de secundaria:

https://drive.google.com/file/d/1yporM8aa2bKuwMgWOrJoBtHFlaTpHj22/view

De ahí la importancia de tener las ventanas abiertas durante las clases o bien, intentar impartir algunas de las clases, los días de sol, en el patio de recreo, habilitando dichos espacios.

Y si no podemos hacerlo fuera ni podemos abrir las ventanas, instalar filtros HEPA en dichos lugares y reducir el número de personas y que, siempre que alguien vaya a hablar, hacerlo con mascarilla.

Luego, en la comida, los niños deberían comer en silencio (sin mascarilla comiendo) para luego ponerse la mascarilla antes de empezar a hablar. Al hablar se emiten 10 veces más partículas que cuando respiramos. Las mascarillas bloquean la mayoría de la emisión de nuestros aerosoles a hablar. Emitimos especialmente cuando pronunciamos palabras con la letra "p" o la letra "t". Y emitimos 50 veces más partículas si gritamos, cantamos o tosemos.

En interiores mal ventilados, esas partículas de menos de 5 micras pueden viajar varios metros por la habitación (aula, bar, oficina) durante 1-2 horas. De modo que, en lugares cerrados mal ventilados, no basta con la distancia de seguridad de 2 metros. No deberíamos estar mucho tiempo en un sitio cerrado en el que veamos que hay personas hablando (mientras comen) sin llevar mascarilla.

Sé que no es sencillo, pero deberíamos comer en silencio y luego, ponerlos la mascarilla cuando queramos hablar. Además de ventilar y preferir las reuniones en sitios al aire libre.

Eso dicen los expertos en transmisión aérea.

Aquí pongo un buen ejemplo que ha dado ayer el Colegio de Médicos de Teruel, emitiendo un comunicado en el que, entre las medidas recomendadas, incluyen evitar espacios cerrados y ventilar con frecuencia las estancias.